Dice la pirámide de alimentación que en el segundo grupo de alimentos más importantes a consumir están la fruta, las hortalizas y las verduras. Pero a la hora de ver qué comen los niños y adolescentes, son pocos los que las comen diariamente y muchos los que apenas las prueban a lo largo de la semana.
Esto provoca un desequilibrio en la dieta porque todo el hambre que no quitan con estos alimentos lo sacian con otros, provocando excesos y desequilibrios que se ven reflejados, quizás, en un mayor peso del recomendable, y en un, quizás, peor estado de salud general.
Por esta razón, en Estados Unidos (donde yo diría que los niños aún comen peor que los españoles), se propusieron hacer algo para que los niños comieran más verdura, y así es como lo lograron.
Ensaladas en las escuelas
Ya hace un tiempo se creó una iniciativa llamada Let's Move Salad Bars to Schools, gracias a la cual hay más de 4.800 barras llenas de productos para hacerte una ensalada en los colegios. Cerca del 50% de los estudiantes de secundaria, el 39% de los de intermedia y el 31% de los niños de primaria tienen acceso a una de ellas. El problema era que los niños no se acercaban a ellas.
Es decir, el primer paso era el correcto: para que los niños coman ensalada, tienen que tenerla disponible. Y una vez la tienen disponible, tienen que tener interés en acercarse a coger comida de ella.
Así que según leemos en Medline, Lori Spruance, profesora de ciencias de la salud en la Universidad de Brigham Young en Provo, Utah, decidió estudiar junto con otros investigadores, cuál podría ser un buen método para lograrlo.
Para ello, observaron a los estudiantes de 12 escuelas de Nueva Orleans. Descubrieron que aquellas escuelas que se esforzaban en publicitar con más ahínco sus barras de ensalada lograban que sus alumnos las utilizaran tres veces más que en las otras.
Qué publicidad utilizaron
Los métodos de publicidad que tuvieron más éxito fueron los anuncios en diferentes ubicaciones de la escuela, información al respecto en las publicaciones y boletines escolares y la promoción de la barra de ensalada en la página web. Allí donde más se promocionó la barra de ensalada, allí donde más se habló de ella, los niños respondieron mejor.
Además, vieron que había una mejor respuesta cuando los padres también promovían una alimentación saludable en casa:
Conlleva mucho esfuerzo y tiempo, pero la mayoría de niños y adolescentes requieren de exposiciones repetitivas a los alimentos antes de comerlos por su cuenta. Si un niño se expone a alimentos en casa que se sirven en la escuela, el niño podría ser más propenso a comer esas frutas o verduras en la escuela.
Como curiosidad, decir que en el estudio, publicado en la revista Health Education and Behavior, vieron que las niñas y chicas adolescentes usaban la barra de ensaladas con mayor frecuencia que los chicos, y que en general, los niños que dicen preferir la alimentación saludable utilizan la barra más a menudo que el resto.
¿Y cómo lo hacemos en casa?
No tenemos barra de ensalada, pero sí podemos poner los alimentos a la vista. Muchos niños apenas comen fruta ni verdura porque no ven a sus padres comerla, y porque no ven estos alimentos de manera frecuente. Por eso vale la pena seguir poniéndolos en el plato, que los vean, que nos vean comerlos, que los tengan delante, y que no se les obligue a comerlos.
Les podemos sugerir, pero no parece buena idea obligar, porque hay más riesgo de que la aversión por lo obligado les haga rechazarlo aún más. Si acaso podemos hacer algo similar... explicar que es prácticamente lo más importante que pueden comer, ofrecer siempre sin forzar, para que se sientan libres de comerlo (como digo, si se sienten presionados tienden a decir que no), y de vez en cuando incluirla en nuestros juegos: cuando jugamos a cocinar, cuando jugamos con muñecos y los personajes quieren comer verdura para estar más activos, etc. Además, pueden servir algunos trucos de marketing como estos que os comentamos hace no mucho.
Como se suele decir, para que alguien haga algo tiene que estar motivado para hacerlo: no es suficiente con decirle que lo haga. Pues los niños, igual. Interesa cultivar esa motivación para que sean ellos mismos los que decidan comer verdura y fruta. Si son de los que apenas las prueban, debéis saber que no es algo que pase de la noche a la mañana, pero sí es algo que tenemos que hacer como padres.
Foto | iStock
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