El sharenting es una práctica que llevan a cabo algunos padres consistente en publicar fotos, vídeos o cualquier otro tipo de información sobre sus hijos en las redes sociales. Desde las primeras ecografías, hasta sus primeros pasos, fiestas de cumpleaños, vacaciones, caída de los primeros dientes, festivales escolares... Cualquier acontecimiento en la vida de un niño es susceptible de ser compartido en Internet por algunos progenitores.
Según datos del estudio 'EU Kids Online 2019' el 89% de las familias españolas comparte imágenes o vídeos de sus hijos con una frecuencia aproximada de una vez al mes, y solo el 24% de ellos pide su consentimiento previo.
Recordamos cuáles son las consecuencias que puede acarrear esta práctica y qué recomiendan los expertos para proteger la privacidad de los menores.
Construyendo su huella digital desde el nacimiento
El afán de las familias por documentar el día a día de sus hijos, compartir sus vivencias y hacer partícipes a los demás de sus logros y evolución ha provocado que Internet se inunde de fotografías e información de menores en eventos relevantes de su vida y que puede extenderse hasta la adolescencia.
Es lo que se conoce como ‘sharenting’, un término que proviene del inglés formado por share (compartir) y parenting (paternidad) y cuya relevancia ha sido tan alta en los últimos años, que en 2016 el diccionario británico Collins lo incluyó en sus páginas.
Compartir este contenido les está generando una huella digital, a veces incluso antes de nacer. Un ejemplo de ello es el boom del seguimiento de los embarazos en redes. Tanto es así que solo en Instagram existen 19,4 millones de publicaciones con la etiqueta #pregnant, 24,9 millones de publicaciones con el hashtag #newborn y un total de 191 millones con #baby.
Los riesgos del sharenting
El hecho de que los menores cuenten con un “álbum digital” de sus vivencias más anecdóticas, podría tener consecuencias muy negativas. Y es que Internet entraña riesgos de los que muchas veces no se es consciente, ya que en el momento en el que publicamos o enviamos una fotografía dejamos de tener el control de su alcance.
Entre los riegos más comunes del ‘sharenting’, los expertos señalan los siguientes:
Ser víctimas de fraudes, ciberbullying e incluso pedofilia, ya que se las imágenes que compartimos aportan datos personales de nuestros hijos que podrían ser utilizados en su contra. No en vano, hace unos meses nos hicimos eco del caso de una madre que había descubierto fotos de su bebé en un sitio pedófilo, después de que alguien robara las fotografías que ella había subido a la red y las compartiera en una web pedófila.
Puede afectar la autoestima y confianza de los menores, ya que les arrebata parte de su intimidad. De hecho, según un estudio publicado por Microsoft, el 42% de los hijos siente vergüenza de la información y fotografías personales que sus padres suben a Internet.
Ciertas fotografías o informaciones publicadas pueden afectar a la reputación del niño, perjudicándole en su entorno social o en el colegio.
Ya hay sentencias que obligan a los padres a eliminar de Internet las fotografías de sus hijos
De hecho, a nivel europeo existen ya una gran cantidad de sentencias que obligan a las familias a eliminar fotografías de sus hijos publicadas en la red. En países como Francia, hay sanciones que van desde los 45.000 euros de multa hasta los 12 meses de cárcel por la publicación de imágenes o detalles íntimos de la vida de los hijos.
Sin embargo, en España, la decisión de publicar imágenes de nuestros hijos en una una red social pertenece a la esfera de la patria potestad, es decir, la publicación tiene como presupuesto el consentimiento de los representantes legales de los menores o del Ministerio Fiscal.
Cómo proteger la privacidad de nuestros hijos
Así pues, la mejor forma de proteger la privacidad y la identidad de nuestros hijos es no exponiéndolos en redes sociales, al tiempo que les enseñamos a hacer un uso responsable de ellas. Pero, si a pesar de todo decidimos compartir imágenes suyas en Internet, estos son los consejos que nos ofrecen los expertos de Qustodio, plataforma de seguridad y bienestar digital para familias, para preservar su intimidad al máximo posible:
- No dar datos personales en las publicaciones, así como pixelar la cara del mismo y que siempre salga vestido.
- Mantener una comunicación abierta con nuestros hijos y consensuar con ellos antes de publicar o enviar una información. Así evitaremos problemas e inseguridades.
- Comprobar la privacidad de las redes sociales en las que tienes actividad, con el fin saber si las publicaciones son visibles para todo el público o simplemente para familiares y amigos. Lo ideal sería limitar el acceso y optar por un perfil privado en estos casos.
- No dar nunca datos de ubicación y geolocalización, como el colegio donde estudia, el domicilio o el lugar de vacaciones
Fotos | iStock
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