Madres y padres actuales se sienten más felices con su papel en la crianza de sus hijos, en comparación con generaciones anteriores
Es evidente que los roles de género tradicionales que durante años fueron el modelo de muchas familias han cambiado. Atrás ha quedado esa creencia de que las madres son las únicas encargadas de los hijos, con los padres apenas participando, o incluso, ni siquiera involucrándose.
Hoy en día, la participación de los padres es más activa y esto ha ayudado a que la dinámica en muchas familias haya mejorado. Para muestra de ello, un nuevo y gran estudio, en el que se encontró que las madres y los padres actuales se sienten más felices con su papel dentro de la crianza de sus hijos, en comparación con generaciones anteriores.
Hace algunas semanas compartíamos un estudio en el que se había encontrado que los papás actuales pasaban tres veces más tiempo con sus hijos, en comparación con los padres de otras generaciones. No hay duda de que los tiempos cambian, y la crianza de los hijos ha pasado a ser un trabajo en equipo en la mayoría de los hogares (aunque en algunas familias ya se hiciera así desde siempre).
Este cambio, que ha sido progresivo, pero sin duda muy notorio, ha hecho que las rutinas y actividades dentro de casa sean muy distintas a lo que eran anteriormente. Pero además de cambiar el funcionamiento de muchas familia, también hay otro cambio muy importante: la satisfacción y felicidad de ambos padres.
De acuerdo con un gran estudio realizado en Alemania titulado: "Cerrando la brecha de la felicidad: el declive de las normas de paternidad de género y el aumento de la satisfacción de la vida parental", y en el que participaron más de 18.000 mujeres y 12.000 hombres entre 1984 y 2015, madres y padres actualmente se sienten más felices con su papel en la crianza de los hijos, en comparación con las generaciones anteriores.
Sociólogos alemanes e investigadores de la Universidad de Zurich en Suiza, analizaron el efecto que han tenido los cambios en los roles de padres y madres en la satisfacción que tenían con su vida. De acuerdo con sus resultados, en la década de los años ochenta las madres se sentían menos satisfechas con su vida, en comparación con las mujeres que no tenían hijos.
Ellos explican que aquel entonces, aún se tenía la idea de que tener un bebé se traducía en una cantidad enorme de alegría y felicidad, algo que no sucedía para todas la madres, y hablar de cansancio, estrés o depresión era un tabú enorme y algo muy mal visto, por lo que muchas madres sufrían en silencio.
Claro, tener un hijo siempre es motivo de alegría, pero lo cierto es que la maternidad a veces puede ser muy dura. La llegada de un bebé a la familia es motivo de gozo y felicidad, pero también es cierto que no es fácil, y hoy en día existe mucha mayor compresión acerca de esto y finalmente se está reconociendo que una madre sola no puede con todo y también necesita apoyo y cuidados.
"Con el aumento de la libertad para elegir ser madre o no, y de moldear la crianza de forma individual, la "brecha de felicidad materna" se ha cerrado. Hoy en día no encontramos diferencias entre la satisfacción de vida de las madres y las mujeres que no tienen hijos", explica Klaus Preisner, uno de los autores del estudio.
En el caso de los padres, su satisfacción de vida también ha aumentado, aunque no tanto como lo ha hecho la de las madres, pues anteriormente no se esperaba que ellos tuvieran un rol activo en el cuidado y crianza de los hijos, ni que tuvieran baja paternal o redujeran su jornada tras tener hijos. Por lo tanto, a pesar de que su satisfacción sí ha aumentado, no ha sido mucho el cambio.
Curiosamente, el año pasado se publicó un estudio en el que se hablaba del agotamiento extremo o "burnout" que viven los padres en la actualidad, especialmente debido al acelerado ritmo de vida que se lleva hoy en día. Sobre este punto de vista, Preisner comenta lo siguiente:
"A pesar de que en los medios ha prevalecido en los últimos años el mensaje de que los padres modernos están bajo mucho estrés e incluso algunos se arrepienten de tener hijos, nuestro análisis muestra lo opuesto", comenta.
En su investigación, encontraron que además de que las expectativas sociales han cambiado para ambos padres, la implementación de ciertas políticas como la baja de paternidad -que antes no existía- permite que ambos padres puedan hacerse cargo de los hijos y organizarse libremente en cuanto a estas cuestiones.
El tener una distribución más equitativa de los roles y las responsabilidades de crianza entre padres y madres, así como la libertad de tomar las decisiones que mejor funcionen para cada familia, han hecho que la satisfacción de vida de ambos sea más positiva que antes.
Desafortunadamente, esto no sucede en todo el mundo, ya que las políticas de baja por maternidad y paternidad suelen ser muy cortas o escasas en muchos países y aún falta mucho por hacer en materia de conciliación.
Sin embargo, este estudio, además de demostrar cómo han ido evolucionando los roles en las familias, es una prueba más del impacto que puede tener el ofrecer a las personas con hijos políticas de trabajo que sean más amigables con las familias.
Y es que naturalmente, al hacer un trabajo en equipo, y tener mayor libertad y facilidad para distribuir las responsabilidades de crianza en la pareja, los padres se sienten más satisfechos con su vida, lo que en consecuencia, beneficiará también a sus hijos.
Foto | iStock
Vía | Science Daily
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