¿Quieres que tu hijo sea una persona creativa? Da un paso atrás

¿Quieres que tu hijo sea una persona creativa? Da un paso atrás
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No, no queremos que des un paso atrás para que le veas mejor, sino para que le dejes a su ritmo. Ese es el secreto para educar a niños creativos.

Algunas veces nos llegan casos de niños superdotados, niños que con dos o con cuatro años son capaces de realizar proezas que la mayoría de nosotros le resultarían de lo más complicado. Sin embargo, para estos pequeños genios les viene de forma innata. El problema es que la sociedad no sabe tratar y desarrollar plenamente estas capacidades. Nos limitamos a perfeccionar lo que ya existe, pero no nos molestamos en aprovechar esos talentos para descubrir algo nuevo, porque para crear algo así necesitamos algo que no es inteligencia o destreza, necesitamos imaginación, necesitamos a un genio. Por eso, si queremos educar a nuestros hijos para que sean personas creativas, lo mejor es dar un paso atrás.

Niños que aprenden a leer con dos años, tocan a Bach con cuatro, solucionan complejos cálculos a los seis y hablan varios lenguajes a los ocho, envidiados por sus compañeros, sus padres creen que han sido bendecidos pero en palabras del T.S. Eliot, sus carreras tienden a terminar con un gemido en vez de con un bang. ¿Cómo es eso posible?

Según los prestigiosos premios al talento de Estados Unidos, los Westinghouse Science Talent que desde su inicio han premiado a los mayores talentos del país, han seleccionado a más de 2000 aspirantes de los cuales sólo el 1% han conseguido el apreciado galardón y de ellos, solo ocho han sido premios Nobel. Así, por cada genio que haya revolucionado su campo ha habido docenas que se han quedado por el camino.

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Los niños prodigio rara vez se convierten en genios, la creencia popular nos dice que es debido a que carecen de las habilidades sociales suficientes para la sociedad, pero la evidencia nos dice que solo una pequeña parte de estos superdotados carecen de dichas habilidades, la gran mayoría son como ustedes o yo (en lo que se refiere a las habilidades sociales) pero el cine y la televisión siempre nos muestra al típico sabio loco.

Lo que realmente les corta su potencial es que no han aprendido a ser originales. Y eso no es culpa de ellos, sino de nosotros, de la sociedad en la que viven. Los niños se esfuerzan por agradarnos a nosotros sus padres, a sus profesores y a la sociedad y a medida que van avanzando en sus habilidades nos damos cuenta que la práctica hace la perfección, pero no crea nada nuevo.

Un niño superdotado puede practicar hasta reproducir a la perfección la música de Mozart o Bach, pero está centrando toda su energía en el consumo de los conocimientos actuales y no en la creación de otros nuevos, que es justo lo que hace un genio, inventar, desarrollar nuevos conocimientos.

Según los investigadores, un niño creativo es el menos propenso a convertirse en el empollón perfecto, en el elegido del profesorado y por eso mismo suelen guardar sus ideas para si mismos.

Muchos de estos niños superdotados crecerán y se convertirán en verdaderos expertos en la materia que hayan elegido y realmente lo harán muy bien y seguro tendrán éxito, pero solo una gran minoría se convertirán en verdaderos revolucionarios en su campo. La mayoría serán médicos que curarán a sus pacientes sin preocuparse por arreglar el sistema médico, en grandes abogados que defenderán a sus clientes pero que no mejorarán el sistema judicial.

Entonces, ¿qué podemos hacer para que nuestro hijo crezca como un niño creativo?

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Según un estudio realizado a las familias de alumnos que nunca fueron especialmente creativos frente a otras cuyos hijos si lo fueron se descubrió que en la primeras, la media de normas existentes era de seis, frente a una única norma que era lo normal en las familias con hijos creativos.

Esto indica que es más importante educar en valores que las normas en sí, afirma la psicólogo en Harvard Teresa Amabile. La creatividad es difícil de cultivar y muy fácil de destruir.

Lo padres de niños creativos también les animan a conseguir el éxito y sus sueños pero siempre buscando esa "diversión" en lo que hacen. Sus hijos tienen libertad para resolver sus propios valores y descubrir sus propios intereses.

Cuando el psicólogo Benjamín Bloom dirigió un estudio sobre las raíces de los deportistas, músicos y artistas de élite descubrió que sus padres nunca soñaron con tener un hijo que fuera una superestrella, no le llevaron a clases de lo que fuera para ver si este era bueno o no. Cuando su hijo mostró su talento natural y su entusiasmo por algo, ellos simplemente le apoyaron.

La importancia de divertirse haciendo lo que quieras hacer

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Muchos de los grandes pianistas no tomaron lecciones antes de gustarles el piano, las tomaron después de mostrar interés y de maestros que hacían del aprendizaje una diversión.

Cuando Benjamín Bloom realizó el estudio y les preguntó al Top 10 de los tenistas mundiales por sus inicios, la mayoría contestó que tuvieron profesores que hicieron que aprender a jugar fuese divertido.

¿Pero que lleva a estos hombres y mujeres a ese nivel? Muchas veces se ha hablado sobre el número de horas que un individuo necesita para ser un experto, ¿cuántas veces hay que repetir algo para hacerlo perfecto? Pero desde el punto de vista de la creatividad surgen dos problemas:

El primero es que se ha demostrado que cuantas más veces se repite algo más se corre el riesgo de no saber mejorar nuestra propia técnica, de quedarnos anquilosados y no saber aprender de nuestros errores o buscar nuevas formas para perfeccionarnos.

Segundo:¿qué es lo que hace que una persona practique durante horas? Está claro que es la pasión que surge a través de la curiosidad natural alimentada por diferentes experiencias.

La evidencia muestra que las contribuciones creativas dependen de la amplitud y no sólo la profundidad de nuestro conocimiento y experiencia.

En el mundo de la moda, las colecciones más originales son las de aquellos diseñadores que pasan más tiempo fuera de su país. La mente de un Premio Nobel está más lejos de un único campo de conocimiento que de una variedad de intereses por diferentes cosas. Estos a su vez son 22 veces más dados a trabajar de actores, o poetas o músicos que los científicos de mentes brillantes pero menos creativas.

La teoría de la relatividad se me ocurrió por intuición y la música fue el conductor de dicha intuición, Albert Einstein

Así que la próxima vez que vean a su hijo jugar, déjenle en paz o únanse al juego, porque está aprendiendo.

Vía | NY Times Foto | iStock

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