A menudo, los niños con altas capacidades intelectuales muestran también una intensidad emocional mayor que la mayoría de niños de su edad. Esta intensidad emocional se manifiesta tanto en la forma de sentir y expresar sus emociones, como en la manera que tienen de procesar la información e interactuar con los demás.
Pero, ¿altas capacidades y alta intensidad emocional van siempre de la mano? ¿Cómo diferenciar ambos rasgos y qué tener en cuenta a la hora tratar a los niños altamente dotados y con alta sensibilidad?
Alta intensidad emocional en niños con altas capacidades: ¿por qué suele darse esta correlación?
Para empezar es importante señalar que cada niño es único, y evidentemente, los niños con altas capacidades también lo son. Esto significa que aunque pueden darse una serie de características comunes, es un error pensar que todos los niños con altas capacidades son iguales.
Según la Asociación Altas Capacidades y Talentos, el 90% de los niños con altas capacidades tiene también alta sensibilidad emocional. No obstante, y tal y como nos explica en este vídeo la experta en altas capacidades y consultora de crianzas intensas, Bea Sánchez, pese a que cada vez más profesionales coinciden en decir que las personas dotadas muestran un perfil de alta sensibilidad, no existen estudios de grandes grupos que establezcan una relación directa y taxativa.
La superdotación se refiere a una capacidad cognitiva excepcional en áreas como el razonamiento, la memoria, el pensamiento crítico y la creatividad. Por su parte, la alta sensibilidad emocional se refiere a un rasgo de la personalidad que denota una mayor capacidad para sentir y percibir emociones. Es decir, los niños altamente sensibles son más propensos a notar y sentir estímulos emocionales, sensoriales y ambientales que otras personas pueden pasar por alto o ignorar.
Existen varias teorías que explicarían por qué muchos niños con altas capacidades intelectuales experimentan también una intensidad emocional más alta:
Procesamiento más profundo de la información. Los niños con altas capacidades procesan la información a un nivel más profundo y complejo. Esto puede llevarles a una mayor reflexión y preocupación por determinados temas que acabe afectándoles emocionalmente.
Mayor nivel de empatía. La profunda conexión que tienen con el mundo y las personas que les rodean hace que sean más conscientes de las emociones de los demás y repercuta en las suyas propias.
Pasión por lo que les interesa. Los niños con altas capacidades suelen mostrar una gran pasión por las cosas que les interesan, lo que puede llevarles a la sobreexicatación en determinados momentos.
Mayor ansiedad y estrés. Los niños con altas capacidades también pueden experimentar una mayor ansiedad y estrés debido a su capacidad para anticipar los resultados y consecuencias de sus acciones. Esto puede hacer que se preocupen más y experimenten un mayor estrés emocional en situaciones de incertidumbre o cambio.
Incomprensión. En ocasiones, los niños con altas capacidades pueden llegar a sentirse aislados o incomprendidos por sus iguales. Esta sensación de soledad y desconexión puede aumentar la intensidad emocional.
Aunque, como decimos, muchos niños con altas capacidades son altamente sensibles, la sensibilidad emocional también puede ser una característica de niños sin altas capacidades, y que puede estar relacionada con otros factores como la personalidad, la educación y las experiencias de vida.
Cómo ayudar a los niños con altas capacidades y alta sensibilidad emocional
La alta intensidad emocional puede suponer un reto para los niños con altas capacidades, pues las experiencias emocionales más profundas y significativas tienden a ser más difíciles de manejar, lo que podría acarrearles problemas de ansiedad, depresión y estrés emocional.
Por eso es importante que los niños con altas capacidades reciban apoyo emocional y psicológico adecuado para ayudarles a manejar sus emociones intensas, controlar de manera efectiva el estrés y aprovechar su potencial único.
Aunque es necesario evaluar a cada niño de manera individual para comprender sus fortalezas y necesidades y así brindarles el apoyo que necesitan, existen algunos consejos generales que padres y educadores podemos poner en práctica con niños con altas capacidades y alta intensidad emocional:
Empatía y comprensión. Es importante que los niños con alta sensibilidad emocional reciban apoyo y comprensión por parte de sus familias y maestros. Empatizar con lo que sienten y cómo sienten les ayudará a comprender y manejar sus emociones intensas y aprovechar sus fortalezas únicas.
Herramientas de regulación emocional. Los niños con alta sensibilidad emocional necesitan apoyo para identificar y comprender sus emociones, así como desarrollar estrategias para regularlas. Esto puede incluir técnicas de respiración profunda, ejercicios de relajación, meditación y mindfulness.
Fomenta un entorno de confianza. Los niños con altas capacidades intelectuales y alta intensidad emocional pueden sentirse abrumados en ambientes que no les permiten explorar sus intereses o expresarse como necesitan. Por eso es importante que tanto en casa como en las escuelas se propicie un ambiente de confianza, seguridad y apoyo, en el que los niños no se sientan juzgados.
Respeta su intimidad. A menudo, los niños con altas capacidades y alta sensibilidad emocional buscan momentos de soledad para conectar consigo mismos y huir de las experiencias emocionales negativas, ruidos fuertes o cambios abruptos en su ambiente, entre otras cosas. Respetemos sus momentos de intimidad y entendamos lo importante que son para ellos.
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