Aunque se supone que la probabilidad de tener niño o niña es del 50% en cada embarazo, a la práctica parece que no todo funciona de ese modo, y hay parejas que pueden llegar a tener tres o cuatro hijos de un mismo sexo (que me lo digan a mí) y las hay que deciden probar un siguiente embarazo por si por fin llega el bebé del sexo anhelado, cosa que no siempre sucede.
A no ser que la tecnología se ponga al alcance de los padres, como sugieren algunos expertos en fecundación in vitro, que defienden que los padres deberían poder escoger el sexo del bebé a partir del tercer hijo.
Las leyes deberían cambiar
A finales de este año se revisarán las leyes de fecundación in vitro en Australia, y los expertos de ese continente están haciendo presión para que se permita elegir el sexo para el tercer bebé, según explican, por razones de equilibrio dentro de la familia.
Hasta la fecha, sólo se permite a los padres escoger el sexo por razones médicas, básicamente para evitar ciertas enfermedades genéticas ligadas al sexo del bebé, que podrían evitarse en caso de escoger uno determinado. Seleccionar el sexo por razones religiosas, o bien por cuestiones culturales o por deseo de tener "la parejita" o similar, está terminantemente prohibido.
Esto es lo que se quiere cambiar en algunos supuestos, de manera que los padres sí tengan ese poder de decisión en esa tercera gestación. Al parecer no son muchos los padres que optarían por elegir, según dicen dichos expertos, pues muchos no querrían hacerlo y preferirían dejarlo en manos del destino, pero en aquellos casos que ya se tienen dos niños o dos niñas, podría ser una buena solución, según defienden.
Ese cambio de ley podría sentar un precedente ético al que luego podrían intentar acogerse otros países, a fin de ofrecer una solución similar a los ciudadanos.
"Así los padres no se pondrán en riesgo en otro país"
Uno de los mencionados expertos es el Profesor Michael Chapman, que defiende que sería una manera de proteger la salud de las parejas australianas y los riesgos económicos de acudir al extranjero para poder tener ese servicio. Además, según leemos en Babyology, defiende que es algo que tarde y temprano se hará, cuando dice lo siguiente:
Nos acusaron de crear bebés de diseño cuando comenzamos a hacer FIV hace 25 años. Ahora hay más de 200.000 niños nacidos en Australia por FIV y hemos hecho feliz la vida de las personas.
La Asociación Médica de Australia es contraria a esa medida
Sin embargo, el presidente de la Asociación Médica de Australia, Michael Gannon, se ha negado a apoyar esta medida por considerar que se trata de un uso inapropiado de la tecnología. De hecho, el riesgo que comenta el profesor Chapman podría no ser nada comparado con el que podrían correr muchas parejas que podrían tener un hijo naturalmente, al someterse a una FIV en busca del tercer hijo con el sexo deseado.
Es decir, podría suceder que algunas parejas decidieran tener un hijo mediante fecundación in vitro, con los riesgos que ello conlleva (los niños nacidos de una fecundación in vitro tienen, de media, peor salud que los concebidos naturalmente), sólo para poder escoger el sexo del bebé.
¿Qué opináis? ¿Creéis que los padres deberían poder escoger el sexo de su tercer bebé? Yo, en vistas de este riesgo que os acabo de comentar, ya digo de antemano que no. Tengo la sensación, de hecho, de que no lo hacen pensando en los padres, sino en poder ofrecer un servicio más a disposición de las parejas, para aumentar la clientela.
Foto | iStock
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