La educación e inteligencia materna son factores claves para el desarrollo cognitivo de los hijos. Es la principal conclusión a la que ha llegado un estudio realizado por la Universitat de València, junto a otras entidades de investigación y médicas.
El fin de la investigación, en la que también ha participado el Centro de Investigación Biomédica en Red de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP), era comprobar hasta qué punto algunas características individuales de la madre y del padre (como su clase social, educación u ocupación tienen en el desarrollo cognitivo infantil) influían en el desarrollo neuronal de sus hijos.
También influye la clase social del padre
El estudio 'El rol de la clase social, la educación y el desempleo parentales en el desarrollo cognitivo infantil' publicado en Gaceta Sanitaria, confirma que estas singularidades explican cerca del 10% de la variación del desarrollo cognitivo de los niños y niñas durante sus primeros años, siendo el nivel formativo de la madre y la clase social del padre, los factores más influyentes en ese desarrollo.
Llúcia González Safont, primera autora del artículo e investigadora de CIBERESP en FISABIO y en, sostiene que, según los resultados, “la madre posee un peso ligeramente mayor, en su aportación individual, en comparación con el padre, aunque ambos se solapan ampliamente".
"En el caso de la madre, la educación adquiere una mayor relevancia, mientras que en el padre es la clase social. Sin embargo, en ambos casos, se observa un gran solapamiento entre los elementos del gradiente socioeconómico”.
Adoptar medidas para terminar con las desigualdades sociales
Las mujeres son las que mayoritariamente salen del mercado laboral durante los primeros años de crianza, con lo que la educación cuenta con una mayor estimulación cognitiva materna y pesa más que la del hombre en el desarrollo neuronal en esta etapa. Así lo explica González Safont, quien añade:
“El desarrollo cognitivo está muy relacionado con la estimulación que se proporciona al niño. En nuestro caso, las madres pasan más tiempo con sus hijos, participando más de esa estimulación, que los padres”.
La autora principal señala cuál es el valor fundamental del estudio: el efecto de variables sociales es suficientemente fuerte para jugar un papel fundamental. Entre ellos: el desarrollo cognitivo de los progenitores (edad, país de origen, salud mental, inteligencia y consumo de tóxicos), del entorno familiar (tipo de estructura familiar, número de hermanos, asistencia a guardería y reparto del trabajo doméstico) y propias de los niños y las niñas como el sexo, la edad, haber sido pequeño para la edad gestacional o ser prematuro o prematura.
Y esto ha sido posible gracias a que este trabajo, en el que también ha participado la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunitat Valenciana (FISABIO), la Universitat Jaume I y la Red de Investigación en Servicios de Salud en Enfermedades Crónicas (REDISEC). Se enmarca en el estudio de cohortes del Proyecto INMA (Infancia y Medio Ambiente), de seguimiento materno-infantil, que comenzó en España en el año 2003 y que realiza el seguimiento prospectivo de cerca de 4.000 mujeres embarazadas y sus hijos e hijas en siete áreas de España.
Durante el embarazo y la infancia, se ha recogido información detallada sobre las características sociodemográficas, dieta, estilos de vida y exposición a contaminantes ambientales. La combinación de dicha información permite llevar a cabo una precisa evaluación de la relación de dichos factores y el desarrollo infantil.
Para esta investigación en concreto se ha analizado el desarrollo cognitivo de 525 niños, de entre 5 y 6 años, del proyecto INMA (Infancia y Medio Ambiente) de Valencia: un 51,4% eran niños y un 48,6% niñas.
Su objetivo principal era evaluar el efecto de los contaminantes ambientales en el desarrollo infantil, porque como apunta González Safont “estas exposiciones pueden estar relacionadas con las desigualdades sociales y, por ello, debemos conocer cómo afectan a los participantes”.
Vía | Fisabio
Fotos | iStock
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