Según un informe del programa Construir una Europa por y para los niños, el 50% de los padres españoles recurren a la violencia física cuando pierden el control de la situación con sus hijos o no encuentran otro medio de imponer disciplina.
Es muy amplia la diferencia con Suecia, donde un 5% de los padres reconoce hacerlo. Por su parte, me han sorprendido las cifras de República Checa y Francia, donde un 80% de los padres dice recurrir al castigo corporal con sus hijos. Es posible que haya matices como que algunos padres no consideran castigo corporal a dar un cachete en el culo, pero de todas formas los porcentajes son significativos.
El castigo físico no es algo fácil de reconocer ni una conducta fácil de erradicar de la sociedad. Lleva su tiempo, pero varias campañas se están promoviendo desde varios sectores para lograrlo. Sin ir más lejos, hoy mismo se ha presentado un anuncio titulado “Tus manos son para proteger" que pretende luchar contra el cachete, la bofetada y los gritos.
Muchos dirán “a mi me han dado algunos cachetes de pequeño y no me han traumado", pero no es motivo para repetirlo con nuestros hijos. ¿Qué derecho tenemos para pegarles? Los niños tienen el mismo derecho que un adulto (no son mini-personas con mini-derechos) y a un adulto no le daríamos un cachete en el culo porque no nos gusta lo que hace.
Recurrir a los gritos y al cachete es lo fácil, pero en lugar de decir “no les viene mal" o “sino no lo entienden" tenemos que comprender que el problema es nuestro si creemos que necesitamos levantar la mano para que nuestros hijos nos hagan caso. De hecho, al recibir un cachete el niño no entiende que no debe hacer tal cosa, sino que si la hace mamá o papá le pegan.
No les hacemos ningún favor a nuestros hijos dándole “un cachete a tiempo". Las investigaciones demuestran que pegar a los niños les vuelve agresivos y hasta se lo relaciona con la violencia de género.
Niños a los que les han pegado, adultos agresivos. Está en nosotros cambiarlo.
Vía | LA tribuna de Albacete
En Bebés y más | Pegar a los niños les vuelve agresivos, Corregir no es pegar, “Corregir no es pegar" también en el 2008. Alternativas a la bofetada