La desafortunada campaña de una cafetería, al utilizar la comida de los niños como premio y castigo

Cuando Sara Gómez, enfermera y madre, leyó el extraño menú de una cafetería, se llevó las manos a la cabeza. En él podían leerse dos tipos de menús infantiles: el dirigido a "los niños que se portan bien", y el de "los niños que se portan mal".

Aunque no se trata de un menú real, sino probablemente de una estrategia para atraer a los consumidores y llamar la atención, Sara quiso denunciar en su cuenta de Twitter lo que calificó como un "despropósito", pues la comida jamás debería ser utilizada como premio o castigo.

En el menú, que la usuaria asegura que vio publicado en una cafetería, podemos ver dos opciones claramente diferenciadas:

  • La de los niños que se portan bien y por tanto pueden elegir entre comer sopa o croquetas de primero, y albóndigas o nuggets de pollo de segundo (con el correspondiente postre azucarado).

  • Y la opción de los niños que se portan mal y deben comer acelgas y pescado, además de ayudar a lavar los platos en la cocina.

Una estrategia que no ha gustado a la mayoría de usuarios

Como decíamos al inicio, no se trata de un menú real (aunque bien podría serlo a juzgar por la mentalidad que todavía existe hoy en día en torno a este tema), sino de una forma llamativa de atraer clientes y, quizá también de pedir a los padres que se responsabilicen de sus hijos durante la comida.

Pero a pesar de que hay usuarios a quienes la publicación les parece divertida, o incluso útil para conseguir que los niños se "porten bien" en la mesa, en nuestra opinión esta estrategia es desafortunada.

Y es que si queremos que nuestros hijos coman de forma variada, saludable, y en un entorno positivo y respetuoso, es importante no caer ni promover este tipo de chantajes.

Conscientes de la gravedad de premiar o castigar con comida a los niños, y de la terrible asociación de conceptos (comida saludable = castigo), cientos de usuarios en Twitter respondieron a la publicación de esta madre:

También el conocido nutricionista, Julio Basulto, o el psicólogo clínico, Álvaro Pallamares, se han hecho eco de la fotografía en sus redes sociales, y del desafortunado mensaje que transmite a los niños.

Por qué la comida no debe utilizarse como premio o castigo

La base principal de la educación es la empatía y el respeto, y por supuesto esto también se traduce al momento de la comida. Por ello, la idea de castigar a un niño si no se come todo o no se porta según nosotros consideramos, es una falta de respeto hacia él.

Numerosos estudios han determinado que forzar a los niños (mediante premios/castigos, chantajes, amenazas...) a comer es contraproducente, pues no sólo no ayuda a que coman más cantidad de comida y todo tipo de alimentos, sino que podría ocasionar el efecto contrario, y provocar un mayor rechazo.

Por todo ello, y aunque no se trate de un menú real, consideramos inapropiado que un establecimiento utilice la comida como una forma de castigar o premiar a un niño. Primero, porque el castigo en sí no es una forma correcta de educar (ya hemos visto en numerosas ocasiones que no sirve y puede ser perjudicial), sino porque la comida saludable (en este caso, acelgas y pescado) jamás debería ser utilizada como una sanción.

Utilizando ciertos alimentos como premio (comida basura, chucherías, chocolate, helados...) y otros como castigo (verduras, pescado...) estaremos dando al niño un mensaje erróneo y contraproducente, pues asociará inconscientemente la ingesta de determinados alimentos a algo sacrificado, feo y desagradable, al tiempo que premiamos una dieta inadecuada.

Pero además... ¿qué es eso de "portarse bien o mal"?

Pero además de lo desafortunado que resulta el hecho de utilizar la comida saludable como un castigo, destaca la forma que tiene la campaña de etiquetar a los menores en "niños que se portan bien" y "niños que se portan mal". Y ante esto nos preguntamos: ¿qué es portarse bien?

Quizás para algunos, los niños buenos son aquellos que se lavan las manos antes de comer y que permanecen sentados en sus sillas durante toda la comida. Para otros, puede que sean aquellos que se acaban todo el plato sin rechistar. O quizás sea suficiente con el hecho de no molestar al resto de comensales.

En cualquier caso, utilizar estas calificaciones nos parece fuera de lugar, por mucho que se trate tan solo de un reclamo publicitario para atraer la atención de los clientes. Y a vosotros, ¿qué os parece la peculiar forma que ha tenido esta cafetería de anunciar su menú infantil?

Vía | Sara Gómez

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