Primera noche fuera de casa: cómo saber si tu hijo está preparado y qué tener en cuenta

Fiestas de pijamas con amigos, excursiones y campamentos con pernocta, o simple necesidad; pueden ser muchos los motivos por los que los niños tengan que dormir fuera de casa.

En general, esta primera experiencia suele ser vivida con mucha emoción y felicidad por parte de los peques, sobre todo si es algo que ellos han decidido. Pero también es normal que en algún momento nos manifiesten sus reticencias o miedos.

¿Existe una edad ideal para esa primera noche fuera de casa? ¿Cómo saber si tu hijo está preparado para dormir fuera de su hogar? ¿Qué aspectos debes tener en cuenta antes de que se lance a esta aventura?

Primera noche fuera de casa: emoción, nervios e incertidumbre

La primera noche fuera de casa es una experiencia inolvidable para los niños, especialmente si se trata de un plan que ellos mismos han decidido. Pero además de lo emocionante que resulta enfrentarse por primera vez a esta situación, dormir fuera de casa también les ayuda a entrenar ciertas habilidades como la autonomía, la resolución de conflictos y las habilidades sociales.

Por lo general, los niños que duerme por primera vez fuera de su casa sin sus padres suelen hacerlo en alguno de estos tres escenarios:

  • En casa de familiares
  • En casa de algún amiguito
  • En un campamento o excursión con pernocta

Quedarse en casa de familiares es una experiencia que muchos niños viven desde temprana edad y de forma frecuente -si tienen la suerte de tenerlos cerca-. Así, pasar un fin de semana o días de vacaciones en casa de los abuelos o los tíos por puro placer, o quedarse a su cargo si los padres tienen que hacer algún recado, suele ser un plan que los peques disfrutan enormemente y que los padres vivimos con naturalidad y confianza.

A partir de los cinco o seis años (¡o puede que incluso antes!) muchos niños comienzan también a mostrar interés por dormir en casa de algún amiguito. Y es que ser invitado a una fiesta de pijamas es un plan muy emocionante, y probablemente se convierta en un recuerdo inolvidable de su infancia.

Por último, si hablamos campamentos con pernocta o excursiones de un par de días con el colegio, la experiencia suele ser similar a la anterior, pues los niños están acompañados de sus amigos y lo pasan muy bien.

Sea como sea, dormir fuera de casa por primera vez puede suponer un coctel de emociones para el niño que vayan desde la alegría y la euforia inicial, hasta los nervios, la incertidumbre e incluso el miedo cuando estén separados de sus padres y su entorno.

¿Qué debes tener en cuenta si tu hijo va a dormir fuera de casa por primera vez?

Si por el motivo que sea nuestro hijo va a dormir fuera de casa por primera vez, es normal que nos preguntemos: ¿Cómo saber que está preparado? ¿Qué debo tener en cuenta para que la experiencia sea positiva?

Ahí van algunos consejos que pueden ayudarte:

Confía en tu hijo

En primer lugar, confía en tu hijo. Quizá te parezca demasiado pequeño para enfrentarse a esta experiencia, pero si ha sido él/ella quien te ha pedido voluntariamente dormir fuera de casa, confía en su decisión. No obstante, y a pesar de que es un gran paso que tu peque manifieste ganas e interés, también es recomendable prestar atención a otros factores (los detallamos a continuación).

¿Cuál es la edad adecuada para dormir fuera de casa por primera vez?

Por lo general, los niños pequeños necesitan estar al lado de sus padres o figuras de referencia a la hora de dormir, y salvo que estén acostumbrados a dormir fuera de su entorno y al cuidado de otras personas, es muy probable que les reclamen y busquen su compañía en algún momento de la noche.

Pero como cada niño es un mundo y tiene sus propias circunstancias, no podemos decir que exista una edad concreta dormir fuera de casa por primera vez. En este sentido, nadie mejor que los padres para determinar si su hijo está preparado para ello.

Pero además de la edad, antes de que el niño pase una noche fuera de casa es recomendable asegurarnos de que que confía plenamente en las personas con las que se va a quedar y es capaz de dirigirse a ellos para pedirles lo que necesite. También es aconsejable que el niño no esté atravesando una etapa vulnerable, como por ejemplo pesadillas o miedo a la oscuridad.

Involucra al niño

Como decíamos más arriba, dormir fuera de casa es una maravillosa oportunidad de entrenar la autonomía fuera del entorno familiar y de la supervisión de los padres. Por eso, es recomendable que el peque se involucre desde el principio preparando una pequeña maleta con la ropa y objetos que vaya a necesitar.

De esta forma sabrá donde buscar su pijama, cepillo de dientes o cualquier otro artículo, lo que a su vez le dará mayor seguridad y confianza a la hora de vivir esta experiencia.

¿Dónde y con quién se va a quedar mi hijo?

Ni qué decir tiene que es fundamental que los padres conozcan bien a las personas que van a quedarse al cargo de su hijo, así como el entorno en el que el niño va a convivir.

Si se trata de un albergue o campamento, las empresas suelen facilitar todo tipo de información al respecto sobre el entorno y los monitores al cargo de los niños, pero si tienes cualquier duda no dejes de consultar.

Si tu hijo se va a quedar en casa de algún amigo, es recomendable que conozcas bien a sus padres y te asegures de que el ambiente familiar y su forma de criar y educar vayan acorde a tus ideas.

Particularidades y condiciones

Informa si tu hijo tiene alguna particularidad o condición específica que consideres que deban conocer las personas que se quedarán a su cargo, para así saber cómo actuar (por ejemplo, alergias alimentarias, trastornos del sueño como sonambulismo, terrores nocturnos o enuresis, miedo a los animales -en el caso de que la familia tenga alguna mascota-...).

Empezar poco a poco

Si tu peque no se ha quedado nunca a dormir fuera de casa, no es recomendable que la primera experiencia abarque varias noches o que el sitio al que vaya esté muy lejos de casa.

Del mismo modo, si el niño tiene muchas ganas de pasar una noche fuera pero al mismo tiempo manifiesta dudas e incertidumbre al respecto, es recomendable que hables con él/ella para que te cuente cuáles son sus principales miedos. En muchas ocasiones, al peque le bastará con saber que mamá o papá irán a recogerle a cualquier hora si por algún motivo siente miedo o tiene ganas de volver a casa.

Con estos consejos, seguro que la primera experiencia durmiendo fuera de casa resulta perfecta, divertida y inolvidable para los peques.

Foto de portada | Freepik

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