El llanto del bebé es un grito pidiendo ayuda (y su futuro dependerá de nuestra reacción)

El llanto del bebé es un grito pidiendo ayuda (y su futuro dependerá de nuestra reacción)
13 comentarios

Hace cosa de dos meses os explicamos por qué el llanto del bebé es uno de los ruidos más insoportables que existen. Nos molesta, queremos que se silencie. Es un ruido tan insoportable que no puede tener otro objetivo que lograr que atendamos al bebé.

Sin embargo, esa sensación inconsciente que se produce en nuestro cuerpo, ese instinto de querer acallarlo, puede controlarse de manera racional si nos creemos que lo hacen para tomarnos el pelo, para controlar nuestras vidas o si pensamos que el hecho de atenderles hará que sean personas totalmente dependientes de nosotros, el resto de su infancia y probablemente de sus vidas. Es decir, a pesar de que el llanto del bebé molesta muchísimo, si los padres están convencidos de que no deben atenderlo, esperarán, le dejarán llorar. Grave error: el llanto del bebé es un grito pidiendo ayuda y su futuro dependerá de nuestra reacción.

"No lo cojas, que lo vas a acostumbrar"

Bebés que acaban de nacer pasan horas llorando en sus cunas porque alguien ha explicado a sus padres que si lo cogen, lo van a acostumbrar a eso, y cada vez llorará más. Ya en el mismo hospital, al día siguiente de nacer hay niños que sufren por culpa de las alertas de los familiares o del personal del hospital.

Hay mujeres y hombres que tienen sus instintos muy desarrollados y que sienten que deben cogerlo. Sufren al verles así y les cogen, a pesar de lo que les digan. Otros, sufren también, pero más acostumbrados a obedecer, o más acostumbrados a anular sus propias sensaciones, tratan de hacer caso pensando que hacen lo mejor por sus hijos no atendiéndoles.

El problema es que no haciendo caso al niño se pone la primera piedra para lograr exactamente el mismo efecto: que los niños empiecen poco a poco a no hacer caso a sus sensaciones y emociones, a anularlas. Los niños que lloran y nunca son atendidos dejan de llorar, la procesión va por dentro. Sufren, pero no lloran. Para qué quejarse.

Lo curioso es que el acostumbramiento a los brazos de los padres, a ser atendidos, consigue el mismo efecto: los niños que pasan mucho tiempo con sus padres, que son atendidos de manera temprana, tampoco lloran. A veces lo hacen, es cierto, pero lloran mucho menos que aquellos bebés cuyos padres les dejan llorar para que no se acostumbren.

¿Por qué? Porque como digo el llanto de un bebé es como un grito de ayuda. Es la única manera que tiene de pedir lo que necesita, sea comida, sea frío o calor, sea un poco de cariño, sea dormir, sea que está asustado por algún ruido o sensación, etc. No tiene otra manera de pedir ayuda y lo hace de ese modo esperando que, por favor, cuanto antes, le calmen.

Ellos no conocen la fuente de su malestar, ellos no saben cómo calmarse y por eso lloran cada vez más. Por eso nuestro deber es ayudarles a encontrar la solución. Obviamente, tardarán meses, en ocasiones, años, en ser capaces de entender sus sensaciones y de saber qué necesitan hacer para solucionarlo. Un bebé llora de hambre, pero cuando tiene un año ya no lo hace, pues señala la comida para decirnos que quiere comer. Un bebé llora cuando siente frío, y es posible que con un año también lo haga, por no tener claro que necesita un jersey para evitar el frío. Un bebé llora cuando necesita cariño, pero cuando tiene un año lo soluciona buscando los brazos de mamá y papá. Solo llora entonces si éstos consideran un error cogerle en brazos o si no juegan con él cuando les pide tiempo juntos.

Quiero decir con esto que el llanto de un bebé no es algo que hagan para molestar, tomarnos el pelo ni nada por el estilo. Lo hacen porque tienen una mala sensación y nos piden ayuda para aliviarla. De nosotros depende que les propongamos la solución, cuanto antes, para que poco a poco ellos vayan sabiendo cuál es (o cuáles son, porque a medida que crecen descubren múltiples soluciones para un problema), o que neguemos su sensación para que ellos, poco a poco, vayan haciendo menos caso a su capacidad de entenderse a sí mismos.

