La crianza natural, los consejos gratuitos y cómo evolucionan los padres que crían con apego (II)

La crianza natural, los consejos gratuitos y cómo evolucionan los padres que crían con apego (II)
17 comentarios

Ayer publicamos una entrada hablando de la crianza natural y de cómo los padres van evolucionando a medida que pasa el tiempo.

Explicamos que muchos padres y madres empiezan a educar a sus hijos de un modo diferente al que tenían pensado, normalmente al darse cuenta de que las necesidades de los hijos son diferentes a lo que la gran mayoría de personas explican que se les debe ofrecer.

En ese momento empiezan a descubrir otra opción de educar y se empiezan a formar a partir de ese punto de partida, dándose cuenta de que es posible criar a un hijo de un modo más respetuoso que el tradicional y queriendo mostrar lo aprendido a otras personas.

Aparecen los primeros enfados con los que quieren aconsejar

Llenos de información, de buenas intenciones y sintiéndose diferentes al resto, por tratar de mejorar el mundo en el que viven a través de sus hijos, los padres y madres que defienden la crianza natural pasan por una etapa, más o menos larga, en los que son especialmente susceptibles a las críticas ajenas.

Los padres, los suegros, la hermana mayor, la vecina del quinto, el pediatra, la que espera en la cola de la frutería detrás de ellos, el que se sienta delante en el autobús, la enfermera, la cajera del super y en definitiva un gran número de personas, que están convencidos de que la educación que recibieron sigue siendo el único camino para lograr que los niños no se conviertan en adolescentes insolentes capaces de grabar peleas en un móvil, aconsejan, de un modo gratuito y sin importarles demasiado el parecer de sus receptores, utilizar métodos más disciplinarios que los que estos padres están llevando a cabo, tales como poner horarios o fechas a los ritmos de los bebés (comer cada 3 horas, quitar el pañal antes de los dos años, etc), quitarles la teta para que coman más “comida de verdad”, etc.

Todo ello hace que estos padres y madres se sientan atacados, heridos, cuestionados y enfadados por ver que el entorno no entiende por qué tratan así a sus hijos y por qué no les tratan del modo que les sugieren.

Es más, el cabreo aumenta más todavía cuando se dan cuenta de que ellos tienen que recibir dichos consejos y lecciones con una sonrisa y casi dando las gracias cuando resulta que los demás se toman sus palabras como un ataque directo a sus capacidades como madre o padre (“¿me estás llamando mala madre?”, “perdona, pero no eres mejor madre por…”, etc.).

No todo el mundo quiere cambiar

Pronto, a medida que van explicando a más y más gente lo que es la crianza con apego, los padres se dan cuenta de que no todas las personas quieren buscar otra verdad, igual que no todas las ovejas se escaparían del rebaño si tuvieran posibilidad de hacerlo porque a veces, la necesidad de ser aceptado por la mayoría, de pertenecer a la sociedad, es mayor que las ganas de conocer otras realidades.

Aún recuerdo a una amiga que, al hablar de que quizás buscaríamos un colegio tipo Waldorf para mi hijo, nos respondió: “Pues yo no. Es que yo quiero que mi hijo sea normal”.

Se aprende a vivir y a convivir con el resto

mama-y-bebe-crianza-natural5.jpg

La primera reacción al ver que hay quien prefiere no conocer otras opciones es la de incomprensión: ¿Cómo puede ser que no quieran aprender a educar a los niños con más respeto y menos violencia?, se preguntan. Sin embargo, con el paso del tiempo acaban entendiendo que no todo el mundo vive para y por sus hijos, y que es algo totalmente lícito y respetable que así sea.

Hay personas que, dicho mal y pronto, “no quieren calentarse mucho la cabeza”, y prefieren educar con el camino rápido (“he dicho que no y punto”), en vez de dedicar tiempo y palabras negociando y llegando a acuerdos que ayuden a padres e hijos a crecer ambos como personas.

Con el tiempo los padres y madres que defienden la crianza con apego y que se sentían, en parte, ciudadanos de otro mundo, casi enfadados con el resto por no aprovechar la oportunidad que se les brinda cada vez que un niño nace de construir un futuro mejor, empiezan a relativizar ciertas cosas y aprenden a vivir y a convivir con el resto.

Así entran en un momento de la vida en que viven y dejan vivir y respetan otras opciones de crianza, pese a no comulgar con ellas (bueno, no todos los padres llegan a esta fase de maduración, pero sería lo deseable, por supuesto).

