Hace cosa de un año la Academia Americana de Pediatría (AAP) publicó las últimas recomendaciones relativas al uso de pantallas y dispositivos electrónicos por parte de los niños pequeños y a mucha gente le pareció una exageración, o bien no acababan de entender cuál era el riesgo.
"¿Acaso se quedan ciegos? ¿Pierden visión si pasan muchas horas delante de la tele? ¿No se supone que aprenden más con dichos estímulos? ¡Con los vídeos tan bonitos que hay en YouTube!"
Pues bien, de eso precisamente hablamos hoy, de cómo las pantallas están robando a los niños las ganas de aprender cosas en el cole. O donde sea.
Qué dicen las recomendaciones de la AAP
Solo para que tengáis las bases de lo que explicaremos a continuación, os resumo aquí las recomendaciones de la AAP al respecto:
- Nada de pantallas antes de los 18 meses: a menos que sea algún videochat con familiares o amigos.
- Contenido de alta calidad entre los 18 y 24 meses: con supervisión de la madre o el padre y siempre ratitos limitados.
- Contenidos de alta calidad no más de una hora entre los 2 y 5 años: también con la supervisión de los padres, ayudando al pequeño a entender lo que está viendo, y generando un aprendizaje que pueda ser positivo.
- A partir de los 6 años equilibrio y sentido común: un equilibrio entre el juego de pantallas y el juego libre, entre el tiempo a jugar sentado y la comunicación con otros niños y adultos, con ratos lejos de los aparatos electrónicos. Si están comiendo, evitar la TV; si están jugando, no dejar la TV de fondo, etc.
El juego sedentario está afectando al desarrollo general
Los expertos llevan tiempo avisándolo: el juego con pantallas, que es sedentario por definición, está afectando al sueño de los pequeños, y eso se traduce en peores condiciones durante la vigilia.
Además, repercute en el desarrollo psicomotor, porque pasan menos tiempo jugando al aire libre (los niños de ahora son más lentos corriendo de lo que lo éramos nosotros, por poner un ejemplo), y repercute en sus habilidades sociales y emocionales (esas que solo se consiguen mediante la relación con otros niños y adultos).
YouTube está acabando con la curiosidad de los niños
Bueno, más que YouTube, el mal uso de esta y otras herramientas, por abuso. El buen desarrollo de un niño se consigue ofreciéndole estímulos adecuados a su edad, tiempo de juego libre, tiempo de aburrimiento para que desarrolle su creatividad, tiempo de comunicación con otros niños, y tiempo de aprender de los mayores todo lo interesante que podemos explicarles y enseñarles.
Ahora bien, si pasan poco tiempo jugando al aire libre, si no se aburren, si se comunican poco con otros niños y gran parte de su tiempo libre se resume en encender la tablet y empezar a ver vídeo tras vídeo, que además son escogidos por los niños (antiguamente podías ponerte delante de la TV, pero la variedad dependía de lo que se emitía en cada canal), llega un momento en el que los estímulos que ellos no escogen, los que podemos ofrecer los demás, empiezan a perder encanto.
Es la inmediatez del ocio en forma de tablet. Lo quiero, lo tengo. Tengo ganas de ver esto, lo veo. ¿Qué interés va a tener, si tiene tan al alcance de su mano eso, por aquello que un docente le pueda explicar en el colegio?
Ya puede ser muy interesante la materia, o ser una profesora (o profesor) muy capaz de captar su atención, porque si no, serán pocos los niños que la sigan por el interés de aprender.
Sobreestimulados y grandes consumidores de contenidos con bastante ritmo narrativo y llenos de estrategias para captar su atención, cuando tenga ante sí la perspectiva de una hora de clase sobre un tema que quizás no sea de su interés ni agrado, lo más fácil será empezar a "desconectar" y a pensar en sus cosas, o a buscar la manera de divertirse, molestando quizás al resto del grupo.
¡Pero... si en el cole también les ponen vídeos!
Emm, sí. Ahora en muchos colegios tienen medios audiovisuales en cada aula y a veces hasta les ponen vídeos de YouTube con dibujos. No sé si se hace mucho, poco, mejor o peor, pero claro... su uso debería ser muy limitado, por aquello de "no cavar tu propia tumba".
Teniendo en cuenta que el mejor aprendizaje, el que mejor se consolida y el que da pie a que los niños quieran saber más y más, es aquel que llega desde la curiosidad y la motivación, los adultos se lo estamos poniendo cada vez más difícil (a los niños) al permitirles que gran parte de su tiempo libre sea delante de las pantallas, con un ocio muy llamativo, de poco contenido, que requiere de poca interacción y poco movimiento.
Luego no nos extrañemos si empiezan a detectarse problemas de comportamiento, aprendizaje, sobrepeso, relacionales, etc. Serán, solo, la consecuencia de sus infancias.
Fotos | iStock
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