Pero, ¿qué peligro hay? El hambre es hambre siempre

Es posible que os hagáis esta pregunta: pero, ¿qué peligro hay? El hambre siempre es hambre, el frío siempre es frío y la sed siempre es sed. Cualquier persona adulta sabe qué es y sabe cómo calmarla. Y es cierto. Esas sensaciones las aprenderán los bebés sí o sí, cuando crezcan. Ahora bien, no es el hambre lo que nos tiene que preocupar, sino el mundo de las emociones, de la comunicación, del cariño y del afecto.

Imaginad un niño que llora por las noches porque no quiere ni puede dormir solo. Es fácil de imaginar porque la gran mayoría de los bebés lo hacen. Imaginad que no le hacemos caso, que pasamos de él, porque nos dicen que debemos conseguir que sean independientes. Lograremos que deje de llorar, pero no porque el niño ha aprendido a estar solo, sin nuestra ayuda, no porque ha dejado de necesitar compañía, sino porque ha aprendido a no escuchar su necesidad de estar acompañado. ¿Es esto lo que queremos para nuestro hijo, que no haga caso a sus ganas de estar con otras personas? Porque los humanos somos seres sociales, funcionamos mejor en grupo, porque cuatro ojos ven más que dos y porque un grupo consigue mucho más que la suma del trabajo de sus individuos por separado. No tiene ningún sentido que enseñemos a nuestros hijos lo contrario, que solos estarán mejor.

Es solo un ejemplo, pero siguiendo con él, dejar a los niños llorando por las noches puede derivar en problemas de sueño meses o años después. Terrores nocturnos, pesadillas, despertares continuos. La emoción sigue viva, la necesidad de dormir acompañados sigue apareciendo, el miedo a la soledad, el terror a la oscuridad. Lo que no aparece es la solución, porque ésta sería llamar a papá y mamá y que ellos durmieran con él, pero si desde siempre le han enseñado que esa sensación no se soluciona así, que no es una sensación a tener en cuenta, que debe anularla, ahogarla, el malestar debe salir de algún modo, y normalmente sale en forma de problemas para conciliar el sueño o para mantenerlo.

Las emociones de los niños

Si pensamos ya a nivel más global, a nivel de relación, pasa algo similar. Las personas que mejor se han relacionado con sus padres, que han sido atendidas, que han visto sus necesidades de cariño y afecto escuchadas, comprendidas y respetadas, no tienen problemas en expresar sentimientos, en entender sus emociones y en hablar de ellas. Saben amar. Las personas que han tenido más problemas en las relaciones, que no fueron atendidos cuando lloraban, que no aprendieron a calmarse de pequeñitos, porque nadie les enseñó, tienen más dificultades para controlar el estrés y la ansiedad y más problemas para entender lo que sienten y para expresarlo. Son esas personas que difícilmente confían en los demás, que prefieren estar solas para no correr el riesgo de fracasar o de que les hagan daño y que, cuando forman parte de una relación, tampoco son capaces de abrirse.

Son tantas las emociones anuladas de pequeñitos, son tantas las heridas que nadie solucionó, son tantas las cicatrices y tantos los recuerdos que evitan evocar en la edad adulta, porque incluso entonces se sienten desprotegidos y vencidos, y les duelen, que han aprendido a encapsular todas las lágrimas que nadie ayudó a calmar, pese a que el efecto secundario de ello es que sus corazones se hacen un poco más duros e impenetrables.

Debe saber que la vida es dura, y que no puede tenerse todo al instante

Es cierto, la vida es dura y nadie puede tenerlo todo al instante, pero esto es algo que los niños tienen que aprender, por sí mismos, cuando tienen ya unos años y que no dejarán de aprender hasta que mueran. La vida tiene varios golpes preparados para todos, golpes que llegarán seguramente cuando menos los esperemos. El cómo los enfrentemos, el cómo los vivamos, dependerá en gran medida de cuán sana esté nuestra mente, nuestro corazón y cuán estable esté nuestro mundo emocional. Hay gente tan equilibrada que es capaz de hacer maravillas con muy poco, encontrando siempre soluciones a los problemas y partes positivas allí donde parece no haberlas. Hay gente tan poco equilibrada que al mínimo problema se viene abajo, sintiendo que todo el universo se conjuga en su contra y que no hay nada que puedan hacer por salir de ello.

