Cuando hablamos de celos entre hermanos, habitualmente pensamos en el hijo mayor; al fin y al cabo, es normal que pueda sentirse "desplazado" ante la llegada de un nuevo bebé a la familia y lo exprese de esta forma.
Pero lo cierto es que los celos también pueden manifestarse en el sentido contrario, es decir, por parte del pequeño hacia su hermano mayor. ¿Por qué puede darse esta circunstancia y cómo podemos actuar los padres para ayudar a nuestro hijo?
¿Por qué mi hijo pequeño tiene celos de su hermano mayor?
Cuando un nuevo bebé llega a la familia, los padres solemos volcarnos en el hijo mayor para evitar la aparición de celos hacia su hermanito. Así, siguiendo los consejos de los expertos, cuidamos todos los detalles para que la presentación sea positiva, procuramos involucrarle en los cuidados del bebé, pasar el mayor tiempo posible con él, validar lo que está sintiendo y hacerle entender que el amor de unos padres jamás se divide, sino que se multiplica.
Pero probablemente, en ningún momento lleguemos a pensar que pueda ser nuestro hijo pequeño quien tenga celos de su hermano mayor. Obviamente esto no va a ocurrir mientras sea bebé, pero sí es posible que aparezcan más adelante. ¿Por qué ocurre?
La aparición de celos entre hermanos no depende del orden de nacimiento y pueden surgir en cualquier etapa evolutiva.
Para empezar, es necesario entender que los celos entre hermanos son un sentimiento normal derivado del miedo a perder el amor de los padres, por lo que pueden aparecer en cualquier momento sin que esto signifique que los hermanos no se quieran.
Los celos les puede llevar a rivalizar o competir entre ellos, pelearse, tener comportamientos poco apropiados a ojos de los adultos o reclamar continuamente la atención de los padres, entre otras cosas. Cuando los celos son del pequeño hacia el mayor, los padres también pueden observar cómo el menor trata de imitar a su hermano, se compara continuamente con él y se frustra si no es capaz de hacer lo mismo.
Pero en algunas ocasiones, los celos que siente el hermano pequeño no son una percepción subjetiva de su realidad, sino que los padres -generalmente sin darnos cuenta- estamos alimentando esa rivalidad con el tratamiento que damos a nuestros hijos.
Esto sucede cuando depositamos toda nuestra confianza en el hijo mayor, le damos más privilegios que a su hermano, le favorecemos en ciertos aspectos, le ponemos siempre como ejemplo ("¡deberías aprender de tu hermano mayor y de lo responsable que es!")... Este tipo de conductas pueden dañar la relación de hermanos, propiciar la aparición de celos y afectar a la autoestima de nuestros hijos.
¿Cómo puedo ayudarle?
Tal y como acabamos de mencionar, lo primero que debemos hacer es reflexionar sobre la forma en la que estamos criando y educando a nuestros hijos, con el fin de evitar aquellas conductas asociadas al orden de nacimiento que puedan estar afectando la relación entre los hermanos.
En este sentido, ¿cómo podemos actuar para ayudar a nuestro hijo?:
- Acompaña a tu hijo en sus emociones: sentir celos no es algo que deba repudiarse, juzgarse ni criticarse. Recuerda que tu hijo lo está pasando mal y por eso necesita toda vuestra comprensión, empatía y apoyo emocional.
- Fuera etiquetas y estereotipos: olvida los estereotipos asociados al orden de nacimiento. Ni tu hijo mayor tiene por qué ser más responsable que su hermano pequeño, ni cuidarle ni dar ejemplo. Tampoco tu hijo pequeño tiene que aprender de su hermano mayor o seguir sus pasos. Recuerda: cada hijo es diferente.
- No compares a tus hijos: comparar a los hermanos siempre va a provocar en alguno de ellos la aparición de sentimientos de inferioridad, baja autoestima y falta de confianza. Las comparaciones aumentan las rivalidades y alimentan los celos.
- Atiende sus necesidades de manera individual: cada uno de tus hijos tiene sus propias necesidades, particularidades y personalidad. Por eso, es fundamental tratarlos a cada uno de manera individual y favorecer sus intereses. Esto les permitirá crecer con autoconfianza y buena autoestima.
- Fomenta los planes familiares: favorece la conexión entre los hermanos fomentando los planes en familia, los juegos de equipo, el tiempo de ocio juntos... Si tienen edad suficiente, también puedes pedirles que colaboren juntos en alguna tarea del hogar, como por ejemplo cocinar la cena de la familia.
En resumen: los celos son un sentimiento normal, que obedece a la necesidad del niño de seguir conservando el amor y la atención de sus padres. Aunque es habitual que aparezcan en el hermano mayor ante la llegada del bebé, los celos no entienden de orden de nacimiento ni de etapa evolutiva, por lo que está en manos de los padres tratar la situación de forma positiva y respetuosa para que poco a poco, esa rivalidad vaya desapareciendo.