No hay nada mejor que dar ejemplo. Lo que los niños ven en casa lo asumen como normal y a partir de allí crean sus propios hábitos tanto en el trato hacia los demás, en los deportes, y en todos los ámbitos. Por supuesto, también en cuanto a la alimentación.
Por eso es tan importante meterlos en la cocina desde que son pequeños, dejarles jugar con los alimentos, cocinar juntos, mancharse y experimentar con los ingredientes.
Según un grupo de científicos del departamento de Ciencias Nutricionales de la Universidad Estatal de Pensilvania (EEUU), los niños que ven a sus padres cocinar durante más tiempo en casa toman decisiones más saludables a la hora de escoger sus propios alimentos.
Al analizar el comportamiento de 61 niños de entre cuatro y seis años, quienes podían comer libremente los alimentos que quisieran, desde galletas de chocolate hasta verduras y frutas, encontraron que en aquellas familias donde se dedicaba más tiempo a cocinar en casa, los niños escogían alimentos más saludables.
Los niños en cuyas casas se cocinaba hasta 16 horas a la semana, eran precisamente los que habían escogido comidas menos calóricas, frente a los que apenas dedicaban 60 minutos, independientemente del nivel socioeconómico de la familia.
Si los niños están en contacto con una variedad de alimentos, con sus sabores y texturas desde que comienzan a introducir los sólidos en su alimentación podrán establecer una relación más saludable con ellos.
Meterlos en la cocina con nosotros, vernos cocinar y participar de la preparación de las comidas desde que son pequeños hará que además descubran todo un mundo de posibilidades que repercutirá en mejores hábitos alimenticios.
Vía | El Mundo
En Bebés y más |
La cocina, el aprendizaje y los niños (I), Enseñar buenos hábitos alimentarios a los niños