Transitar un proceso de infertilidad nunca es fácil, pero quizás incluso se complica más en Navidad, al reencontrarnos con familiares en las comidas o cenas y comprobar que algunos de ellos no tienen el tacto o la sensibilidad que deberían. Y es cuando nos enfrentamos a las preguntas o comentarios indiscretos o insensibles.
"¿Para cuándo los niños?", "¿este año tampoco no?", "¿cuándo me vais a hacer abuelo?", "¿para cuándo el segundo?","se os va a pasar el arroz...". Entonces, ¿cómo afrontar estas preguntas? La forma en la que las afrontemos puede ayudarnos a reducir el malestar que sentimos al escucharlas, aunque, recuerda, es normal que no te sienten bien y no te sientas mal por ello.
Infertilidad en Navidad
Cada fecha señalada es una evidencia del paso del tiempo. Estas fechas pueden abrir heridas, y por ello la Navidad puede ser una época especialmente complicada, ya que nos conecta con la infancia y los niños más que nunca.
Todo lo que envuelve la Navidad lo podemos asociar fácilmente a esa época de nuestra vida, cuando éramos pequeños. Además, el espíritu familiar está más presente que nunca, algo que nos hace sentir más que nunca eso que anhelamos: nuestro bebé que no llega (y que sí llega en otras familias o amistades). Ese vacío que sentimos.
Por otro lado, las fantasías antes de ser madre (o padre) llegan fácilmente cuando transitamos un proceso de infertilidad, y una de las primeras es la que se genera en Navidad. Tal vez nos hemos imaginado con nuestros hijos en la cabalgata, buscando sus regalos y envolviéndolos, entregando con ellos la carta a los reyes magos...
Por ello, puede ocurrir que esta época la vivas con más tristeza o melancolía, y es normal. Permítete transitar estas emociones y no las juzgues; recuerda siempre que lo estás haciendo lo mejor que puedes, e intenta apoyarte en tu pareja si sois dos los que afrontáis este proceso de infertilidad.
Las preguntas incómodas de la familia o amigos
Más allá del espíritu navideño y familiar que impregna las calles y el día a día de esta época del año, nos encontramos también con las comidas o cenas familiares. Y en ellas, muchas veces hay familiares que hacen preguntas que no deberían hacer.
Y aunque la mayoría de las veces, no hacen esos comentarios o preguntas con mala intención, lo cierto es que existe una gran falta de concienciación sobre el tema de la infertilidad, y del gran dolor que estos procesos generan.
Se ha normalizado preguntar a las parejas si tienen hijos, decirles que cuándo los van a tener, a las mujeres, que se les va a pasar el arroz... comentarios que evidencian esta gran presión social a la que se someten, sobre todo las mujeres, por el hecho de que "deben" ser madres.
Se nos olvida que hay mujeres, o parejas, que simplemente no quieren, o que no pueden. Así, se presupone muchas veces que las parejas: 1. tienen hijos o 2. si aún no los tienen, los van a tener. Y al hacer estas preguntas, se nos olvida preguntarnos antes si esas parejas tal vez están teniendo problemas para tener hijos: no lo sabemos, con lo que, mejor ser prudentes.
¿Cómo afrontar estas preguntas?
Hay diferentes formas de afrontar estas preguntas incómodas. Cada persona o pareja deberá encontrar la suya propia (y variará mucho en función de su personalidad, de la persona que le haga la pregunta, de su estado de ánimo, habilidades comunicativas, etc.), pero os dejamos algunas ideas que os pueden ayudar.
Para empezar, la asertividad es un estilo comunicativo que nos puede facilitar mucho las cosas. Se trata de responder con sinceridad, honestidad, respeto y educación, pero siendo claros y protegiéndonos.
Poniendo límites sobre aquellas cosas con las que no nos sentimos cómodos que nos pregunten. Algunas ideas de respuestas (podéis adaptarlas a vuestra situación, forma de ser, etc.) son:
- "esto no deberías preguntarlo"
- "esta pregunta me duele"
- "prefiero no responderte a esto"
- "la paternidad/maternidad es un tema que muy personal, que solo nos incumbe a nosotros"
- "esas cosas no se preguntan, no sabes la historia que hay detrás"
- "esa información pertenece a nuestra intimidad y no me gusta hablar de ella"
Dependiendo del grado de confianza que tengamos con la persona, podemos también ser sinceros y abrirnos; "estamos teniendo problemas para concebir, es un tema doloroso para nosotros". O directamente decir "¿tengo que responder a esa pregunta?". Podemos también devolver la pregunta; si por ejemplo nos preguntan "¿para cuándo el niño?", limitarnos a decir, "¿y tú?".
Además de la asertividad, nos puede ayudar el humor a la hora de responder. De igual forma, relativizar las cosas, intentar tomar distancia de esos comentarios, no tomárnoslo como algo personal...
Muchas veces estas personas no conocen la situación que estamos pasando, y aunque eso no "justifica" este tipo de preguntas, tal vez esas personas, precisamente lo que necesitan es que alguien les diga que preguntar eso no está bien (con respeto) y por qué.
Cosas que sí nos ayudan en este proceso
Hablar del tema con naturalidad con las personas que queremos y que nos dan confianza, que nos escuchan y no nos juzgan, también puede ayudarnos a liberar estas emociones, esta rabia o malestar que vamos acumulando cuando nos preguntan este tipo de cosas.
Y sobre todo, no te sientas mal por el hecho de que estas preguntas te duelan. Recuerda que estás pasando por un proceso complicado, y que tienes derecho a protegerte, poner límites y nutrirte de las personas que sí sientes que saben acompañarte.
Fotos | Portada (Unsplash)