Ya pasaron esos tiempos en los que los padres no sabían lo que era darle de comer a sus hijos, ni de casualidad bañaban al bebé, ni mucho menos cambiaban un pañal.
Cada vez más, los hombres se están comprometiendo en la tarea de ser padres. Aunque son poco valorados. No cuentan con el reconocimiento de la sociedad, ni de otros hombres, ni de otras mujeres.
Es la conclusión a la llegó un estudio de la Escuela Andaluza de Salud Pública titulado 'Implicación del padre en la crianza infantil' que asegura que está surgiendo un nuevo modelo de hombre-padre dentro de la sociedad que rompe con el arquetipo tradicional.
Es un nuevo grupo de padres que, aunque aún es una minoría, se implica en buena medida en la crianza de sus hijos. Asisten a clases prenatales, están presentes en el parto, asumen su papel a la hora de los cuidados infantiles y juegan con los menores.
Pero (siempre hay un pero) la balanza está aún muy lejos de igualarse. La mujer sigue siendo la que lleva la iniciativa con respecto a la crianza de los hijos.
Digamos que la mujer sigue siendo la que dirige y el hombre quien ejecuta las directivas.
Eso, sí (y aquí viene el tirón de orejas para nosotras). Las mujeres queremos que los hombres hagan, pero que lo hagan a nuestra manera. Queremos controlarlo todo.
De cualquier forma, bienvenido sea el nuevo modelo de padre comprometido. Prometemos darles mayor reconocimiento social y menos ordenes.
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