¿Qué personas queremos que sean nuestros hijos? Pues eso, debemos ayudarles a seguir sintiendo, ayudarles a comprender sus emociones y ayudarles a encontrar soluciones. De pequeñitos, es cosa nuestra. A medida que vayan creciendo, ellos mismos irán viendo cómo solucionar sus necesidades de cariño, de afecto y de comunicación (normalmente, pasando mucho tiempo con nosotros). De nosotros depende en gran medida. Cada vez que tu hijo llore, cada vez que con sus lágrimas te grite pidiendo ayuda, acude. Trata de comprenderle, trata de ponerte en su lugar, de entender su sufrimiento y de poner palabras a sus emociones, para que las entienda, las valore, sepa que le entendemos y vea qué decisión tomar. Él aprenderá de nuestras soluciones y se sentirá importante, escuchado y querido. Vamos, la base de una buena autoestima y de la confianza en uno mismo.

Repito: de nosotros depende.

Fotos | Thinkstock
En Bebés y más | No dejes que pase un día sin decirles lo mucho que les quieres, Que me dice mi familia que el niño quiere estar siempre en brazos porque los primeros días lo cogí demasiado, Para futuros papás: vuestro hijo os va a querer más que a nada en el mundo

Temas
Comentarios cerrados
    • La segunda noche de mi bebe y yo en el materno, los ratitos que no estaba al pecho lo tenía papá en brazos. ( y los 3 estabamos comodos y tranquilos), pero la acompañante de la chica que estaba en la misma habitación o no le gustaba o no compartia la situación y a cada momento le decia a mi marido "tanto brazos lo vas a mal acostumbrar". Una de esas veces le dice mi marido (ya cansado de oirla y con buenas palabras) : señora le pesa a usted o a mi de tenerlo en brazos? Sera usted quien estará con él día tras día?. La señora no volvio a comentar más nada sobre si coger o no al niño.

      He escuchado tantas veces ese comentario que siempre les digo lo mismo: "si un niño llora es por algo, es su unica forma de expresarse, algo necesitará, y yo como madre tengo el deber y la obligación de averiguar que le pasa."

    • Cerrar respuestas
    • Avatar de taniaab Respondiendo a taniaab

      Ese marido que tienes vale un montón, y tú, otro tesoro!!

      Qué suerte vuestro bebé! ;)

    • Aparte de que mucha gente piensa que los recién nacidos lloran para manipularnos y tomarnos el pelo, y por eso es mejor no hacerles caso para que sepan quién manda desde el principio, creo que la otra gran cuestión es hasta cuándo se les considera bebés, es decir, cuándo termina la crianza y comienza la educación, y le podemos decir a nuestro hijo eso de "ya eres grande para que te pongas así".

      Ayer mismo por la tarde, montamos mi hijo (en su sillita) y yo en el metro, para regresar a casa, después de pasar el día separados, y aunque ya había tomado pecho en casa de la abuela, empezó a pedir teta. Estaban todos los sitios ocupados así que no podíamos sentarnos y le ofrecí agua, pero él tenía muy claro lo que quería y se puso a gritar "mama, teta, teta, tetaaa", y me estiraba de la camiseta, pero ¿creéis que alguien se levantó y nos dejó sentarnos? Pues no, absolutamente nadie (debo decir que es la primera vez que nos ocurre algo así, otras veces siempre hay alguien que se levanta). Y fueron pasando las paradas, y ya por fin la madre que estaba en el sitio destinado a las sillitas, con su bebé (ni siquiera sé cómo era de grande) y sus dos hijos de más de ocho años se levantó y me dijo que ya tenía el sitio (cuando ya mi hijo estaba totalmente fuera de sí) advirtiéndome, eso sí, "yo no lo daría, desde luego"... (precisamente ella que no había sido capaz de decirles a sus hijos mayores dejar sentar a esa madre...) Y nos quedaba ya tan poco para llegar, que ya no le saqué (además que el sitio fue rápidamente ocupado, tampoco me dio mucho tiempo la verdad). Y salí del metro temblando, sintiéndome muy mala madre porque sé que le tengo que poner límites, pero considero que mi hijo todavía no está preparado para destetarle y si él lo pide será porque lo necesita (a nivel emocional, vale...) y aunque voy a ir enseñándole, porque ya puede entender, que mejor en casa, tampoco estoy dispuesta a que se vuelva a coger una rabieta así por negarle el pecho.

