Crear un ambiente organizado, educar en el uso del tiempo libre, generar hábitos saludables, y establecer normas son cosas que todos los padres podemos hacer en casa, y que tienen una incidencia importante en el proceso de aprendizaje de nuestros hijos. Pero, recordad que debemos predicar con el ejemplo, pues no hay nada que desoriente más a los más pequeños de la casa que decir una cosa de palabra, y actuar de forma contraria con los hechos.
Tratar de conectar con los hijos, escucharles, saber cómo se sienten, interesarse por sus cosas y jugar con ellos resulta muy sano emocionalmente. Los buenos hábitos, incluidos los alimenticios, se aprenden. Y resultará mucho más fácil aprenderlos si lo hacemos de forma divertida y especial para ellos.