Pero las críticas continúan

Sin embargo las críticas o los consejos gratuitos continúan, se siguen produciendo, y algunos padres deciden dejar hacer, sonreír, dar la razón y olvidar 0,6 segundos después el mensaje recibido. Otros padres prefieren responder, con tranquilidad y naturalidad (algunos más, otros menos), mostrando el por qué de sus actos y de su estilo de crianza.

Resumiendo

mama-y-bebe-crianza-natural6.jpg

Críticas y opiniones gratuitas las recibe todo el mundo. Como se dice habitualmente, cuando eres madre, hagas lo que hagas, lo harás mal.

La crítica o la opinión tiende a molestar a todos los padres excepto a aquellos que la piden o que la esperan con gratitud para tratar de ser mejores padres.

Los que tienen una filosofía de crianza más bien respetuosa, afín a la denominada crianza natural o crianza con apego, pasan por ciertas etapas y en alguna de ellas se sienten más susceptibles.

Es por ello que es fácil ver a padres y madres comentando airadamente lo mal que se sintieron cuando tal o cual persona le dijo que estaba haciendo algo más o menos malo a su hijo y que debería hacer algo para solucionarlo.

La intención de las dos entradas dedicadas a este tema es mostrar la evolución más o menos estándar de estos padres, para que se entienda su comportamiento, su sentir y el por qué de algunos de sus actos.

Al final, tarde o temprano, como ya he dicho, todos (al menos los más educados), acaban por ver, oír y callar, a menos que se les pregunte o se les cuestione.

Fotos | Flickr – oksidor, molly_darling, Robert Whitehead
En Bebés y más | La crianza natural, los consejos gratuitos y cómo evolucionan los padres que crían con apego (I), La crianza con apego (Attachment parenting), Sobre el neomachismo y la crianza con apego, La química del apego seguro, La teoría del apego de John Bowlby

Temas
Comentarios cerrados
    • interesante

      Yo también pasé por esa etapa en la que los consejos para que mi hija no durmiese en mi cama me ponía de los nervios. Cuando escuhaba la dichosa frase de "ya se ha acostumbrado" (con tan sólo unas semanas de vida) respondía irritada que "habría llegado ya acostumbrada porque a mí no me había dado tiempo a enseñarle nada". No sé si incluirme en el colectivo de Crianza Natural, nunca me han gustado demasiado las etiquetas, sin embargo lo que si tengo claro es que yo crio con apego, con todo el apego del mundo. De todos modos tampoco me identifico con personas que practican la C.N y en sus comentarios detecta un tufillo de superioridad al resto de padres. Yo estoy segura de ver a mi hija feliz en estos momentos y de que se siente segura y muy querida, pero no puedo estar saber qué tipo de persona será en el futuro.

    • interesante

      Me gusta que hayáis tocado el tema de recordar nuestra infancia para hacer con nuestros hijos lo que nos gustaba que hicieran con nosotros. Algún día escribiré un post al respecto.

      Yo también empecé a trazar mi línea de crianza con mis hijas (no me gusta calificarla como "natural" es "mi crianza") cuando hice una especie de regresión a mi infancia, me puse en la piel de aquella niña (yo) de 3, 4, 5 años, porque de antes no tengo recuerdos pero seguro que me gustaba lo mismo. ¿Qué recuerdo como grato, amoroso de aquellos años? Los mimos, los besos, los abrazos, los "te quiero", el meterme en la cama de mi madre (era viuda), las manos mágicas de mi madre que consolaban el llanto, los malos sueños y curaban el dolor de tripa.

      También recuerdo que tomé la leche en biberón hasta los 4 años y que me pelaban una a una las uvas y les quitaban las pepitas para que las comiera (una bisabuela de 80 años, parecía de 60, que vivía con nosotros y en cuya cama también me metía por las noches buscando calorcito)... Esos gestos no me han hecho una consentida ni una sobreprotegida que se cree que todo se lo hacen los demás, más bien todo lo contrario.

      En fin, ha descubierto recuerdos muy íntimos, pero como conclusión lo que quiero decir es que la infancia de nuestros hijos es una sola y son años claves para su vida. Como padres se supone que queremos que nos recuerden como amorosos, cariñosos y comprensivos. Esto no tiene nada que ver con dejarlos hacer lo que quieran o que "se nos suban a las barbas" como se suele decir. Mi madre cuando tenía que poner mano dura la ponía, y yo también soy estricta en algunas cuestiones en la educación de mis hijas. Se confunde el ser amoroso con dejarlos hacer lo que quieran y creo que no es así.

