Según rasgos generales, los padres nos podríamos clasificar en cuatro tipos: los padres permisivos, los padres autoritarios, los padres indiferentes y los padres democráticos.
El Dr. Eduardo Hernández nos explica a través de la web tupediatra.com cómo es cada uno y cómo suelen ser sus hijos, partiendo de la base de que la relación ente padres e hijos se sustenta en dos grandes pilares: el afecto y el control.
Los padres autoritarios tienen valores bajos en cuanto a afecto pero alto en cuanto a control. Piden mucho de sus hijos, ejerciendo un fuerte control sobre su conducta y reforzando sus demandas con miedos y castigos. Sus hijos muestran cambios de humor, agresión y problemas de conducta.
Los padres permisivos son aquellos que tienen valores altos en cuanto al afecto pero bajos en control. Son cariñosos y emocionalmente sensibles pero ponen pocos límites a la conducta. Sus hijos son con frecuencia impulsivos, inmaduros y descontrolados. Los padres democráticos tienen valores altos en cuanto al afecto y al control. Cuidan de sus hijos y son sensibles hacia ellos pero colocan unos límites claros y mantienen un entorno predecible. Este estilo de actuar de los padres es el que tiene los efectos más positivos en el desarrollo social del niño. Los hijos de estos padres son los más curiosos, los que más confían en sí mismos y los que funcionan mejor en la escuela.
Finalmente, los padres que tienen valores bajos en ambas dimensiones se denominan padres indiferentes, estos padres ponen pocos límites a sus hijos pero también les proporcionan poca atención o apoyo emocional. Sus hijos suelen ser exigentes y desobedientes, les cuesta mucho participar en juegos e interacciones sociales, ya que no siguen reglas.
Si queremos lo mejor para nuestros hijos, ya sabemos qué camino debemos tomar y recordar que los extremos no son buenos.
Vía | Tupediatra.com En Bebés y más | Padres demasiado permisivos