Este hecho es motivo de denuncia y se solicita más esfuerzo y más medios por parte de la Sanidad Pública para solucionar el problema. La búsqueda de un hijo es en ocasiones muy larga, hasta que no pasan unos dos años el ginecólogo no empieza a tomar cartas en el asunto, en ese momento comienzan las diferentes pruebas para tratar de encontrar el problema y finalmente se iniciará el proceso correspondiente para lograr el embarazo. Al final, la búsqueda del embarazo puede tardar varios años. No es de extrañar que empiecen a proliferar los centros privados que proporcionan los tratamientos y las técnicas adecuadas para lograr el embarazo, hasta el 80% de los centros de infertilidad de nuestro país son privados, sólo un 20% son públicos, lo que los hace realmente insuficientes para la gran demanda existente.
Si cada año aparecen 20.000 nuevos casos de parejas que presentan infertilidad y los tratamiento de fecundación oscilan entre los 3.000 y 5.000 euros en el caso de fecundación in vitro y entre 600 y 800 euros los tratamientos de inseminación artificial, desde luego los centros privados se benefician muy bien de esta situación. La infertilidad es un problema con solución que no tiene que pasar "factura", poder tener un hijo no es un lujo, para muchos, ser padres es una necesidad.
Mucho se habla de la baja natalidad y de la preocupación del gobierno por esta situación, demostrarlo es fácil, simplemente deben aumentar el número de centros públicos para permitir el acceso a todo el mundo, y reducir los costes.
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