Para introduciros al tema del post os explicaré una historia que podría haber sido explicada estas Navidades:
- Ivette tiene 6 años, hace una semana llegó a su nueva escuela y le han dicho que va a actuar en la obra de teatro de la fiesta de Navidad haciendo de María. Está muy contenta pero a la vez se siente nerviosa porque sabe que sus padres y sus nuevos compañeros estarán viéndola. Como no quiere defraudarlos le ha pedido a la profesora que le ayude a hacer muy bien de pastorcita.
Esta historia no es más que una metáfora de la vida de cualquier niño desde el momento en que nace. Como Ivette, llegan al mundo sin conocer a nadie y buscan rápidamente una persona que le sirva de referente, de ayuda y de soporte, normalmente la madre (en el caso de Ivette, su profesora).
Quieren aprender a vivir, quieren aprender el día a día y quieren aprender a ser, porque de hecho ni siquiera saben que existen como ser hasta los ocho o diez meses, momento en que se quejan si son separados de su figura de apego primario (como digo, suele ser la madre) en lo que todos conocemos como "Angustia de separación".
Para aprender todo ello necesitan vivir lo más cerca posible de alguien que les pueda enseñar, siendo lo más dependientes posible ya que, cuanto más dependientes sean de pequeñitos, más independientes serán más adelante. Cuanto más aprendan en los primeros años, más autosuficientes serán después.
Las teorías que hablan de dejarles llorar solos para que aprendan, de retrasar un poco las demandas ("déjalo llorar cada vez un poquito más, pues si vas enseguida cada vez te llamará más a menudo"), no llevarles en brazos para que no se acostumbren o de separar al niño para que no esté enmadrado han sido ejemplificadas en la técnica llevada a cabo por la profesora con Ivette. En un intento de hacerla más independiente, de que se curta en la soledad, solo consigue que se sienta más insegura y necesitada de apoyo.
Los niños que antes son separados de su madre y a los que se les intenta enseñar a ser independientes son los que son dependientes más tiempo, pierden el ejemplo de su referente, dudarán de sí mismos y necesitarán a alguien que tome las decisiones por ellos al no haber podido aprender junto a alguien que sí sabe tomarlas.
Para ser independiente, se tiene que ser primero dependiente:
- Primero me lo hacen (o nos explican cómo se hace).
- Luego lo hago yo con ayuda y supervisión (pides a alguien que sabe más que tú que esté a tu lado mientras lo haces. Los niños llaman a su madre o padre).
- Finalmente soy capaz de hacerlo solo (cuando ya he aprendido soy capaz de hacerlo solo sin necesidad de alguien que me supervise. En caso de duda o error llamaré de nuevo a mi tutor. Los niños, de nuevo, llamarán a su madre en caso de que se vean en peligro, inseguros o piensen que lo están haciendo mal).
¿No hemos estudiado todos para trabajar? ¿No hemos hecho unas prácticas tutorizadas en las que hacíamos las cosas con un profesor que luego nos dejaba intentarlo a nosotros solos?
Si quieres que tu hijo sea independiente, autónomo y capaz de tomar decisiones sé su ejemplo, permanece siempre a su lado cuando te necesite y acude siempre a sus llamadas. Poco a poco, cuando vaya aprendiendo a hacer las cosas para las que ahora solicita tu ayuda dejará de llamarte porque se sentirá seguro y con la confianza suficiente para llevarlas a cabo.
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