Consejos prácticos para que los niños coman más vegetales

Consejos prácticos para que los niños coman más vegetales
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En los temas anteriores os he ofrecido algunas estrategias culinarias para aumentar la ingesta de frutas y verduras en los niños. Pero, además de las diferentes formas de presentarlas, también hay algunos consejos prácticos que pueden ayudar a conseguir que los niños coman más vegetales.

La mejor manera de conseguir niños a comer más frutas o verduras es conseguir que sean accesibles para ellos desde que son pequeños. Puede parecer absurdo, pero el mantener los vegetales fuera de su alcance y de su vista (con las lógicas precauciones con los más pequeños) es la mejor manera de apartarlas de su dieta.

El frutero accesible

El frutero que recuerdo que mi abuela tenía como centro de mesa casi ha desaparecido de nuestros hogares. Era entonces normal que, cuando tenías hambre, pudieras coger una fruta directamente. Así que el primer consejo práctico sería el mantener las frutas al alcance de los niños y accesibles para que puedan encotrarlas a mano cuando tengan hambre y su color y olor abran su apetito.

Cuando comenzamos a dejar las frutas a la vista los niños comienzan a pedirlas, no solo nuestros hijos sino también los amiguitos que vienen a jugar o las visitas adultas de confianza, creando un clima favorable a su ingesta. Nosotros mismos las comeremos más habitualmente cuando nos apetezcan. Y los niños, siguiendo el ejemplo de los demás, las pedirán también.

Es mucho mejor que el niño se coma una manzana o un plátano que venga a pedirnos una chocolatina o unos caramelos, y, por supuesto, mucho mejor que un zumo envasado o una bolsa de patatas fritas.

Puede que a veces se dejen la fruta mordida o medio comida, incluso que la olviden en el cajón de los juguetes o encima de la tele. No hay que disgustarse, pensemos que es una inversión en su salud y su educación alimentaria.

Verduras frescas listas para comer en la nevera

Las verduras, fuera de la nevera, no solemos tenerlas y, además, normalmente requieren cierta preparación previa.

Sin embargo, tener unas verduras ya lavadas y peladas en la nevera para que cualquiera, cuando tenga ganas de picar algo, pueda abrirla y tomarse una zanahoria, un tomate, unos bastoncitos de pepino o unas hojas de lechuga es otra manera de mantenerlas como un aperitivo delicioso disponible en cualquier momento.

Las que no se usen las deberemos utilizar en la ensalada de la noche, para que no pierdan propiedades. Siempre es mejor lavarlas y pelarlas en el momento, pero siempre será mejor una verdura que dejamos lista hace un par de horas que unas chucherías industriales y además, hace que la verdura se convierta en algo habitual para “matar el gusanillo”.

Este bol con verduras es además, una solución ideal para esos momentos en los que, preparando la comida o la cena, se nos echa el tiempo encima y el niño está con mucha hambre. Podrá disponer de una “tapa” sana con la que hacer tiempo hasta que terminemos.

Os aseguro que soluciona muchos berrinches de esos que saltan cuando el niño necesita comer imperiosamente, pues no olvidemos que los niños cuando tienen hambre no es por capricho, sino porque su cuerpo exige esa energía y no es bueno dejarles rabiando aunque no sea esa nuestra intención.

Meriendas escolares

Cuando les ponemos fruta en la merienda que llevan al colegio hay que pensar bien las cosas. Los niños necesitan jugar y en el recreo no suelen disponer más que de media escasísima hora. Uno de los consejos prácticos a tener en cuenta es que la fruta que lleven debe ser sencilla de comer y en cantidad adecuada.

Una naranja o unas mandarinas no suelen ser una buena idea. La primera por lo complicado que es pelarla con sus manitas que además se van a quedar pringosas. Las segundas, a ver donde las dejan mientras se las van comiendo.

Los plátanos y las peras, por ejemplo, si están muy maduros, van a llegar al recreo recalentados, marrones y aplastados, por lo que lo más seguro es que, si no hemos elegido bien la fruta, terminen en la papelera o comiéndolos con un poco de asco.

En algunos centros permiten que los niños lleven la fruta ya cordadita y pelada en una tartera y les dejan comérsela en clase antes de salir al patio. Si es el caso, adelante, pero si no lo es, mejor valorar bien si es la mejor hora para que coman fruta.

Como cada niño es diferente algunos estarán encantados con su fruta, pero, si el niño, como era mi hijo, es lento comiendo se puede pasar la media hora de patio con la manzana en la mano dando vueltas y sin poder jugar.

En algunos casos es preferible esperar al niño con una fruta a la salida de claseo o dársela de merienda al llegar a casa que ponérsela para el patio, en vez de recibirlos con el yogur ese que dicen que aumenta las defensas o un zumo industrial.

Entiende a tu hijo

Quizá el consejo más completo que puedo daros es este: observad a vuestros hijos, hablad con ellos, entendedlos. Ellos van a ayudarnos a comprender mejor cuales son sus problemas a la hora de comer fruta o verdura. Y entendiéndolos podremos adaptarnos a ellos, haciendo que su relación con los alimentos y la salud se desarrolle en un clima de confianza en nosotros y autoconfianza.

No existe una receta que vaya a funcionar para todos los niños, de hecho, posiblemente para cada niño tendremos que optar por unas estrategias u otras. Estos consejos prácticos pueden ayudaros a que los niños coman fruta y verdura, pues es necesario, pero para lograrlo el camino no es desesperarnos, enfadarnos o usar chantajes o premios.

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