En esas noches en las que parece que todo sobra, el pijama, la sábana, la almohada, no paramos de sudar y dar vueltas intentando poder dormir al menos unas pocas horas, esos días surge la pregunta, ¿qué hacemos con el colecho en verano?
Vamos a ser sinceros, los niños son verdaderas estufas andantes. Un bebé puede tener cierto pase, pues al ser tan pequeño y como casi no se mueven podemos colocarlo de forma que no nos de tanto calor, pero un niño más grande ya es algo diferente. Al igual que a nosotros, a ellos también les afectan las altas temperaturas y si en una noche normal ya se mueven de una esquina a otra de la cama, en una noche de calor nuestra cama puede parecer un tablao flamenco.
¿Qué opciones tenemos?
Voy a dar por sentado que queremos seguir durmiendo juntos y que el único problema aquí se presenta por las altas temperaturas nocturnas.
Dormir por turnos en el sofá o en otra cama: supongo que más de una noche y de dos nos habrá tocado pasarla en fuera de nuestra cama. Esta vez serán "unos pocos días" y para evitar llegar a septiembre como Cuasimodo, podemos turnarnos por noches, siempre y cuando sea posible (que esa es otra historia).
Trasladar a vuestro hijo a otra cama una vez que se haya dormido:
Suele ser una buena opción para aquellos niños que no suelen despertarse durante la noche o que aceptan dormir solos aunque prefieran dormir con papá y mamá. Podemos aprovechar cuando el niño esté profundamente dormido a pasarle a su cama o cuna y así dormir todos un poco más fresquitos.
Añadir una cuna de colecho
Las cunas para colecho o cunas sidecar son siempre una buena solución para aquellos que no disponen de una cama grande. Son cunas que se pueden acoplar a nuestra cama de forma que quedan a la misma altura permitiéndonos tener nuestro espacio a nosotros y a nuestro hijo.
Aire acondicionado y bebés
Está claro que es el sistema que mejor refresca las noches, pero mucha gente prefiere no tenerlo encendido toda la noche y si duermes con niños pequeños en la habitación puede causarles problemas si les golpea el chorro de aire frío directamente y mejor no dormir por culpa del calor que por un niño enfermo.
Si nuestro hijo está en la habitación será mejor abrigarle con un pijama más fuerte o vigilar que siempre esté tapado y que nunca le de la corriente de aire directamente.
Si ponemos el aire una hora antes de acostarnos podemos tener una temperatura agradable al menos durante las primeras horas, que será suficiente para conciliar el sueño.
Y vosotros, ¿qué hacéis con el colecho en verano? ¿Tenéis algún truco?
Foto | Thinkstock
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