    • interesante

      La cuestión es aprender pronto a no molestarse por los comentarios y estar seguro de que la crianza con apego es el mejor legado que puedes darle a tus hijos. Muy buen artículo Armando, me quedo a la espera del del sistema y la baja autoestima :) Para finalizar, una frase de el Principito "Todas las personas mayores fueron al principio niños.Aunque pocas de ellas lo recuerdan". Creo que muchas personas que criamos con apego sí que lo recordamos y queremos cambiar las dinámicas negativas de nuestra infancia.

    • Cerrar respuestas
    • Avatar de mamichula Respondiendo a mamichula

      No sé si algún día me meteré en semejante berenjenal ("sistema y autoestima")...

      El Principito es adorable y tienes razón, cuando eres padre recuerdas de repente lo vivido cuando eras hijo.

    • interesante

      Hola a todos, soy nuevo posteando, aunque os he estado leyendo durante todo el embarazo de mi mujer y ahora continuo haciéndolo con mi niña de 11 semanas. No es que gracias a este foro descubriese la crianza con apego (reconozco que el nombre si que lo descubrí), porque en mi fuero interino ya opinaba así, pero si que gracias a vosotros, me di cuenta de que había más gente que pensaba como yo.

      Y esto es importante cuando tu propio padre, que es médico y se ha hartado de ver niños mientras estaba activo profesionalmente (ahora está jubilado) te dice que dejes llorar a una niña con cólico del lactante, o cuando tu suegro te dice que tenemos que ponerle horarios a la niña para que como cuando le toque (la famosa lactancia con horarios, que tan buenos resultados a dado. Modo Ironic OFF).

      En fin, que hasta hace poco yo pasaba al contraataque, pero descubrí que era más fácil poner cara de agradecimiento, decir "Gracias muy interesante, lo haremos" y hacer a continuación lo que consideramos oportuno. También es verdad que eso lo hacemos con familiares y amigos, a los que no les vas a responder de la forma que en realidad te gustaría. Cuestión diferente es gente desconocida, y aunque aún nadie así me ha dicho nada, el caso es que al que se atreva le espera un "Métase en sus asuntos".

      P.D.: Armando, lo que me acordado de tu post de los pinchazos a los niños y la anestesia tópica cuando a mi niña le metieron tres pinchazos vacunales como tres banderillazos a un toro.

    • Cerrar respuestas
    • Avatar de haunfan Respondiendo a haunfan

      Mucho ánimo haunfan. El entorno parece que no acompaña demasiado, pero lo bueno que tiene el asunto es que vosotros sois los padres y sois vosotros los que tenéis que elegir el camino y vivir los aciertos y los errores.

      Un saludo!

    • interesante

      Yo no he entendido nunca la manía que tiene el personal de dar consejos gratuitos sin que nadie los pida.

      Yo soy una maestra en poner buena cara, decir que sí con la cabeza haciendo ver que escucho y luego hacer lo que a mí me parece mejor. También es verdad que mi entorno es bastante más pro-CN de lo que me pensaba, así que muchas decisiones no nos han supuesto problemas con nuestro entorno -como no forzar a comer o el porteo-.

      Y una cosa tengo clara: ni justifico ni doy explicaciones de las decisiones que tomamos. Eso es única y exclusivamente competencia de mi marido y mía. Me parecería absurdo tener que dar explicaciones de como dormimos o qué comemos, así que con nuestro hijo seguimos la misma línea.

      Besitos.

    • interesante

      Me encanta esta entrada, me describe tal cual. Añadiría que mucho terminamos callándonos ante los consejos gratuitos porque cuando hemos tratado de explicar nuestro punto de vista, los otros padres se sienten atacados como si les dijeras que son malos padres o algo así.

    • Cerrar respuestas
    • Avatar de 8120 Respondiendo a 8120

      Elsa, sí he hablado de esto ;)

      Te copio el fragmento:

      "Es más, el cabreo aumenta más todavía cuando se dan cuenta de que ellos tienen que recibir dichos consejos y lecciones con una sonrisa y casi dando las gracias cuando resulta que los demás se toman sus palabras como un ataque directo a sus capacidades como madre o padre (“¿me estás llamando mala madre?”, “perdona, pero no eres mejor madre por…”, etc.)".

    • interesante

      Mi estrategia con la familia...canviar de tema. El Viernes mismo con mi suegra (que es antiteta) "Pues al Samuel ya lo han destetado ¿a la Sara cuándo le vas a quitar la teta? ¿Ya pronto no? porque ya tiene dientes" Respuesta: "Si le están saliendo dos nuevos, pobrecita ha pasado más mala noche".

