Hablamos mucho de innovar en metodologías en la educación, pero seguimos dando clase en aulas que tienen los mismos pupitres verdes de hace treinta años. Si queremos fomentar la creatividad y la interacción entre el alumnado, también tenemos que modificar la forma de distribuir espacios y de decorarlos en los centros educativos.
Me consta que buena parte de la comunidad educativa coincide conmigo en la opinión de que sus espacios de estudio y trabajo se han quedado anticuados. Metodología SEM, trabajo por proyectos o aprendizaje cooperativo, están un tanto reñidos con la rigidez de las aulas y lo aburrido de sus decoraciones. Necesitamos nuevas distribuciones y nuevos muebles que faciliten la colaboración y despierten la imaginación del alumnado.
Los espacios
Necesitamos espacios más abiertos y conectados. Al igual que ha sucedido con las viviendas, en las que hemos pasado de una división excesiva a la conexión entre las diferentes estancias, en los centros educativos tenemos que cambiar también el chip. El trabajo por proyectos interdisciplinares y colaborativos necesita una distribución que facilite su realización y eso va más allá de las aulas por curso, grupo y materia.
Hacen falta espacios más versátiles y flexibles que faciliten el trabajo en equipo en todo momento y que se adapten a los cambios. A lo largo de una mañana podemos tener actividades que se realizan en grupo grande, otras en equipos pequeños y otras que cada alumno o alumna tiene que hacer de manera individual y el espacio tiene que adaptarse a todo de forma sencilla.
Los colores
Hoy en día sabemos la importancia que tiene la elección de los colores acertados a la hora de crear ambientes. Si bien los colores fríos nos ayudan a relajarnos, los cálidos nos aportan fuerza y energía, es importante tener eso en cuenta a la hora de decorar los diferentes espacios de colegios e institutos.
En los colegios de infantil y primaria es habitual el uso colores alegres pero, muchas veces, sin control sobre en qué estancias son adecuados y en cuales no. Al pasar a centros de secundaria y bachillerato, en la mayor parte de los casos, los colores se vuelven sobrios y aburridos, con una cierta inspiración natural por el uso del verde el marrón, pero en materiales en los que no encajan y de forma monótona y poco motivadora.
La señalización
Algo muy simple para dar un toque más alegre y divertido a un centro educativo es mejorar y modernizar la señalización. En muchos centros es inexistente y en otros está creada por y para adultos pero resulta cero motivadora para niños y niñas. Elegir una temática para diseñar los carteles y colocar señales en varios puntos el centro educativo indicando dónde se encuentra cada espacio es fundamental.
Quién dice señalización dice también otros pequeños detalles como las papeleras, los corchos o los muebles para exposiciones temporales. No es complicado dar un giro a esos complementos con un poco de pintura, algunos materiales reciclados y un poco de maña con el DIY. Esto puede ayudar a captar la atención del alumnado sobre algo que queramos mostrar o despertar, por ejemplo, su interés por el reciclaje.
El mobiliario
Otro aspecto clave es sin duda el del mobiliario. Cuando veo que mis alumnos y alumnas se sientan en los mismos pupitres en los que yo me sentaba hace más de 20 años y que en aquella época ya no eran innovadores entiendo que aquí hay algo que falla porque, sin embargo, mi casa no se parece en nada a la de mis padres. Los tiempos han cambiado también en interiorismo y muchos centros educativos se han quedado anclados en el pasado.
El mobiliario plegable, compartimentado y multifuncional existe, solo falta que lo adaptemos bien a los gustos del alumnado y a las necesidades de la comunidad educativa. Como con el pacto de los políticos, sucede con el tema del diseño, todos tenemos que ponernos de acuerdo para que el producto final sea el que más nos beneficie a todos.
¿Y qué podemos hacer nosotros?
La realidad es que ideas sobran pero los principales problemas con los que nos encontramos suelen ser la falta de tiempo y de presupuesto. En el centro de secundaria en el que yo trabajo, el IES Arcebispo Xelmírez II de Santiago de Compostela, hemos tenido una idea: hacer al alumnado partícipe del proceso de cambio del centro y para poner en práctica el proyecto hemos llamado a alguien que sabe mucho de proyectos de interiorismo, a IKEA.
Hemos tenido la suerte de que un equipo de IKEA haya aceptado venir al centro a impartir al alumnado de 1º ESO una charla-taller sobre la elaboración de proyectos de interiorismo. Carlos, Fidel, Paula y Andrea de IKEA A Coruña, en la imagen sobre estas líneas, nos han explicado como trabajan ellos en sus proyectos a través de la metodología Design Thinking y después, de forma práctica, el alumnado distribuido por equipos ha utilizado el mismo método para la realización de su propio proyecto pensando en sus gustos y en las necesidades del espacio. Han surgido muchas ideas y muy buenas propuestas, la experiencia fue divertida y enriquecedora para todos.
Con la participación directa del alumnado en el proyecto de cambio relacionándolo con los estándares del curriculum resolvemos, al menos en parte, el problema del tiempo. El tema del presupuesto surgió en el turno de preguntas, la solución que nos aportó IKEA, además de en el mobiliario low cost obviamente, está en relación con el uso de materiales reciclados y de técnicas sencillas de DIY.
Si bien lo ideal sería contar con el presupuesto que cada centro educativo quisiese y poder hacer la reforma perfecta, eso es imposible al menos a corto medio plazo. Así que esta puede ser una solución alternativa interesante, IKEA se ha mostrado abierta a colaborar compartiendo su saber hacer con otros colegios e institutos y estoy segura de que habrá muchos que estarían interesados en una actividad como esta.
Fotos | Dezeen, Aruliden, Decoesfera, 2DayLanguages y Business Insider
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