Para alegría de algunos y pena de otros, los niños vuelven al cole y sin duda una de las cosas que peor se llevan los primeros días son los madrugones.
Durante el verano, nos hemos relajado con los horarios haciendo que la hora de irse a la cama se extienda más de lo habitual y ahora cuesta horrores levantarse cuando suena el despertador para ir al colegio.
Es probable que el primer día vuestros hijos se hayan despertado rápido, por la emoción y los nervios de volver al cole, pero ya el segundo y el tercer día, cuando se hace habitual, es una odisea despertarles.
Con la vuelta a al rutina y a las actividades extraescolares al acabar el día caen rendidos, pero a pesar de dormir las horas suficientes, los madrugones se llevan muy mal.
Cómo ayudarles a que lleven mejor los madrugones
- Lo que podemos hacer estos primeros días para que tengan un buen descanso, hasta que cojan el ritmo, es adelantar la hora de la cena y la de acostarse.
- Tener rutinas al final del día: hacer ejercicio físico por la tarde, seguido de un baño relajante y una cena ligera ayudará a los peques a irse a la cama y favorecerá un descanso reparador.
- Despierta a tu hijo con caricias, abrazos y besos: tendrá un mejor despertar si lo primero que ve es tu sonrisa.
- Utiliza música para despertarle: suele ser un buen recurso para que el comienzo del día se más llevadero.
- Despiértale con tiempo: si tu hijo es de las personas que les cuesta adaptarse al mundo por las mañanas, puedes probar despertarlo diez minutos antes para que abra los ojos a su ritmo. Así evitarás también que las mañanas sean un infierno y que el peque se despierte de mejor humor.
- Un desayuno energizante: un desayuno variado y completo le ayudará a recuperar energías y enfrentar el día con fuerzas.
Una vez que entren en el ritmo de la rutina, los madrugones serán más llevaderos, pero a cambio, ocurre algo no tan deseado por los padres: que los fines de semana están "programados" y también se despiertan temprano.
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