Quizás cuando escuchamos que alguien es mentalmente fuerte pensemos que se trata de personas que no sientan tristeza o dolor, o que se mantengan firmes ante la tempestad. Pero esto, además de ser una percepción errónea, no podría estar más alejado de lo que realmente significa.
Ser mentalmente fuerte es tener la capacidad para gestionar adecuadamente nuestras emociones, palabras, pensamientos y comportamientos, lo que nos permite adaptarnos a cualquier situación y nos ayuda a superar los desafíos a los que nos enfrentemos.
Así lo afirma Scott Mautz, orador y autor del libro 'The mentally strong leader', quien ha dedicado décadas a estudiar la fortaleza mental, logrando identificar aquellas cosas que nos ayudan a conseguirla. De acuerdo con él, estos son ocho hábitos que tienen las personas mentalmente más fuertes - y de los cuales nosotros también podemos aprender.
1) Gestionan las emociones sin minimizarlas
El primer hábito de las personas mentalmente fuertes tiene que ver con el autoconocimiento emocional. Estas personas son conscientes de sus emociones, pero no permiten que las mismas dicten sus palabras o acciones de inmediato. Antes que dejarse llevar por emociones como la ira o el enojo, las personas mentalmente fuertes evalúan si es útil expresarlas y luego deciden cómo responder.
2) Recuerdan que la confianza no es la ausencia de dudas
Todos tenemos dudas en algún momento de nuestras vidas, incluyendo las personas mentalmente fuertes. La diferencia, es que ellos han aprendido a manejar su relación con ellas. De acuerdo con Mautz, "las personas mentalmente fuertes han encontrado un equilibrio entre la sobreconfianza y el miedo al fracaso". Es decir, permiten que las dudas existan, pero las dejan en segundo plano mientras se enfocan en cómo lograr sus objetivos.
3) Se hablan a sí mismos como a un amigo que necesita ayuda
Otro hábito de las personas fuertes mentalmente, es que adoptan un tono compasivo consigo mismos, tal como lo harían con un amigo en una situación difícil. Evitan la autocrítica severa y en cambio muestran empatía hacia sus propias emociones.
4) Conocen sus necesidades de resiliencia y recurren a recursos en consecuencia
"Cuando enfrentamos contratiempos, a menudo intentamos enfrentarlos solos, olvidando que una de las cosas más importantes que hacen las personas mentalmente fuertes es buscar perspectiva y apoyo", señala Mautz, quien comparte que cuando esto le sucede, llama a su hermano para reírse sobre la situación. "Mi necesidad de resiliencia es enfrentar los desafíos con humor, y sé que mis hermanos reconocerán la comedia en la situación y me harán sentir mejor."
En otras palabras, ser mentalmente fuerte es identificar qué recursos o apoyos se necesitan para superar contratiempos, buscándolos en nuestra red de apoyo cuando es necesario.
5) No dejan que la rutina diaria los agote
A pesar de las demandas de la vida diaria, las personas mentalmente fuertes hacen lo posible por mantener una actitud positiva ante la rutina, practicando la gratitud y la atención plena en lo que hacen. De este modo aprecian los aspectos positivos de su día a día y se mantienen con buen ánimo.
6) Desaprenden según sea necesario
Ser mentalmente fuerte no significa que se sabe todo sobre la vida o se tienen las respuestas correctas siempre. De hecho, este tipo de personas son capaces de reconocer cuando tienen una noción errónea y están dispuestos a abandonar creencias o hábitos que ya no les son útiles. "En resumen, saben que a veces necesitan desaprender para poder aprender", comenta Mautz.
7) Actúan como un epicentro de aliento
Otro hábito de las personas más fuertes mentalmente, es que ayudan y levantan a otros con sus palabras: consistentemente brindan apoyo a los demás, ofreciendo elogios y refuerzos positivos. Pero ojo, no se trata de cualquier elogio al azar, sino de algo específico y auténtico, lo que hace que su aliento sea significativo y efectivo.
8) Ven el cambio como algo que sucede para ellos, no a ellos
Finalmente, las personas mentalmente fuertes perciben el cambio como una oportunidad para crecer y mejorar, en lugar de verlo como una fuente de dolor o esfuerzo no deseado. Lo consideran un catalizador para su desarrollo personal y profesional, y otra oportunidad para ejercitar sus músculos de fortaleza mental.
Foto |Scott Mautz