    • A mí lo de los consejos no pedidos ya me sorprendió durante el embarazo. Yo, que era "doña independiente", de repente pasé a estar en el punto de mira de todos que se permitían decirme desde lo que tenía que comer o beber (y no hablo de un tema de control de salud, sino los espontáneos que me decían que debía comer más carne o no tomar lentejas), cuándo y cuánto debería descansar, etc. Y me costaba asumir esos comentarios porque anteriormente les hubiera mandado a paseo con tranquilidad, pero la diferencia es que teóricamente ellos no lo decían por mí, sino por mi bebé. No por mi bien, sino por el de mi hija.

      Se lo comenté a un amigo que ya era padre y me contó que después era aún peor, que entonces los comentarios serían "le haces demasiado caso" o "le haces poco caso". El caso es opinar.

      Y eso sin entrar con el tipo de crianza que se haga. Es por eso que yo procuro no aconsejar a no ser que me lo pidan. De verdad que pienso que cada uno encuentra las opciones que más le satisfacen. Es como cuando vamos al kiosco a comprar el periódico, ya sabemos cuál queremos porque nos va a contar la noticia según nuestra ideología.

    • "Cuando eres madre, hagas lo que hagas, lo harás mal". Creo que esas palabras definen totalmente lo que pasa cuando se es papá o mamá. Tener un bebé equivale, por no sé qué extrañas razones, a tener un imán para los comentarios... que, al principio, llegan por montones, de todos lados, porque sí, porque no y porque da igual; pero que luego -por fortuna- se van aplancando (¿o se aplacara nuestra impaciencia e irritabilidad al oirlos?). Mi hija apenas tine 8 meses y sé que tengo camino por delante, pero ya me importa menos lo que me digan, pues me conozco como madre y conozco a mi chiquita. Sé que las críticas y sugerencias no pedidas nos llegan a todos, sé también que las etiquetas propician a veces -lamentablemente- enfrentamientos encarnados, sé que todos nos sentimos o nos hemos sentido cuestionados. Pero tal vez no tiene remedio... Y, claro, si creemos que tenemos un hijo maravilloso, querremos también que otros lo tengan... o, cuando menos, que no se pierdan lo bonito y gratificante que es mimarlo, abrazarlo, besarlo. Lo mismo pensarán quienes crían a sus hijos sin hacerlo... ¿O habrá padres que conscientemente quieran hacer daño?

      Este tema da para largo. Lo que sí está claro (y ya lo decía en mi blog en algún momento, cuando me preguntaba por qué los papás y mamás que criamos con apego recibimos tantas críticas -se suscitaron, entonces, comentarios interesantes... de retrato) es que sería muchísimo más grato no criticarnos ni cuestionarnos... no en el plan de pensar que nuestras posturas son verdades absolutas, si no en el que reconoce que hay diferencias y que "cada quien tiene su manera de matar las pulgas". Con que le demos a nuestros hijos la educación que queremos y nos informemos para lograrlo, pienso que hay un gran camino avanzado. Gracias, otra vez, Armando.

    • Hola Armando,

      Excelente post, de verdad que nos haces sentir un poco acompañados, menos alien... Es bueno saber que muchos de nosotros hemos pasado por lo mismo, y me parece genial que lo hayas "tipificado" como proceso.

      Concuerdo con Elena, en que muchos padres deberían recordar su infancia a la hora de criar a sus hijos. Yo comencé a acercarme a la crianza natural y a cuestionar lo que yo creía que eran mis instintos (que al fin y al cabo acabaron siendo el bagaje emocional, social y educativo de mi infancia, y no mis instintos), recordando qué me gustaba y qué me dolía oir y recibir como trato cuando era niña. Así llegué a mi verdadero instinto, pero es un trabajo duro de introspección y autoevaluación.

      Estoy de acuerdo con Mirel también en que no hay proyecto en el cual valga más la pena invertir tiempo, esfuerzos, investigación, corazón y empeño que un hijo :)

      Tienes toda la razón cuando dices que al principio sientes que puedes cambiar el mundo, creo que bastante cambiamos con criar a nuestros hijos de esta manera, asi mañana serán adultos más sensibles, respetuosos y amables. Harán las cosas por convicción y no por temor, o amenazas. Por otro lado, yo me molestaba mucho cuando iba apasionada a contarle lo que acababa de reflexionar o leer a los que están a mi alrededor y su respuesta era indiferente o comenzaban a debatirme con comentarios "esa forma de crianza es utópica, la gente en tu situación no puede hacer eso"... ahora intento decir las cosas de manera más "light" y serena, y parece que así respetan más que es una decisión (y que no les estoy consultando, sino participando como deseo hacer las cosas).