      Y me sentía fatal, entre mi marido que me decía que para andar así poniéndole límites al niño es mejor quitarle completamente el pecho, y mi instinto que me dice que no vuelvo a coger otro tren que vaya lleno, o que si vuelve a ocurrir algo así le cogeré y me sentaré en el suelo si nadie se digna levantarse, o me bajaré antes para amamantarle... Que con treinta meses ya es mayor y tiene que aprender...? ¿Dónde está el límite para no escucharle y que tenga que acatar nuestras normas, cuando muchas veces lo son únicamente por falta de imaginación y flexibilidad por nuestra parte?

      Por cierto, esta mañana le he dado pecho en el metro, y al contarle lo ocurrido a una señora conocida de nuestros trayectos mañaneros su comentario ha sido "nos estamos deshumanizando".

    • Cerrar respuestas
    • Avatar de iskandervv Respondiendo a iskandervv
      interesante

      Pues si, desalmados y deshumanizados, así nos va.

      Que triste, que nadie te cediera el asiento y que esa madre aprovechara encima para darte lecciones.

      En cuanto a lo de que si le pones límites es mejor destetar. Yo diría que hay distintos tipos de límites. No es lo mismo decir "ahora no, que no me apetece, te toca dentro de una hora" que es un límite arbitrario, que decir "ahora no, que se me quema el aceite" o "ahora no, que no tengo donde sentarme" que son un límites lógicos y la mayoría de las veces no son opcionales.

    • Avatar de iskandervv Respondiendo a iskandervv
      interesante

      Es punto de inflexión no es una edad concreta, porque la educación tampoco es pasar un día de hacerlo todo por el bebé para al día siguiente ponerle doscientos límites. Es algo progresivo. Es ir viendo que llega un momento en el que además de respetar sus necesidades tienes que empezar a respetar las tuyas propias y las de los demás, y es ir viendo la coherencia de cada momento y la situación.

      Ayer te pasó eso y entiendo mucho lo que sentiste y que en ese momento preferirías no haberle dado y que él hubiera entendido que en ese momento no podía ser. Pero no podía ser porque el tren estaba lleno. ¿Y si llega a estar vacío, le habrías negado el pecho? Porque entiendo que te habrías sentado tan tranquila con él, le habrías dado y no habrías tenido ningún problema con ello, que de hecho es lo que has hecho esta mañana.

      Entonces el problema no es una cuestión de educar o poner límites, sino que en ese momento no podía ser. ¿Puede un niño de dos años y medio entender el concepto de "el tren está lleno, no puedo darte", el tren está vacío, puedo darte? Pues es posible que sí, si lo vas explicando todos los días y si la situación se repite a menudo y siempre se da el mismo resultado: "Uy, qué lleno, cuánta gente... no hay dónde sentarnos, no puedo darte el pecho". Así, un día tras otro, el niño acabaría asociando "no asiento, no pecho". Pero claro, tú necesitabas que lo entendiera ayer, que era la primera vez que sucedía, y porque te sentiste muy violenta e incómoda con la situación: el niño llora, cada vez más, tú le niegas lo que le das siempre porque no hay cómo hacerlo, nadie te cede el sitio como siempre, él que no lo entiende, y tú te pones cada vez más tensa mientras el niño cada vez más imposible. ¿El fallo es tuyo? ¿No lo estás educando bien? No. Es una cuestión de costumbre... si alguien se hubiera levantado enseguida, le habrías dado el pecho y no habría pasado nada más. Como la gente no tiene alma, pues lo habéis pagado tú y tu hijo.

      Obviamente, todos esos desalmados debieron irse muy satisfechos con tu actuación de "no ceder", a la par que molestos por "ese niño maleducado que no dejaba de llorar, que por suerte tiene una madre que no cedió". Y digo satisfechos porque la gente sin alma sólo espera que los demás sean iguales...y no atender a tu hijo es lo que ellos recomiendan para que un niño acabe como ellos.

    • Cerrar respuestas
    • Muchísimas gracias por tu comentario, me reconfortan mucho tus palabras porque de verdad después del sofocón se me ocurrían mil opciones para no haberle dejado llorar como lo hizo. Eso sí, que sepas que salí del tren diciendo bien alto, ante el comentario de "vaya escándalo has armado eh?": no, si no ha sido el niño, ha sido el egoísmo de quien no se ha levantado para dejarnos sentar. Y cómo me miraban... pero has dado en el clavo, la gente no tiene alma y no quiero que mi hijo acabe así.

