La relación entre padres e hijos ha ido evolucionando con el tiempo. Si antes la crianza y cuidado de los hijos solía recaer en la madres, ahora los padres actuales pasan tres veces mas tiempo con sus hijos, en comparación con esas generaciones anteriores.
Diversas investigaciones han hablado de los beneficios de tener padres involucrados en la crianza de los hijos, y ahora sumamos un estudio más a la lista, que ha encontrado que los juegos de contacto físico entre papá e hijos durante los primeros tres años de vida mejoran el control de las emociones.
Publicado en la revista Developmental Review, el estudio realizado por la facultad de educación de la Universidad de Cambridge y la fundación LEGO tenía como objetivo analizar de qué forma influía en el desarrollo de los niños el juego con mamá y/o papá desde su nacimiento hasta los tres años.
Esta nueva investigación consistió en la revisión sistemática de 78 estudios realizados en Europa y Estados Unidos entte 1977 y 2017, en los cuales se había encontrado una correlación consistente entre el juego entre padres e hijos y las habilidades emocionales de los niños.
De acuerdo con los resultados de la investigación, aquellos niños cuyod padres que pasaban tiempo jugando con ellos desde temprana edad, mostraban tener una mayor facilidad para controlar sus emociones y coportamiento a largo plazo.
Aunque para todos los niños es beneficiosos que ambos padres pasen tiempo con ellos y sobretodo, que jueguen juntos, sabemos que hay diferencias entre la forma de jugar de cada uno con sus hijos.
Por ejemplo, el estudio encontró que los padres tienden más al juego de contacto físico, como hacerles cosquillas, perseguirles o llevar a sus hijos sobre sus espaldas, lo que de acuerdo con este nuevo análisis, ayuda a que los niños aprendan a controlar mejor sus emociones.
En conclusión, los investigadores encontraron tres descubrimientos clave durante esta revisión:
- El primero: que los padres pasan una proporción significativa del tiempo con sus hijos en interacciones juguetonas, frecuentemente en forma de juegos físicos.
- El segundo: en balance, la evidencia sugiere que la frecuencia del juego entre papá e hijos aumenta desde la infancia hasta la edad preescolar, para después disminuir hacia la llegada de la infancia media.
- El tercero: los estudios que analizaron la relación entre el juego entre padres e hijos sugieren que el juego de los papás en los primeros años de vida contribuye de forma positiva en el desarrollo social, emocional y cognitivo de los niños.
En conclusión, es importante que los niños pasen tiempo suficiente con ambos padres, pero el juego físico que tienen con papá no solamente es divertido para ellos, sino que los ayuda a tener un mejor desarrollo emocional y social, lo cual les será muy útil para toda su vida.
Foto | Pexels
Vía | The Guardian
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