      Cuando me ofrecen consejos no deseados, si es un familiar o amigo; trato de responderles amablemente dándoles las gracias, y diciendo que sé que lo hacen con la mejor intención, pero que por equis motivo eso no concuerda con la personalidad de mi hijo, o con mis principios, por ejemplo. A un extraño suelo contestarle de forma más tajante, dando menos explicaciones. En cualquier caso si me hacen salir o casi salir de mis casillas al inisistir en sus puntos, finalizo con un "pero tú criaste a tus hijos a tu manera ¿no? Pues yo tengo derecho de criar al mio a mi manera."

      Un abrazo,

      Louma

    • Un post muy necesario. Todos los padres que criamos con apego tenemos una master en paciencia infinita, no sólo por la crianza de nuestros hijos, sino de aguantar infinidad de comentarios y sugerencias que, aunque bienintencionadas, no nos gustan. Yo empecé leyendo el blog de Mamareciente por curiosidad y de ahí llegué a este blog y a la maravillosa página de Crianzanatural. Desde ese día he leído y estudiado todo lo que ha psado por mis manos sobre la crianza natural. Invito a todos los padres y futuros padres a cuestionarse los métodos preestablecidos y a investigar por sí mismos cuál es la mejor manera de educar a nuestros hijos. ¿Hay algún proyecto en el que merezca la pena esforzarse más y que dé mayores recompensas? Seguro que no

    • Precisamente pir esta razón creamos la asociación besartean en Vitoria. Si estais a favor de la crianza natural podeis venir a nuestras reuniones o ver nuestro blog www.besartean.blogspot.com alli podeis encontrar nuestro foro y nuestra direccion de e-mail

    • Antes jamás opinaba cuando otros papas-mamas hablaban de como habían aplicado el método estivill, como lo hacían para que sus hijos comiesen, obedeciesen... Cuando me preguntaban directamente, la verdad, me daba vergüenza. Si digo que mi hija duerme conmigo y que jamás la dejo llorar me miran como si estuviese cometiendo un error irreparable y que por mi culpa mi hija se va a convertir en alguien dependiente y mimada etc... Ahora supongo que he pasado a otra fase. Mi hija tiene 3 años y sigue durmiendo conmigo pero si me preguntan ya no lo digo con vergüenza. A pesar de las críticas nunca me he planteado dejar de hacerlo. Trabajo a jornada completa y la noche es lo único que comparto con mi hija. Intento darle todo el cariño y contacto que no tiene durante mi jornada laboral.

      Hace unos días hablando con otro papá de como jugaban nuestros hijos, me contaba que su hijo es muy activo, le gusta mucho jugar con coches... Yo le dije que mi hija era mucho más tranquila y que le gustaba hacer manualidades, los muñecos, los puzles y los cuentos. Entonces cometí el error de contar que le gustaba leer, que le estaba enseñando... y sin poder terminar mi frase tuve que sufrir su comentario-consejo... Que él no tenía ninguna prisa porque su hijo leyera, que para eso ya habría tiempo- insinuando que era mejor a esta edad jugar que leer. Primero me sentí mal, y después un poco molesta le contesté: Si tu hijo te pide un coche de juguete se lo compras, si mi hija me pregunta, mama ¿que pone aquí? pues se lo explico!. No dije nada más. No creo que fuese capaz de transmitirle lo importante que yo consideraba la lectura para mi hija, y los beneficios que creo que aporta para su desarrollo.

      No sé en qué fase estoy. Pero está claro que no he superado la fase de “intentar justificarme”. Leeros es todo un alivio. Estas cosas no solo me pasan a mi. :-)

    • Más allá de la forma que se haya elegido para criar a los hijos, creo que lo más importante es respetar las elecciones, decisiones y métodos que cada pareja pone en práctica. Todos quieren que sus hijos, el dia de mañana, sean buenas personas, sepan desenvolverse y ser felices. No existen métodos mágicos ni reglas más efectivas que otras; simplemente cada pareja hará lo que crea mejor y más conveniente para su hijo en ese momento y en ese contexto. Nadie es mejor padre por besar mas a su hijo que el vecino, ni es peor padre el que no da explicaciones de sus decisiones. Simple y llanamente estamos hablando de diferentes personas con diferentes historias y que realmente hacen lo que creen mejor para su retoño.

    Inicio
    ×

    Utilizamos cookies de terceros para generar estadísticas de audiencia y mostrar publicidad personalizada analizando tu navegación. Si sigues navegando estarás aceptando su uso. Más información