"Miedo a la soledad, desconfianza o baja autoestima son cicatrices que nos deja el acoso escolar", entrevistamos a Raúl Rodrigo

"Miedo a la soledad, desconfianza o baja autoestima son cicatrices que nos deja el acoso escolar", entrevistamos a Raúl Rodrigo
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Raúl Rodrigo es economista y, desde hace un tiempo, asesor y divulgador comprometido sobre el acoso escolar. No por formación, sino por vivencia: lo sufrió en el instituto.

Así que, lejos de callar esa parte de su vida, decidió salir a la calle a ayudar a esos niños que pueden acosar o ser acosados hoy en día. Después de un tiempo dando charlas en colegios, termina de publicar 'Mi receta contra el acoso escolar', una reflexión íntima y llena de esperanza para esos niños y adolescentes que no ven salida.

Bebés y Más habló con Raúl y logramos que para que nos diera unas recetas mágicas para que los padres sepamos cómo enfrentarnos a ese grave problema que, según cuenta en autor puede dejar cicatrices tan profundas como la soledad, la desconfianza o la baja estima.

¿Cómo termina un licenciado en Economía escribiendo un libro sobre acoso escolar?

Por la frustración de no poder llegar a todos los lugares donde me gustaría. Llevaba un par de años dando charlas en centros educativos, difundiendo un mensaje de esperanza, pero me di cuenta de que tenía que encontrar una manera de acceder a más jóvenes casi a tiempo real, estuvieran donde estuvieran. Y con el libro es posible.

¿Necesitabas contra tu experiencia de adolescente acosado?

Desde la máxima humildad, sentía que tenía algo diferente que aportar. En alguna ocasión escuchaba a alguna persona comentando que había sufrido acoso escolar y veía dolor y rencor en sus palabras. Otras veces oía los consejos de los psicólogos y notaba en falta la vivencia personal.

Así que cuando me di cuenta que no sentía rencor ni dolor, que había recursos y herramientas pero también vivencia, pensé que tenía que ponerlo al servicio de quien hoy esté sufriendo acoso, y también al de sus padres y profesores.

¿Cómo te sentiste durante esos años?

Solo. Lo más dañino fue que, en los años en los que teniendo que haber tenido amigos, no los tuve. Eso es devastador para cualquier ser humano. La soledad, el aislamiento es una forma de tortura. Si nos lo hacen siendo niños o adolescentes, sin recursos y sin escapatoria, es desgarrador.

Desde tu experiencia, cómo pueden los padres detectar que su hijo está sufriendo acoso escolar

Por supuesto por su tristeza, la falta de ilusión, los titubeos, las muestras de pérdida de autoestima y los cambios de conducta, de comportamiento.

Pero también hay que estar atentos a lo que podemos calificar de positivos: actitudes obsesivas en la búsqueda de la excelencia académica o del cuidado de la imagen personal.

Además, si en casa tenemos mascotas o hermanos menores, será fácil que quien sufre acoso escolar canalice la rabia y el dolor hacia los más indefensos.

¿Qué vive el niño o el adolescente acosado?

Creo que el denominador común de todas las situaciones de acoso es la angustia y el miedo. Da igual si el acoso se produce en forma de agresiones, insultos o aislamiento. En todos los casos la víctima padece terror por ir al centro educativo sin saber si ocurrirá de nuevo, si podrá o no disfrutar de un día de paz.

Puede que no suceda nada en dos meses, pero si ya eres víctima de acoso, si el miedo ya se te ha instalado en el cuerpo, todos y cada uno de los días siguientes, vas a sufrir exactamente el mismo miedo a que vuelva a suceder.

No me gustan las comparaciones, pero a veces pueden ayudar. Si una mujer es maltratada por un hombre, nunca se nos ocurriría decir que "solo" ocurrió una vez. Comprendemos a la perfección que si se encontrara con su agresor tres meses después sintiera pánico. Pues imaginemos a un chico o una chica que ha sufrido acoso escolar y tiene que volver cada día a cruzarse con su agresor por los pasillos sin saber si volverá a ocurrir o, si ese día habrá golpes o no.

Aseguras que no te gusta usar el término 'bullying'...

Creo que es un eufemismo, un término que hemos importado del inglés porque nos resulta menos doloroso. Y corremos el riesgo de banalizar este asunto. Es más, los niños ya lo están haciendo: no es raro escucharles usar el término "bullying" simplemente cuando tienen un desencuentro puntual con un compañero.

Desde tu experiencia, ¿qué debe hacer un niño que está sufriendo acoso en el colegio?

