Los padres somos cada vez somos más conscientes de la importancia de que los niños vayan correctamente sentados en una silla homologada y adecuada a su peso y talla, sobre todo mientras son pequeños.
Sin embargo, a medida que los hijos van creciendo, muchos padres empiezan a relajar las medidas, cambiando antes de tiempo la posición de la silla para viajar a favor de la marcha, recurriendo al uso de alzadores sin respaldo cuando no corresponde, o incluso optando por llevar a los niños únicamente sujetos con el cinturón de seguridad cuando aún no ha alcanzado la altura recomendada.
Pero cuando hablamos de seguridad en carretera, es de vital importancia no precipitarse adoptando medidas que no solo no corresponden a la edad, peso o talla del niño, sino que pueden poner en serio riesgo su vida.
Hoy hablamos de las sillas elevadoras y los alzadores sin respaldo: ¿qué diferencias hay entre ambos dispositivos? ¿a partir de qué edad deberían utilizarse unos y otros y cómo hacer un buen uso de ellos?
Sillas elevadoras: ¿a partir de qué edad se recomiendan y cómo se usan?
Los niños deben viajar en el sentido contrario a la macha el mayor tiempo posible, y como mínimo hasta los cuatro años, pues es la forma más segura de viajar. En el mercado hay modelos que permiten viajar así hasta los 25 kilos, por lo que siempre que sea posible debemos mantener esta posición en una silla homologada al peso y talla de nuestro hijo.
Cuando ya no sea posible por peso y talla, será momento de cambiar de grupo y comenzar a viajar de frente a la carretera.
En el caso de que tu hijo estuviera en una silla del grupo 1 a favor de la marcha y sujeto con arneses, sabrás que debes cambiarle de grupo cuando haya superado los 18 kilos o sus hombros hayan llegado al punto más alto del arnés (supone una altura de 105 cm, aproximadamente).
En ambas situaciones, tocará pasar al niño a una silla del grupo 2/3 (de 15 a 36 kg) si se trata de una silla homologada bajo la normativa ECE R44/04, o a una silla i Size de 100 a 150 cm, que como su nombre indica está homologada bajo la nueva normativa i-Size.
Estas sillas se colocan en el asiento trasero del vehículo a favor de la marcha. En ellas, el niño va sujeto únicamente con el cinturón de seguridad del coche.
Popularmente, se conoce este tipo de sistemas de retención con el nombre de sillas elevadoras, pues su función principal es la de elevar el cuerpo del niño para que la banda superior del cinturón caiga sobre el hombro y clavícula (sin rozarle la cara o el cuello), y la banda ventral quede sobre las caderas y muslos (nunca sobre el estómago).
Alzadores o elevadores sin respaldo: por qué no protegen lo suficiente
Ahora bien, existe un punto importante que marca la diferencia entre las sillas homologadas bajo una y otra normativa: el respaldo y las protecciones laterales.
Así, encontramos que todas las sillas de coche homologadas bajo la normativa i-Size para niños de entre 100 a 150 cm, llevan respaldo.
Sin embargo, algunos modelos del Grupo 2 homologados bajo la norma R44 anteriores a 2017 no tienen respaldo. También es posible encontrar modelos que combinan el grupo 2/3 con respaldo desmontable.
Esta función podría llevar a muchos padres a utilizar con sus hijos elevadores sin respaldo (popularmente conocidos como 'alzadores') por considerarlos más prácticos, cómodos, fácilmente transportables y que además ocupan menos espacio en el vehículo.
Sin embargo, tanto la DGT como el resto de expertos en seguridad vial advierten que esta decisión puede poner en riesgo la vida del niño, pues los elevadores sin respaldo no ofrecen la protección suficiente en caso de colisión lateral, un de los choques más habituales en ciudad.
Por el contrario, utilizar una silla elevadora con respaldo proporciona al niño mayor comodidad y ergonomía, mejor guiado del cinturón de seguridad (ya que dispone de dispositivos específicos), protección envolvente en caso de impacto (pues evita que su cabeza choque contra la ventanilla o el interior del vehículo) y protección de la cadera y la espalda.
¿Hasta cuándo hay que utilizar un elevador?
Según la normativa, los sistemas de retención infantil (SRI) deben utilizarse hasta que la altura del niño sea igual o superior a 135 cm, momento en que ya podría viajar únicamente con el cinturón de seguridad como los adultos.
Pero más allá de la normativa, la DGT aconseja prolongar el uso de estos dispositivos hasta los 150 cm, utilizando preferiblemente elevadores con respaldo en todos los casos.
Si esto no fuera posible, se recomienda usar respaldo al menos hasta que el niño alcance una altura de 125 cm, para después pasar a utilizar un alzador sin respaldo hasta alcanzar la altura recomendada para usar solo el cinturón de seguridad.
Foto | Portada (iStock), Foto 1 (Britax - Rommer), Foto 3 (Fundación Mapfre)
Vía | Fundación Mapfre, Circula Seguro
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