Por qué no hay que obligar a los niños a sentarse en la falda de Papá Noel o los Reyes Magos
En éstas semanas previas a la Navidad, es común encontrar en centros comerciales a Papá Noel y los Reyes Magos listo para recibir a los miles de niños que acudirán para contarle cómo se han portado, contarles los regalos que les gustaría recibir y tomarse una fotografía como recuerdo de su visita.
Esto ya se ha vuelto una tradición que muchos niños esperan con ilusión, pero algunos otros, no tanto. Si tu hijo es uno de esos niños que prefiere no sentarse en la falda de Papá Noel o ni siquiera quiere acercársele, no debes obligarlo a hacerlo. Te cuento por qué.
Cuando la visita a Papá Noel no es como esperabas
Si al igual que yo, eres una mamá o un papá que cree y ama la magia de la época navideña, lo más probable es que te haga ilusión que a tu hijo también le guste y naturalmente, ir a visitar a Papá Noel es una bonita tradición que deseas vivir a su lado.
Así que preparas todo, le cuentas con emoción de ese señor de barba blanca al que visitarán y al que podrá contarle acerca de las cosas buenas que hizo y de los regalos que espera recibir en la mañana de Navidad. Tu hijo se muestra emocionado y ya no puede esperar. Pero al llegar ahí, las cosas cambian.
Por algún motivo, tu hijo ya no desea sentarse en las piernas de Papá Noel o quizás ni siquiera desea acercarse para tomarse una fotografía junto a él. ¿Qué haces tú? Probablemente lo primero que hacemos como padres, es explicarles -al igual que en muchas otras situaciones- que no hay nada que temer y que estaremos al lado de ellos todo el tiempo.
Si tu hijo sentía un poco de inseguridad por ser algo nuevo y desconocido, quizás acceda a hacerlo y al final la visita a Papá Noel se convierta en una experiencia llena de ilusión para él y muy grata para ambos. Pero si tu hijo no quiere, lo mejor es no obligarle.
Mi experiencia
Te cuento lo que nos ocurrió a mi hija y a mí la semana pasada. Acudimos a una tienda departamental muy conocida en México, donde cada año montan un espacio en donde se encuentra sentado Papá Noel acompañado de un par de duendecillas que son sus ayudantes. Los niños pueden llegar y hacer lo típico de la tradición: contarle cómo se han portado, tomarse una fotografía, y además cuentan con un espacio para que los niños coloreen dibujos navideños mientras esperan.
Al llegar, mi hija alcanzó a verlos y dijo señalando hacia donde ellos se encontraban: "¡Mamá, Santa Claus!" con mucha alegría y emoción. Naturalmente, nos dirigimos primero con ellos para que se acercara a saludarlos, pero cuando estábamos a un par de metros de distancia, se detuvo. Le pregunté qué ocurría y no decía nada, simplemente movía la cabeza en negación y se escondió detrás de mi pierna.
Le expliqué que no había nada que temer, que solo se trataba de Papá Noel y que podíamos acercarnos juntas a saludarlo. Medio convencida, dio un par de pasos, pero al ver que él la comenzó a saludar, nuevamente se detuvo. Se acercó entonces una de las duendecillas a obsequiarle un gorrito navideño y ella lo aceptó un poco temerosa pero no quiso acercarse más, así que optamos por continuar con nuestras compras y mantener la salida como una experiencia positiva para mi hija.
Por qué no debemos obligarlos
En esta ocasión y al igual que en muchas otras, decidí dejar la elección de acercarse o no a Papá Noel en manos de mi hija, pues al final de cuentas, no era yo, sino ella quién le hablaría o se tomaría la fotografía con él. Lo principal que debemos tener presente cuando ocurren situaciones como éstas es la siguiente pregunta: ¿me gustaría a mí que me obligaran a hacer algo con lo que no me siento cómodo o seguro?
Seguramente la mayoría coincidimos en que la respuesta es un rotundo "no". Desde luego que como padres hay muchas cosas que nuestros hijos deben aprender a hacer y es nuestro trabajo enseñarles los motivos por los que deberían hacerlo. Pero cuando se trata de algo como sentarse en la falda de Papá Noel, la decisión debe estar en ellos.
Hace un tiempo te contaba que no obligaba a mi hija a dar besos o abrazos si ella no lo deseaba, y las razones por las que había tomado esa decisión. Algunas de ellas coinciden con las razones por las que no debemos obligar a los niños a sentarse en la falda de Papá Noel:
- Porque desde niños, deben tener la capacidad de entender que cuando dicen "no", las demás personas debemos respetarlo.
- Porque nadie debe obligar a ningún niño a tener contacto físico sin su consentimiento, incluso si es solo para posar al lado de alguien para una fotografía.
- Porque los niños deben aprender desde pequeños que tienen la capacidad para tomar decisiones.
- Porque debemos respetar sus sentimientos y emociones.
- Porque en realidad, si no se acerca a Papá Noel, no será el fin del mundo. Pero si lo obligamos a hacerlo, sí que podremos crear en él un mal recuerdo de una experiencia para la que quizás no estaba listo.
Pero, ¿por qué mi hijo no quiere sentarse con Papá Noel?
En la mayoría de los casos, los niños que no quieren acercarse, es porque tienen miedo de Papá Noel. Esto por lo regular ocurre con los bebés y niños menores de tres años, que sienten temor de las personas extrañas y es parte normal de su desarrollo.
Hace un tiempo compartíamos en una publicación la verdadera razón por la que Papá Noel no quería que los niños le vieran, acompañada de varias fotografías donde veíamos a bebés y niños que estallaban en llanto al acercarse a ese simpático señor de barba blanca.
Como papás, nuestro trabajo es acompañar a nuestros hijos y ayudarlos a superar sus miedos de manera respetuosa, escuchándolos y siendo empáticos con ellos. Este es un proceso que sucederá de manera progresiva y al ritmo de cada niño.
Así que si este año nuestro hijo no quiso sentarse en la falda de Papá Noel o acercarse a los Reyes Magos, no nos preocupemos y dejémoslo pasar. Ya habrá otras oportunidades para hacerlo o podemos buscar otros escenarios para tener alguna fotografía navideña de nuestros hijos.