Por eso, ni los padres deben pensar que es una tarea que no gusta hacer, sino que forma parte del juego, y recoger los juguetes también es cosa de niños, igual que se cogen los juguetes de su sitio para jugar, se dejan donde en su lugar para la próxima vez.
Cuanto antes aprenda el pequeño a ser ordenado, menos posibilidad habrá de que haya que reenseñarle, que eso es más difícil. Así que desde el principio el niño debe saber que cada cosa tiene su propio lugar. Esto también puede ser un juego, por ejemplo, pregúntale dónde debéis guardar un paquete de espaguetis, en el armario del baño, en el recibidor o en la despensa, o dónde colocar un libro, en el frigorífico, en la bañera o en la estantería, y lo mismo con sus juguetes. Cada vez que responda acertadamente muestra tu alegría y haz que lo ponga en su sitio, un beso, un aplauso o un cumplido será motivación suficiente para que lo haga sin problemas.
Es muy importante que cuando le digas lo que debe hacer lo acompañes de una explicación, así no pensará que ordenar las cosas es un castigo, sino algo que toda la familia debe hacer, por ejemplo, dile que la ropa debe estar en el armario para que no se estropee, o que los todos los juguetes guardados en su sitio se hacen compañía y siempre que los busque sabrá donde encontrarlos.
Enseñarle a ordenar sus cosas puede formar parte de un cuento, los dos juntos colocar sus zapatos y decirle que si se ponen juntos, infinidad de historietas pueden resultar divertidas y motivadoras para que nuestro hijo o hija sea ordenado. Seguro que tú también tienes algún truco que te ha dado resultado, ¿lo compartes con nosotros?
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