Cuando de aprendizaje se trata, hay diversos métodos que podemos probar para hacerlo de manera más efectiva, rápida y eficiente. Desde las famosas reglas mnemotécnicas hasta el uso de herramientas de apoyo y técnicas de estudio, son varias las opciones que tenemos a la hora de aprender algo nuevo.
Pero a veces, más que utilizar un método, podemos seguir el sabio consejo de alguien con mucha experiencia en eso de estudiar, como el que dio el físico Albert Einstein a uno de sus hijos.
Este consejo tiene más de 100 años, pero una vez que lo leas te darás cuenta que es un buen truco para aprender y que a día de hoy sigue vigente.
Cuando su hijo Hans Albert tenía 11 años, éste se encontraba lejos de su padre, por lo que el famoso físico le escribía con frecuencia. Y es precisamente en una de esas cartas, que forma parte del libro 'Posterity: Letters of Great Americans to Their Children', donde Einstein comparte con su hijo el consejo que le ayudaría en sus aprendizajes.
"Me complace mucho saber que encuentras alegría en el piano", escribe el físico a su hijo, después de haberle contado que justamente había terminado uno de los trabajos que más le había gustado. "Esta actividad y la carpintería, en mi opinión, son las mejores ocupaciones para tu edad, incluso mejores que la escuela. Porque son cosas que encajan muy bien con una persona joven como tú."
Pero además de felicitarle, Einstein incluyó un consejo para motivar a su hijo y que podría ayudarle a aprender con mayor facilidad:
"Toca principalmente en el piano las piezas que te gustan, aunque el maestro no te las haya asignado. Esa es la mejor manera de aprender, haciendo algo con tanto disfrute que ni te das cuenta de cómo pasa el tiempo. A veces estoy tan concentrado en mi trabajo que olvido la comida del mediodía...", concluía el físico.
Dicho de otro modo, para aprender más y mejor hay que intentar hacerlo con cosas que nos den placer o que nos resulten interesantes y agradables. Y si bien Einstein se lo dio a su hijo para animarlo a disfrutar del piano, se puede aplicar a cualquier área de nuestra vida.
La clave está en disfrutar lo que haces
Pasa que, cuando realmente estamos disfrutando algo, sentimos que el tiempo pasa volando. Y para aplicarlo al aprendizaje, solo tenemos que buscar la manera de convertirlo en algo que disfrutemos o bien, conectarlo con algo que nos apasione.
Por ejemplo, si nos interesa aprender un idioma, podemos complementar los cursos tradicionales con películas, series o canciones en el idioma que nos interesa. Si tenemos que aprender sobre historia, ver documentales o películas ambientadas en la época que estamos estudiando son una buena opción.
Ahora, sabemos que quizás el consejo de Einstein no aplique de manera tan sencilla para todo. Habrá cosas que debamos aprender por obligación o porque son parte de nuestro trabajo aunque no nos resulten del todo interesantes, pero podemos adaptar este consejo, buscando la manera de que sea una experiencia agradable y motivadora.
Una manera de hacerlo, es convirtiéndolo en un desafío: establece pequeñas metas y recompénsate cada vez que alcances una de ellas, ¡o conviértelo en un juego! Cambiando nuestra actitud y enfoque de esta manera, podremos hacer el proceso de aprendizaje en algo más placentero y efectivo.