Abordamos hoy un tema duro; duro pero necesario. Hemos estado viendo las conclusiones de un estudio reciente realizado en Chile para determinar la prevalencia, frecuencia y características del maltrato físico y psicológico en niños y niñas de ese país, y también para determinar la prevalencia de abuso sexual en esa población.
Sabemos que el maltrato infantil es un grave problema en todo el mundo, a menudo invisible, a menudo callado, a menudo permitido. Solo tres países de Latinoamérica prohíben el castigo físico, por eso es importante cualquier acción destinada a visibilizar el problema y aumentar la concienciación sobre su importancia.
Así lo hace este estudio realizado en 2012 que divide sus resultados entre tres tipos de violencia contra los niños:
Violencia psicológica: te grita, te dice que no te quiere, te insulta o te dice palabrotas, te hace burla frente a terceros, no te habla por un periodo largo, amenaza con golpearte o tirarte algún objeto, te encierra.
Violencia física leve: te lanza cosas, te tira el pelo o las orejas, te empuja o zarandea, te da cachetadas o palmadas.
Violencia física grave: te patea, te muerde o te da un puñetazo, te quema con algo (cigarro, objeto, agua caliente), te golpea o trata de golpearte con objetos, te da una paliza, te amenaza con un cuchillo o armas, usa cuchillos para agredirte.
Pues bien, teniendo en cuenta esta diferenciación, los datos obtenidos en el estudio de Chile señalan que el 71% de los niños y niñas recibe algún tipo de violencia de parte de su madre y/o padre. Un 51.5 % sufre algún tipo de violencia física y el 25.9% de los niños y niñas sufre violencia física grave.
Se trata de unas cifras abrumadoras que dan cuenta de cómo desde el año 1994 a la fecha hay una disminución de la violencia, sin embargo en las últimas tres mediciones realizadas en el país se aprecia que la violencia física grave se ha mantenido sin modificaciones.
El maltrato entre los padres y el consumo de alcohol en la familia son algunos de los factores de riesgo relacionados con el maltrato.
Además hay un apartado específico dedicado al abuso sexual infantil, en el que vemos que el promedio de edad de los niños y niñas, la primera vez que sufren abuso, es de ocho años y medio. El abuso sexual es un delito y un 8,7% de los niños que participaron en el estudio reconoce haber vivido situaciones de abuso sexuales.
Sobra decir que cualquier tipo de maltrato sobre los niños les causa un grave daño y al margen de los físicos, sabemos que los niños que lo sufren tienden a desarrollar problemas de salud mental como ansiedad, estrés postraumático, depresión, disociación... y tal vez sean futuros maltratadores.
Pero es que los daños físicos son tan impactantes que los recordamos: en Latinoamérica el maltrato mata a 80.000 niños al año. Por todo ello es necesario actuar.
Entre las conclusiones del estudio, que considero que son aplicables a cualquier lugar del mundo, se señala que Chile necesita fomentar una cultura de la no violencia, orientada a proteger a los niños, niñas y adolescentes.
Entre las medidas propuestas: apoyo para las familias en la crianza, Ley de Protección Integral y una ley que prohíba la violencia en todas sus formas, respuesta de las instituciones en prevención y reparación y apoyo de los medios de comunicación. Queda mucho camino por recorrer, pero es necesario insistir en que los derechos de los niños, de las personas, no pueden ser vulnerados de una manera tan flagrante.
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