Como padres, somos los principales responsables del cuidado, crianza y educación de nuestros hijos. Desde vestirles, alimentarles, hasta enseñarles las cosas básicas sobre la vida, su educación depende de nosotros. Pero también, un aspecto que no debemos olvidar es su educación emocional, que comienza desde que son bebés.
Es muy importante que eduquemos a nuestros hijos para que no sean analfabetos emocionales, ayudándoles a comprender y gestionar su sentir, y la mejor forma de hacerlo, es con nuestro ejemplo. Hoy te cuento por qué está bien que tus hijos te vean llorar.
Mamá, ¿por qué lloras?
Siempre he sido una persona muy emocional, sin embargo, la mayor parte de mi vida oculté mis emociones y mis lágrimas, principalmente por miedo a las miradas de otros y porque no quería que me tacharan de ridícula o débil cuando estaba en la escuela o en lugares públicos.
Cuando me convertí en madre, esa parte de mi creció aún más y eventualmente mi alta sensibilidad salió a flote. Con el tiempo y la ayuda de mi psicóloga, comprendí que ese rasgo emocional era algo bueno y poco a poco comenzaba a aceptarlo y entenderlo. Pero aún me costaba mucho permitirme llorar, más frente a mi hija.
Lo hacía, claro, pues no soy de piedra, pero siempre a escondidas. Recuerdo claramente un día en el que ya llevaba más de un año asistiendo a terapia, y durante una de mis sesiones le comenté a mi psicóloga que en muchas ocasiones hacía lo posible con controlarme para no llorar. Me preguntó por qué, y le dije que era porque a algunas personas les parecía ridículo, y su respuesta fue: "¿y?"
Y, pues, nada. Que si me siento triste o tengo ganas de llorar debo hacerlo y ya. Que es lo normal, esté sola o acompañada. Pero a pesar de eso, apun dudaba un poco en permitir que mi hija me viera llorar, principalmente porque no quería que se asustara o preocupara por mí. Y porque pensaba que al hacerlo, quizás ya no me vería como su lugar seguro o de paz.
Hasta que un día me di cuenta de algo: ¿cómo pretendo ayudarle a entender y gestionar de forma positiva sus emociones, si no lo hago con las mías? Los niños aprenden con nuestro ejemplo, y llorar es una forma natural de lidiar con emociones negativas como la tristeza o el dolor, razón suficiente por la cual debemos permitirnos hacerlo cada vez que lo necesitemos.
Las primeras veces que lloré frente a mi hija, noté que se preocupaba y no sabía bien qué hacer, excepto acercarse y abrazarme. Un día, cuando tenía dos años y me vio llorando, me preguntó: "mami, ¿por qué lloras?". Le expliqué que estaba triste por algo que había sucedido y que llorar me hacía sentir un poco mejor. Me abrazó y permaneció a mi lado.
Quiero que ella sepa que aunque nuestro objetivo o propósito en la vida es ser felices y disfrutar la vida, no somos perfectos y también tenemos momentos de tristeza o enojo, y que éstos son completamente normales y parte de nuestra naturaleza humana.
Por qué está bien que tus hijos te vean llorar
Como papás, nos corresponde ayudar a nuestros hijos a gestionar sus emociones desde pequeños y a pesar de que queramos protegerles de emociones negativas, también tenemos que mostrarles cómo manejarlas y qué hacer ante ellas. Te comparto algunas razones por las cuales está bien permitir que tus hijos te vean llorar.
Para que entiendan que llorar no es ser débil
Durante mucho tiempo, principalmente por el sexismo y algunos estereotipos de género, las lágrimas se interpretaron como un signo de debilidad. Sin embargo, esto no es cierto. Llorar es tener la valentía y fortaleza de reconocer una emoción negativa, y el primer paso para comenzar a trabajarla de una forma saludable.
Para conocerse mejor y aceptar todo lo que sienten
Dentro de nosotros existe una gran cantidad de emociones y sentimientos que podemos experimentar. Al vernos llorar, nuestros hijos sabrán que así como hay emociones positivas como la felicidad y alegría, no todo es perfección y también tenemos algunas que son negativas, como la tristeza o el dolor. Todas son importantes y todas son válidas.
Para que no tengan miedo de mostrar sus emociones
Si fingimos ser felices todo el tiempo o hacemos lo posible por mostrar una buena cara cuando en realidad tenemos deseos de llorar, le estamos enseñando a nuestros hijos que no es bueno estar triste y que debemos pretender que todo está bien.
Esto puede ser perjudicial para ellos, pues no sólo les confunde, sino que además, podría hacer que ellos mismos comiencen a ocultar lo que realmente sienten, provocando en ellos sentimientos de culpa e inseguridad.
Para enseñarles empatía
Cuando reprimimos nuestras emociones, no solo las sufrimos internamente: también nos aislamos de los demás. En cambio, mostrar nuestras emociones a nuestros hijos es también una forma de enseñales empatía hacia las demás personas, al enseñarles que en ocasiones otros también pasan por momentos difíciles, y dándoles ejemplo de cómo pueden ayudar o acompañar cuando ésto suceda.
Además, cuando lloramos acompañados, no sólo mostramos ese lado sensible de nosotro, sino que también, las lágrimas nos ayudan a conectar con otras personas y fortalecer los vínculos que ya tenemos con nuestra familia y amigos.
En general, llorar es bueno para nuestra mente y cuerpo, nos purifica, desestresa y hace los momentos difíciles más ligeros y llevaderos, por lo que dejar que tus hijos te vean llorar no sólo les muestra que eres humano, sino también, es una gran forma de continuar ayudándole a conocer y gestionar sus propias emociones.
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