Varias cosas. La primera contarlo. No pensar que sus padres lo saben. Si no lo cuenta, no lo saben. Ni sus padres, ni sus profesores ni siquiera algunos de sus compañeros. Le sorprenderá, cuesta creerlo, pero es así. Entre otras cosas porque nos escondemos, somos las víctimas y nos escondemos, nos las arreglamos para evitar que cuando nos insultan o nos agreden nos vean los demás.

Es importante que sepa que no está solo, que van a ayudarle.

En segundo lugar, salir de la espiral de buscar porqués. No hay que buscar razones, si lo hacemos nos estamos responsabilizando de lo que otros nos hacen. Y saber que hay un mundo fuera de las paredes del instituto, lleno de personas maravillosas que nos van a aportar felicidad.

¿Se puede prevenir educando a los niños para que no se conviertan en acosadores?

Raul Rodrigo 2

Por supuesto que sí. De hecho, se está previniendo. Ya muchos centros educativos tienen implementados programas de convivencia en los que los propios alumnos se involucran en la búsqueda de esa armonía y paz en las aulas y en los pasillos. Ellos mismos actúan de mediadores y de supervisores.

Eso es fundamental, si los propios compañeros tienen claro que no quieren eso en su centro, no ocurrirá. Y si ocurre, se detectará y solventará de manera inmediata.

También hablando mucho del tema en casa. No se trata tanto de preguntar a nuestro hijo si sufre acoso escolar como de que transmitirle con nuestras conversaciones que si lo sufriera nosotros estaríamos a la altura de las circunstancias.

Por supuesto, midiendo nuestras palabras y nuestras acciones, tener la voluntad de educar en el respeto, la tolerancia, la convivencia…

Finalmente, me parece fundamental la involucración de los padres en actividades relacionadas con el tema en el centro educativo. Creo que en este punto aún nos faltan pasos por dar.

¿Se puede distinguir a un niño o adolescente acosador?

Es difícil. Los hay que se comportan bien en casa, en clase y sacan buenas notas. Utilizan su liderazgo para aislar. Por tanto, es complicado.

Como padres creo que la función es no dar nada por hecho nunca, ser críticos y estar muy involucrados en estos asuntos. Que nuestro hijo, nuestra hija, sienta que somos implacables con las injusticias y que si descubriéramos una mala actuación por su parte como mínimo sería una gran decepción para nosotros.

¿Algún consejo para que padres de acosadores o acosados puedan ayudarles?

El principal es que no miren hacia otro lado. Si hay un problema, trabajemos en solventarlo. Pero con amor, con confianza y con respeto a todas las partes. Y en coordinación con el centro educativo y los especialistas que hicieran falta.

Creo que también puede ser una oportunidad para examinar nuestros actos como padres. Si descubrimos que hay cosas que podíamos haber hecho de otro modo o que hemos descuidado, debemos pasar a la acción y dar a nuestros hijos lo que necesitan de nosotros como padres: quizá disciplina, quizá afecto, quizá atención, quizá referencias…

En cualquier caso, seamos el padre de un acosado o de un acosador, mantener la calma, vivirlo con serenidad, buscar soluciones pacíficas y siempre ser ejemplo para nuestros hijos.

¿Funcionan las actuales medidas y programas contra el acoso escolar o hay que hacer más?

Sí, estoy totalmente convencido. Veo día a día miles de niños y adolescentes defendiendo la paz y la convivencia. Estoy muy esperanzado, vamos a tener un relevo generacional de altos valores humanos.

¿Qué puede ser efectivo, a tu juicio?

Pienso que debemos seguir trabajando en la línea actual. Tan solo aprovecho la oportunidad, y también lo hago en el libro, para reivindicar la necesidad de ocuparnos del acosador. Hemos avanzado mucho en la lucha contra el acoso, en ayudar al acosado, pero no debemos olvidar nunca que el acosador es una persona que también necesita la ayuda de la sociedad.

Tenemos la obligación de identificar qué le está ocurriendo para que haga lo que hace y encontrar la manera de poner fin a su dolor.

¿El acoso deja cicatrices?

Muchas: miedo a la soledad, sentir que no mereces la amistad que llega después, falta de autoestima, falta de habilidades sociales, desconfianza...

Podría seguir, porque el acoso escolar deja una herida que cuesta muchas horas de terapia sanar. No una pierna que se rompe, que se suelda de nuevo y queda en una anécdota. Se trata de un golpe muy duro en los cimientos de la personalidad de un niño o un adolescente.

Para terminar, ¿qué ingredientes no pueden faltar en tu receta contra el acoso escolar?

Pedir ayuda, dejar de buscar porqués y descubrir el mundo tan hermoso que hay fuera de las paredes del instituto o el colegio.

Fotos | Raúl Rodrigo

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Mi Receta Contra El Acoso Escolar: 0 (Aprender a ser)

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