Hemos visto lo importantes que son las legumbres en la nutrición infantil por su riqueza de proteínas, hidratos, minerales y fibra. Esto, sumado a la escasez de grasas y la facilidad de acceso las convierten en un pilar para la alimentación sana, equilibrada y barata. Para los niños son especialmente valiosas, ya que proporcionan la base para una buena educación dietética. Pero a veces, para conseguir introducir la legumbre en la dieta infantil es preciso usar algunos trucos.
Sin embargo no todos los niños las aceptan facilmente, sobre todo si hemos cometido el error de no comerlas en casa habitualmente los adultos o no ofrecerlas desde pequeñitos. O simple y llanamente porque no les gustan. Nuestra cocina tradicional tiene muchos platos donde las legumbres son la base, y son habitualmente platos caldosos, calientes y, en ocaciones, con demasiados añadidos cárnicos y grasos. Si al niño no le gustan nunca hay que obligarle pero si podemos hacer otras preparaciones igualmente nutritivas.
Y es que hay otras atractivas preparaciones que incluyen las legumbres y que serán nuestro truco para que los niños las coman. Aprender a prepararlas nos dará posibilidades de usar la legumbre en la dieta de manera habitual sin hacer siempre las mismas recetas invernales.
Lo primero es tener en cuenta que la riqueza en proteínas de las legumbres hace innecesario y hasta incorrecto hacerlas seguir de un plato de proteína animal, sobre todo si encima las hemos aderezado con productos derivados del cerdo. Es mejor complementarlas con vegetales y cereales y no abusar de los derivados del cerdo en su acompañamiento o eliminarlos completamente.
Un pesado plato de legumbre, con tocino y chorizo, sin apenas vegetales, no es necesariamente la comida que mejor se adapta a los gustos infantiles o a sus necesidades nutricionales. Os lo dice una niña que aborrecía las legumbres en puchero pero las comía de otras muchas formas sin rechistar.
Hay varias posibilidades para incluir en la dieta infantil las legumbres sin hacerlas pesadas y aburridas. Un plato de sopa con verduras picadas y alguna legumbre suelta entre ellas, sin que sean el componente prinicipal del plato, es una buena manera de ponerlas a diario en la mesa sin convertirlas en plato único.
Una vez cocidas y coladas se pueden usar para preparar deliciosas hamburguesas, especialmente sabrosas con lentejas o alubias negras o rojas. Yo les pongo igual que a las hamburguesas de carne pan mojado en leche, huevo, ajo y perejil y os aseguro que quedan muy ricas.
También las hago, muy rápidas, con la legumbre cocida entera mezclada con harina y huevo hasta hacer una masa, condimentando con cebolla seca, ajo en polvo y perejil o cebollino. No se tarda nada y son deliciosas.
Otra forma es hacer croquetas, en ese caso las añado enteras mezcladas con la masa de bechamel muy densa y con cebolita fritita previamente. Para comerlas preparo una salsa de tomate o un pisto de acompañamiento.
También podemos hacer falafels, que se hacen con el garbanzo crudo remojado, colado y pasado por la trituradora, añadiéndo ajo, comino, cebolla cruda, perejil y huevo hasta obtener una masa compacta que podemos freir o hacer al horno en forma de croquetas. Se acompaña con una salsa hecha con yogurt y pepino muy picado.
Además, y especialmente en verano, las podemos presentar como un ingrediente más de una ensalada variada con tomate, pepino, lechugas, maíz, pimiento, zanahoria y lo que más nos guste añadir. La lenteja, la alubia y el garbanzo entran en el conjuto dándole un toque sabroso.
Como podéis ver hay muchas posibilidades para introducir la legumbre en la dieta habitual de los niños y de toda la familia, con algunos sencillos trucos que darán a nuestros platos un toque colorido y rico pudiendo adaptarlas a todos los gustos.
Foto | Flickr (StephenMitchell) En Bebés y más | Las legumbres en la alimentación infantil, Las legumbres en la alimentación infantil: los garbanzos, Las legumbres en la alimentación infantil: las judías