    • Cerrar respuestas
    • Avatar de iskandervv Respondiendo a iskandervv

      Pero que gente tan desgraciada y maleducada!! Cómo es posible que nadie, ni siquiera una persona se parara viendo la situación?? Ya no pido mucho al verte con un bebé, pero viendo que encima el niño quería teta??? No ha sido culpa tuya ni del niño, sino de la poca empatía, el egoísmo, y la mala información de la gente, que la mayoría se la pasa pensando que siempre es mejor "no ceder" cuando un niño pide algo. No quiero imaginar que tipo de infancia habrán tenido ellos para haber acabado así.

      Otra cosa, no lo destetes por los desplantes de la gente, por favor! Deja que sea entre tu y tu hijo un proceso natural, no forzado por inconscientes.

    • Los niños deben crecer felices y sin miedos y para ello necesitan del amor y la seguridad de los adultos. Cuando un adulto enfermo necesita atenciones, se las damos con todo el cariño que somos capaces; con mas razon debemos atender a ese ser que comienza su andadura por ese camino llamado vida. El bebe solo necesita sentir que estas ahi y no tiene otra forma de decirlo que llorando. Educar a un bebe no es hacerle sufrir. Pienso que un bebe atendido con amor y respetado , nos lleva a un futuro adulto mas alegre y feliz.

    • Al problema es que no hablamos de móviles o coche (u otros objetos) que son fácilmente cuantificables. Hablamos de personas, pequeñas, pero personas. Y aquí cada uno es un mundo.

      Claro, soy bastante inexperto en el tema, un novato, vamos, pero creo que muchas cosas deben ser aplicadas en su justa medida (aunque suene ñoño, creo que el cariño debe ser ilimitado) acompañado siempre de un razonamiento.

      Creo también que los niños deben aprender, pero nosotros como padres, debemos educar y enseñar desde el primer momento, fomentar que usen el coco en vez de dárselo todo hecho desde un primer momento. Mi niña, que todavía no gatea, cuando está boca a bajo y no llega a un juguete, su primera reacción es estirar el brazo, un poquito más. Y como no llega, llora. Considero vital y que los padres la ayuden a buscar mecanismos para llegar al juguete, motivándoles y animándoles (ellos conocen muchas formas de hacerlo y, además, son tremendamente sorprendentes). Y creo que es un error alcanzárselos sin más. Claro, hasta que lo cogen, lloran.

      De la misma manera, aunque sean pequeñines, también deben ser conscientes de la no inmediatez de las cosas, como dije antes, jamás "porque si", siempre con razones de por medio (yo estoy convencido de que entender, entienden). Nos ha pasado alguna vez que, o bien se nos ha pasado a nosotros la hora de la comida o bien ella la ha adelantado. No puedes dejar de lado la preparación de la comida para consolarla. Por más que llore, el puré no se va a calentar antes :P

      Y, sobre los brazos, nosotros al final hicimos lo que nos dio la gana, sinceramente. Unos decían una cosa, otros otra, otros otra completamente distinta. una locura, vamos. Mola tener a tu bebe en brazos, qué narices, en cada etapa es distinto. De pequeñina es muy enternecedor ver cómo busca cobijo y protección en tu cuerpo, de menos pequeñina cómo empieza a confiar en ti, a conocerte (hablo cómo padre, claro), a quererte. De pequeñina "a secas" te usa cómo trampolín para poder ver las cosas de otra manera, poniéndose en modo "superman", o haciéndote pedorretas en el hombro, o....EN SERIO ALGUIEN SE LO QUIERE PERDER???

