Los viajes en coche con niños pequeños pueden ser a veces muy estresantes para los padres. Los niños se aburren, lloran y cuando hay dos o más hijos, lo más probable es que se molesten, se quiten las cosas, o se peguen. Cosas de niños, ya sabéis.
Evitar conflictos en el asiento trasero no es fácil cuando sus ocupantes tienen apenas dos años, por eso Jake White, padre por partida triple, encontró una solución para acabar con las peleas de sus trillizos en el coche: colocó dos separadores entre las sillas de los bebés.
Según cuenta el padre, los niños se robaban entre ellos las meriendas, provocando momentos de auténtico caos en el coche, sin conseguir la manera de solventarlo.
Hasta que pensó que colocar unas paredes divisoras de un material ligero podría ser una buena manera de mantener la paz en el camino de vuelta a casa.
Es gracioso, pero...
No cabe duda de que la imagen es graciosa. Cada uno va en su cubículo y ni se entera que tiene un hermano al otro lado. Pero al mismo tiempo, precisamente por eso, no acaba de convencerme la idea, además del riesgo en caso de accidente.
Como solución a una situación puntual es ingeniosa, pero lo suyo sería intentar que los niños no se quiten la merienda de una forma más pedagógica, explicándoles las cosas, utilizando la imaginación, recurriendo a la pedagogía inversa o aplicando otros recursos para evitar conflictos. Aunque sean pequeños, pueden entenderlo sin necesidad de tener que ser aislados en el coche.
A vosotros, ¿qué os parece la solución? ¿La pondríais en práctica?
Vía | Today
Foto | Facebook jake White
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