'Happy slapping', el nuevo tipo de ciberacoso más extendido entre adolescentes: cómo combatirlo

'Happy slapping', el nuevo tipo de ciberacoso más extendido entre adolescentes: cómo combatirlo
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El bullying o acoso escolar es una realidad que no se puede obviar. Según los últimos datos del Ministerio del Interior, en 2018, se presentaron 954 denuncias de menores por acoso en las aulas. Por desgracia, hay muchos otros niños que no llegan a denunciar y no aparecen en las estadísticas.

Per desde que los móviles han aparecido en escena, el ciberbullying o acoso a través de las redes sociales, no deja de crecer. Tal y como refleja el 'III Estudio sobre el acoso escolar y ciberbullying', realizado por la Fundación Anar (Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo) y la Fundación Mutua Madrileña, el acoso por Internet ya supone el 24,7% de los casos totales de acoso escolar, siendo los insultos y las amenazas su forma más común.

Y entre el ciberacoso hay una práctica que cobra más fuerza entre los adolescentes: 'el happy slapping' (bofetada feliz), la grabación de una agresión y su difusión a través de Internet, haciendo que se haga viral.

Bebés y Más ha preguntado a Luis Antón, psicólogo de IPSIA, por qué triunfa entre nuestros hijos y qué podemos hacer para prevenirla.

En qué consiste el 'happy slapping'

Los peligros acechan a nuestros hijos en Internet de varias formas posibles. Ya hemos advertido en varias ocasiones de los riesgos de prácticas extendidas entre los adolescentes como el 'sexting' (el selfie sexual que busca el mayor número de likes en las redes sociales) o los retos virales, muchas veces absurdos pero muy peligrosos, en un intento de pertenecer a un grupo o, como dicen nuestros hijos "ser popular". De hecho, las amistades son esenciales a esta edad.

Y eso a pesar de que diferentes estudios han demostrado que el adolescente que pasa muchas horas en las redes sociales tienen más riesgos de sufrir ansiedad y depresión.

Así que hay que como padres toca estar vigilantes y advertir a nuestros hijos de los riesgos de esta nueva práctica de ciberacoso tan extendida entre los jóvenes: la grabación con el móvil de la agresión física, verbal o sexual o algún acto que deja a un compañero en ridículo, y su difusión online por mensajería instantánea (como el whatsapp) o las redes sociales.

En ocasiones se hace viral, provocando mucha vergüenza y problemas de autoestima al joven que aparece humillado en las imágenes.

Surge como una modalidad más de acoso y con la misma finalidad, según explica el psicólogo: "la intención de los agresores de hacer y estar en un grupo con un posicionamiento superior en alguna de las valoraciones". Y para lograrlo, vejan a quienes que consideran que están fuera de ese grupo.

Añade Luis Antón que funciona igual que el bullying o el ciberbullying, pero con mayor repercusión, acrecentando aún más el daño, ya que "se intenta avergonzar al acosado en círculos sociales más grandes".

"El acosos escolar se quedaba en clase. El 'happy slapping' persigue el mayor número posible de testigos de la humillación, porque los agresores buscan notoriedad".

Graves consecuencias para la víctima adolescente

Comienza a ganar fuerza a partir de los 14 años, momento en que los chicos empiezan a sentir la necesidad de pertenecer a un grupo. Pero para la víctima de esos abusos, las consecuencias son fatales. Según el psicólogo, puede sufrir baja autoestima, problemas emocionales, ansiedad, miedo a ir al colegio o instituto, depresión... "Además, no es raro que pierda el interés por estudios y vida social, lo que puede acabar en fracaso escolar y aislamiento".

Hay que actuar como en cualquier caso de acoso

Ciberbullying

Las señales que nos indican que nuestro hijo puede ser víctima de una publicación viral de 'happy slapping' son las mismas que en cualquier otro acoso: el adolescente se siente triste y deprimido, no quiere ir a clase, deja de usar sus dispositivos móviles, tiene dificultad para conciliar el sueño, manifiesta dolores de cabeza o estómago, náuseas y vómitos.

Así lo explica el experto de Ipsia, que pide a los padres estar muy atentos a cambios de comportamiento en sus hijos que pueden indicar que algo no marcha bien en su vida: como aumento o pérdida de peso rápido por su actitud diferente ante la comida o diarreas frecuentes.

Añade que sus implicaciones sociales son incluso más graves que el acoso tradicional.

"Siempre es más difícil 'salir' y poder procesar algo que queda registrado en los medios, que persigue siempre al adolescente".

La mejor forma de actuar de los padres pasa, según Luis Antón, por hacer sentir a sus hijos que pueden contarles cualquier cosa y que entiendan que los que han actuado mal son los agresores, a la vez que se pone remedio a la situación:

  • Haciendo capturas de pantalla de los insultos o amenazas.

  • Descargando todos los vídeos y archivos relacionados, con un registro de las horas y los días en los que fueron enviados o difundidos.

  • Acudir a un experto que recoja los metadatos de esos archivos (dónde fueron realizados, cuándo, etc.)., en caso de no conocer quién es el acosador (algo usual en redes sociales).

  • Poner el caso en conocimiento del centro escolar.

  • Ofrecer ayuda psicológica al adolescente.

Fotos | iStock

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