      Nuestra bebe es una bebita mimosona, que sabe jugar ella sola, que sabe jugar con sus padres, que la encanta estar en brazos pero no los pide (como ya dije, porqué esperar para tenerla en brazos?). Con su mal genio y con un amor infinito hacia su mamá y papá, estoy convencido de que nos perdonará todos los errores que hemos cometido, cometemos y cometeremos :)

    • Cerrar respuestas
    • Avatar de pableras Respondiendo a pableras

      Claro... una cosa es que llore cuando no haya otra (quiere comer y estáis haciendo la comida, quiere estar con mamá, pero se está duchando) y otra que se le deje llorar deliberadamente cuando no hay necesidad. Puedo entender que dejes que intente coger algo por sí misma y que se queje si no lo consigue, pero alargarlo sin ayudarle, no sé... lo veo exagerado. Quizás puedas acercarla un poco a ella, en vez de acercarle el objeto. Será ella igualmente quien lo coja. Pero bueno, es un ejemplo. En general, la idea a transmitir es esa, que debemos educarles, que debemos estar ahí, que debemos evitar que sufran si está en nuestra mano y que poco a poco, a medida que nos ven vivir y que van madurando, van encontrando soluciones a cosas que al principio debíamos hacer nosotros. Además, si hay comunicación, cariño y si te llevas bien con ellos, no hace falta esperar obediencia. Suelen hacer las cosas con gusto porque consideran que así están bien hechas: recoger, tener cuidado de no manchar, etc.

      ¿Perdonarnos? Claro, nos vamos a equivocar una y cien veces, como ellos lo harán también. Mientras lo hagamos con cariño y respeto, seguro que nos perdonarán todo, de igual modo que nosotros lo haremos con ellos.

      Un saludo y bienvenido (creo que nunca te había leído por aquí).

    • Cerrar respuestas
    • Aunque no lo creas, esa era la versión resumida jajajaja.

      No es ponerse en plan "abusón" (o cabroncetes) y alejarla los juguetes deliberadamente. En el simple acto del juego, hay veces que sigue queriendo un juguete y este está a unos pocos centímetros de ella. Nosotros le meneamos un poco, se le acercamos SIN ponérselo al alcance. La intentamos motivar y animar para que ella lo coja, ella sabe que puede hacerlo. Tiene varios métodos, dos reseñables: o va dando saltos con el culete (el gracioso) o, agárrate, sabe que cuando no llega, si da media vuelta (vamos, hace la croqueta) pivota sobre su ombligo y deshace la croqueta, llega! (El que no se nos hubiese ocurrido).

      No soy experto en el tema, que conste. Tampoco tengo experiencia ni la pediatría/educación/psicología entran dentro de mi área de conocimientos, pero considero que es más importante motivar que dar, enseñar a razonar y a pensar antes que a dar la solución directamente.

    • Cerrar respuestas
    • Avatar de pableras Respondiendo a pableras

      Pues sí. No puedo quitarte razón porque creo que la tienes. Acompañar en el camino. Muchas veces hablo de ello, de estar ahí para cuando ya no encuentren soluciones. Yo mismo lo hago con los míos. Dejar que encuentren las soluciones, o devolverles sus preguntas con otra pregunta "¿y tú que piensas?".

      Todo depende de lo que hablemos, y de la edad de la que hablemos. Claro, a un bebito que llora porque tiene frío no le digas que se busque una chaqueta. Pero a un niño que te dice "tengo frío" sí puedes decirle "¿y qué puedes hacer para dejar de tenerlo?".

      Pero vamos, todo esto para decirte que me parece estupenda la base desde la que partes ;)

    • Que excelente artículo.... me encanto y no podia ser mas real y cierto.... dsd q mi bebito hermoso nació, me he dedicado a entenderlo a darle mucha tranquilidad y evitar darle razones para q llore.... acudo siempre q se pone intranquilo y comprendo lo q necesita... tiene7 meses y medio y es super reilon, cariñoso, tierno, tranquilo, nada uraño y muy despierto!!! Es una belleza, la vez q llora me desgarra el corazón y actuo rápido para calmarlo y hacerlo sentir seguro y protegido.... es mi vida y nunca hice caso a lo q me decía la gente, yo sigo mi instinto y me va muy bien....realmente es así, cuando lloran hay una razón o varias: hambre, sueño, dolor, incomodidad, frio, calor, sed, cariño, aburrimiento, miedo, etc.... hay q tener mucha paciencia y dedicar todo el tiempo dl mundo a entenderlos y calmar ese llantito q realmente es un grito d ayuda y es la unica forma d comunicación q tienen.... no dejen llorar a sus bebitos, ayudenlos, dependen completamente d ustedes, son tan indefensos, inocentes y frágiles...... q bello el artículo

    Inicio
    ×

    Utilizamos cookies de terceros para generar estadísticas de audiencia y mostrar publicidad personalizada analizando tu navegación. Si sigues navegando estarás aceptando su uso. Más información