Como sabemos, los niños son exploradores por naturaleza. Desde que son bebés, comienzan a absorber poco a poco el mundo que les rodea, conociendo cada elemento que les rodea a través de la exploración.
En ocasiones, se piensa que esa exploración, que muchas veces no tiene sentido para nosotros, es hecha de forma aleatoria. Sin embargo, un nuevo estudio ha encontrado que no es exactamente así y que a la hora de jugar, los niños prefieren continuar explorando que obtener una recompensa que saben que pueden ganar.
A través de un estudio publicado en la revista Developmental Science, un grupo de profesores de la Universidad de Ohio realizó dos experimentos para tratar de entender cómo funciona la exploración del mundo en niños de cuatro y cinco años.
En ambos experimentos, se crearon dos juegos en los que al seleccionar un objeto u opción, se les daba un valor, con la finalidad de ganas la mayor cantidad de puntos o valores durante las pruebas.
Tanto niños como adultos fueron capaces de identificar y aprender rápidamente qué opciones les daban mayores beneficios, pero curiosamente mientras los adultos usaban ese conocimiento para obtener siempre un mayor puntaje, los niños elegían explorar otras opciones, incluso sabiendo que dejaban pasar las que les daban mayor recompensa.
Inicialmente, podría pensarse que los niños hacían esto de forma aleatoria o quizás no recordaban cuáles opciones tenían más valor, pero al momento de realizar una prueba de memoria posterior al estudio, casi todos los niños identificaron correctamente a los de mayor valor.
Los investigadores comentan que los niños, a diferencia de los adultos, no estaban enfocados en lograr la máxima recompensa, sino que su motivación era la información que obtenían a través de la exploración.
En este caso, se pudo comprobar que la exploración no era aleatoria, sino más bien sistemática, pues incluso se aseguraban de revisar y probar todas las opciones cada cierto tiempo.
Desde luego, hubo algunos pocos niños que se inclinaban más al comportamiento de los adultos y elegían principalmente las opciones de mayor valor, pero los profesores explican que esto posiblemente se deba a una diferencia en el nivel de maduración cognitiva de los niños.
En resumen, la exploración que realizan los niños para entender cómo funciona el mundo no es aleatoria, sino que sigue una forma regular, y este tipo de exploración sistemática, en la que analizan todas las opciones disponibles es una fase importante de su desarrollo y aprendizaje.
Foto | iStock
Vía | EurekAlert
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