En los Informes de PISA, que analizan el éxito de los programas y sistemas educativos, publicados en 2000 y 2003, Finlandia logró resultados excepcionales. Mientras tanto los alumnos españoles quedaron en un puesto muy por debajo del nivel económico y de desarrollo de nuestro país. Este dato, que debería hacernos reflexionar sobre los motivos de este fracaso, ha tenido una escasa incidencia en la metodología y programación de la Educación en España.
La Asociación "Otra Escuela es Posible" ha analizado con profundidad, a partir de un artículo de Paul Robert, director de un Liceo en Francia, los motivos de los resultados de Finlandia. En este estudio los da a conocer. Son enormemente reveladores.
La educación no es obligatoria hasta los 7 años. Los espacios son lo más familiares posibles, evitando que la escuela sea un lugar opresivo o impositivo. Incluso la ropa favorece la comodidad. Las ratios son especialmente bajas en todos los ciclos. Los profesores son cercanos y cálidos, sin que la confianza excluya el respeto, que debe ser mutuo siempre.
El aprendizaje es lo menos directivo posible, siendo los profesores más guias y acompañantes que maestros que imparten una materia fija. Se potencian las cualidades e intereses particulares de cada niño. Las horas lectivas son únicamente por la mañana. Hasta bastante mayores las tardes se dedican al juego libre.
La hora de clase no supera los 45 minutos y entre una y otra hay siempre 15 minutos libres en los que los niños pueden hablar, moverse y utilizar los ordenadores según sus preferencias. Incluso el concepto de evaluación es muy diferente al que aqui se estila.
La forma de dar clase no es la lección magistral, sino un proceso abierto con actividades y talleres, con propuestas de los alumnos y sumamente prácticas. Fundamentalmente son participativas. Tenemos mucho que aprender de ellos.
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