Quiero un niño independiente

Para introduciros al tema del post os explicaré una historia que podría haber sido explicada estas Navidades:

    Ivette tiene 6 años, hace una semana llegó a su nueva escuela y le han dicho que va a actuar en la obra de teatro de la fiesta de Navidad haciendo de María. Está muy contenta pero a la vez se siente nerviosa porque sabe que sus padres y sus nuevos compañeros estarán viéndola. Como no quiere defraudarlos le ha pedido a la profesora que le ayude a hacer muy bien de pastorcita.

    Marcos tiene 6 años y va a la misma clase que Ivette. También va a actuar en la función haciendo de José y también le ha pedido a la profesora que le ayude.

    La profesora ha decidido que sí ayudará a Marcos pero no a Ivette. En la semana que lleva trabajando con ella se ha dado cuenta que es muy dependiente. Pide ayuda y consejo para todo y la profesora ha pensado que de esta manera ella encontrará la mejor manera de hacer de María y así será más capaz de tomar decisiones por sí misma.

    En días sucesivos la profesora ayuda a Marcos con el disfraz, las frases que debe decir y ensayan juntos la obra. En ocasiones la misma profesora hace de José para que Marcos observe de qué manera puede actuar para que parezca más real. Marcos le consulta las dudas que tiene y a medida que pasan los días y va interiorizando todo lo aprendido solicita cada vez menos el soporte de la profesora.

    Ivette en cambio tiene que ensayar la obra sola, la profesora le ha dicho que se esfuerce, que lo haga como considere mejor y que seguro que lo hará muy bien. Conoce las frases pero no sabe muy bien cómo decirlas ni cuándo. Está muy nerviosa porque ensaya mucho, pero tiene dudas de si lo estará haciendo bien. Cada día intenta convencer a la profesora de que le ayude, pero ésta continúa con la estrategia de hacer que ella resuelva las dudas por sí sola para ayudarla a ser más autónoma.

    Llega el día de la obra y Marcos está nervioso pero se siente seguro mientras que Ivette está muy nerviosa e insegura e intenta desesperadamente que la profesora le ayude un poco pues no quiere quedar mal con sus compañeros ni con sus padres en su primera semana.

    La profesora le explica algunas pautas, pero sin querer interferir con el papel que ella ha creado, confiando en que habrá trabajado mucho y hará un buen papel.

    En el momento de representar la obra Marcos actúa con seguridad mientras que Ivette se equivoca, va a destiempo y mira a menudo a la profesora para que le ayude y le guíe desde el lateral. La profesora le ayuda para salvar la función.

    Al final de la obra Marcos abraza contento a sus orgullosos padres mientras que Ivette llora desconsoladamente porque siente que por su culpa la obra ha sido un fracaso y que ella no ha sabido hacer un papel digno.

Esta historia no es más que una metáfora de la vida de cualquier niño desde el momento en que nace. Como Ivette, llegan al mundo sin conocer a nadie y buscan rápidamente una persona que le sirva de referente, de ayuda y de soporte, normalmente la madre (en el caso de Ivette, su profesora).

Quieren aprender a vivir, quieren aprender el día a día y quieren aprender a ser, porque de hecho ni siquiera saben que existen como ser hasta los ocho o diez meses, momento en que se quejan si son separados de su figura de apego primario (como digo, suele ser la madre) en lo que todos conocemos como "Angustia de separación".

Para aprender todo ello necesitan vivir lo más cerca posible de alguien que les pueda enseñar, siendo lo más dependientes posible ya que, cuanto más dependientes sean de pequeñitos, más independientes serán más adelante. Cuanto más aprendan en los primeros años, más autosuficientes serán después.

Las teorías que hablan de dejarles llorar solos para que aprendan, de retrasar un poco las demandas ("déjalo llorar cada vez un poquito más, pues si vas enseguida cada vez te llamará más a menudo"), no llevarles en brazos para que no se acostumbren o de separar al niño para que no esté enmadrado han sido ejemplificadas en la técnica llevada a cabo por la profesora con Ivette. En un intento de hacerla más independiente, de que se curta en la soledad, solo consigue que se sienta más insegura y necesitada de apoyo.

Los niños que antes son separados de su madre y a los que se les intenta enseñar a ser independientes son los que son dependientes más tiempo, pierden el ejemplo de su referente, dudarán de sí mismos y necesitarán a alguien que tome las decisiones por ellos al no haber podido aprender junto a alguien que sí sabe tomarlas.

Para ser independiente, se tiene que ser primero dependiente:

  • Primero me lo hacen (o nos explican cómo se hace).
  • Luego lo hago yo con ayuda y supervisión (pides a alguien que sabe más que tú que esté a tu lado mientras lo haces. Los niños llaman a su madre o padre).
  • Finalmente soy capaz de hacerlo solo (cuando ya he aprendido soy capaz de hacerlo solo sin necesidad de alguien que me supervise. En caso de duda o error llamaré de nuevo a mi tutor. Los niños, de nuevo, llamarán a su madre en caso de que se vean en peligro, inseguros o piensen que lo están haciendo mal).

¿No hemos estudiado todos para trabajar? ¿No hemos hecho unas prácticas tutorizadas en las que hacíamos las cosas con un profesor que luego nos dejaba intentarlo a nosotros solos?

Si quieres que tu hijo sea independiente, autónomo y capaz de tomar decisiones sé su ejemplo, permanece siempre a su lado cuando te necesite y acude siempre a sus llamadas. Poco a poco, cuando vaya aprendiendo a hacer las cosas para las que ahora solicita tu ayuda dejará de llamarte porque se sentirá seguro y con la confianza suficiente para llevarlas a cabo.

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