Falta de afecto, incomunicación, incomprensión, necesidad de ser escuchado e insatisfacción. Son algunos de los sentimientos que acompañan a quienes se sienten solos, estando acompañados. Es lo que se conoce como soledad emocional y que, según la psicóloga Pilar Conde, es peor que la soledad física y más difícil de tratar.
Aunque puede sorprendernos a cualquier edad, debemos estar más pendientes de su aparición en la adolescencia, cuando sus consecuencias son más devastadoras. La psicóloga, directora técnica de Clínicas Origen, nos explica qué señales nos alertan de que nuestros hijos pueden sentirse solos y nos da las claves para ayudarles a superar el duro momento.
Los adolescentes necesitan a sus padres
La mayoría de los jóvenes con tendencias suicidas dicen sentirse solos y, a veces, cuando queremos ayudarles es tarde. Por este motivo, resulta vital detectar la soledad dentro del entorno familiar y escolar.
Según Pilar Conde, hay señales que nos alertan.
Añade la experta que los padres (y también los educadores) tenemos la obligación de velar por los jóvenes, facilitándoles un entorno social de seguridad, en el que desarrollar sus capacidades emocionales y sociales.
Por eso es importante que intervengan en caso de que el adolescente no se sienta integrado o sienta rechazo, sobre todo si va acompañado de acoso o algún tipo de violencia.
Así podemos los padres ayudar a nuestro hijo adolescente
La psicóloga asegura que los adolescentes necesitan el apoyo y la guía de sus padres, ya que se encuentran en pleno proceso de madurez y cambio físico, con las inseguridades que esto implica. Por eso, aunque se nieguen a aceptarlo debemos mantenernos siempre cerca, dispuestos.
Podemos ayudarles a superar su soledad emocional:
- Escuchándoles y observando sus comportamientos, entendiendo por qué hacen lo que hacen y qué necesidades afectivas tienen y no se están cubriendo.
- No juzgándoles, ofreciéndoles la ayuda, y pensando junto a ellos las posibles soluciones, teniendo muy en cuenta sus opiniones.
- Realizando un trabajo coordinado familia-colegio. Es esencial que padres y profesores intervengan juntos.
- Apoyándoles en sus hobbies. Si el niño no encaja en el colegio, se le puede compensar con actividades que le gusten, ya sean deportivas, intelectuales o lúdicas.
- Reforzando las áreas de actividad y conocimiento en las que destaquen y permitiendo que se desarrolle en sus habilidades y cualidades personales.
En la adolescencia, los amigos son fundamentales
Las amistades resultan vitales en los años de adolescencia, tal y como señala la psicóloga, ya que chicos y chicas necesitan reafirmarse, sentir que pertenecen a un grupo.
Los amigos también les ayudan a desarrollar su identidad y autoestima personal. Así que, si los padres observan que su hijo está aislado, que no tiene amigos y que prefiere estar solo, puede ser conveniente que pidan ayuda a un profesional.
La soledad no deseada es un círculo vicioso. Cuánto menos se sale, menos ganas se tiene. Ven a poca gente, se comunica poco y da pereza el esfuerzo de la conexión. La apatía de la soledad conduce al aislamiento y este puede llegar a ser perjudicial para la salud.
Frente a la opinión de algunos expertos, Pilar Conde no considera que las redes sociales sean nocivas siempre. De hecho, "en algunas ocasiones esa conexión digital a través de las redes sociales y los grupos telefónicos, puede ayudar a que un adolescente se sienta dentro del grupo, ayudarle a conocer gente y a mantener ciertas relaciones".
La comunicación online es útil siempre que no se contemple como una sustitución del contacto real, ni como una vía escape para no realizar actividades de ocio.
"Las redes sociales deben entenderse como una herramienta más de sociabilidad que les permite reforzar sus relaciones interpersonales, manteniendo las mismas reglas de respeto que en la 'vida real'".
Vía | Clínicas Origen
Fotos | iStock
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