Estamos a solo unos días de celebrar Halloween, una fecha que entretiene tanto a niños como adultos por las divertidas actividades que solemos realizar con motivo de esta celebración. Además de los típicos disfraces terroríficos, la tradición más fuerte de esta noche es la salida a pedir dulces.
Pero, ¿por qué los niños piden dulces la noche de Halloween? Te contamos los orígenes de esta tradición y cómo llegó a convertirse en el "truco o trato" que conocemos hoy en día.
El origen de Halloween
Como ya lo hablamos alguna vez hace tiempo, Halloween se origina de una antigua festividad celta llamada "Samhain", que se celebraba durante la época de cosechas y se consideraba como el Año Nuevo Celta.
El Samhain es una noche de espíritus, en la que -según la creencia- las leyes del tiempo y el espacio son suspendidas de manera temporal, haciendo que desaparezca la barrera entre los vivos y el de los muertos, y los espíritus, tanto buenos como malos, podían atravesar esa barrera durante la noche, haciendo posible la comunicación con quienes ya habían fallecido (algo similar a lo que sucede en Día de Muertos, celebrado el 2 de noviembre).
Sin embargo, debido a que tanto espíritus buenos como malos podían regresar, se cree que de aquí también proviene la tradición de usar máscaras y disfraces para alejarlos, pues supuestamente al adoptar la apariencia de otro ser maligno se evitaba que hicieran daño. Además, también se les dejaban ofrendas de comida y bebidas.
Muchos años después, con la ocupación romana de los dominios celtas y la influencia de la iglesia católica, esta festividad fue convertida al cristianismo, asignando el primero de noviembre como el "Día de Todos los Santos" y haciendo que el 31 de octubre fuera la "Víspera de Todos los Santos", que en inglés es "All Hallows Eve" y de ahí se origina la palabra Halloween.
¿Y de dónde proviene la tradición de pedir dulces?
La historia del famoso "truco o trato" también proviene de tradiciones antiguas. Como ya lo mencionamos, durante el Samhain se dejaba comida para distraer y ahuyentar a los espíritus malignos, pero también algunas de las personas que se disfrazaban realizaban pequeñas actuaciones a cambio de comida y bebida.
Cuando la celebración evolucionó con la influencia del catolicismo, las personas en Escocia e Irlanda comenzaron a ir de casa en casa a pedir un postre conocido como "soul cake" (tarta de almas) a cambio de oraciones por las almas de las personas de esa casa, así como de los seres queridos que ya habían fallecido y se encontraban en el Purgatorio. Con el tiempo se fueron sustituyendo los rezos, y niños y jóvenes ofrecían cantar una canción, recitar un poema o hacer algún otro truco divertido a cambio de fruta, nueces o monedas.
Sin embargo, a pesar de que la tradición de disfrazarse en Halloween y pedir comida o golosinas proviene de estos países, el "truco o trato" no era parte de esa costumbre y los niños solían pedir "ayuda a la fiesta de Halloween" cuando realizaban sus recorridos disfrazados.
Quizás muchos solemos relacionar Halloween como lo conocemos hoy en día con Estados Unidos, pero el origen de la frase "truco o trato" aparentemente es canadiense. De acuerdo con diversas referencias bibliográficas, la tradición de llevar a los niños disfrazados a pedir dulces de casa en casa en Norteamérica aparece registrada por primera vez en Ontario, Canadá en 1911, fruto de la influencia de los inmigrantes escoceses, irlandeses e ingleses de la época.
Fue en esa misma provincia donde se registró por primera vez la frase "truco o trato" en 1917, para posteriormente extenderse a Estados Unidos, donde comenzó a utilizarse alrededor de 1930, estableciéndose como una festividad importante de la cultura estadounidense en la década de 1950.
Con podemos ver, la tradición de pedir dulces utilizando el "truco o trato" fue evolucionando hasta ser lo que conocemos actualmente, convirtiéndose finalmente en una actividad orientada a los niños, como una manera segura y divertida para celebrar esta festividad.
Foto de portada | Charles Parker en Pexels