Tiempo fuera positivo: en qué consiste y cómo ponerlo en práctica con nuestros hijos
Todos hemos oído hablar alguna vez del "tiempo fuera" o la "silla de pensar", dos estrategias de modificación conductual para corregir determinados comportamientos infantiles. Básicamente, consisten en excluir al niño de la actividad que esté realizando y sentarlo en una silla o en un rincón, para que reflexione acerca de lo que ha hecho y cambie su forma de actuar. Pero este tipo de métodos, ampliamente utilizados tanto en familias como en colegios, se aleja de la crianza positiva y del respeto que debería primar a la hora de educar a los niños.
Por ello, si buscas una alternativa respetuosa para todos y que ayude a niños y adultos a relajarse para encontrar soluciones de manera eficaz, te contamos cómo aplicar "el tiempo fuera positivo"; una genial herramienta de la Disciplina Positiva que nada tiene que ver con los tradicionales métodos mencionados.
Tiempo fuera positivo: ¿en qué consiste?
De todos es sabido que los castigos físicos, los gritos y las amenazas no son métodos educativos respetuosos ni aceptables, y los estudios científicos realizados al respecto son contundentes. Sin embargo, y por desgracia, todavía continúa muy arraigada en la sociedad la creencia de que ante el mal comportamiento de un niño hemos de retirarle la atención y el amor, con el objetivo de que reflexione sobre lo que ha hecho y cambie su conducta.
Por impactante que pueda parecer, esto es realmente lo que persigue el llamado "tiempo fuera punitivo" o el "rincón o silla de pensar"; dos estrategias de modificación conductual que no solo resultan irrespetuosas con el niño y tienen desagradables consecuencias, sino que además no educan.
Se trata de una herramienta más de las muchas con las que cuenta la Disciplina Positiva, y aunque no tiene por qué funcionar siempre ni en todas las situaciones, nos ofrece una alternativa respetuosa, firme y gentil a la hora de educar a nuestros hijos.
¿Qué enseñamos al niño con el tiempo fuera positivo?
El mensaje más importantes que estaremos transmitiendo a los niños al aplicar el "tiempo fuera positivo" es que les amamos y acompañamos a pesar que no se hayan comportado adecuadamente (seguro que a todos se nos viene a la mente la famosa cita, "quiéreme cuando menos lo merezca porque es cuando más lo necesito").
Y es que si en el momento en que el niño más necesita de nuestro apoyo, nuestra guía y nuestro acompañamiento, le aislamos en una esquina o le sentamos en una silla a "pensar" en lo que ha hecho, no solo le estaremos avergonzando y humillando, sino ignorando en sus sentimientos ("no te acerques a mí mientras estés triste/enfadado/tenso/frustrado"...) y obligándole a cambiar su conducta si quiere volver a sentirse querido y aceptado como parte del grupo.
Pero el hecho de que el niño sea obligado a modificar la forma de expresar lo que siente no elimina el problema. Más bien sucede al contrario, llega a agravarlo con la aparición de otros sentimientos negativos como la revancha, el odio, la autoestima baja, la frustración, el retraímiento...
Con el "tiempo fuera positivo" acompañamos al niño cuando más lo necesita, validamos sus sentimientos (sentir tristeza, rabia, celos, frustración... es normal y nadie debe ser castigado o ignorado por ello), le escuchamos y le ayudamos a llegar a ese estado de calma y relajación que todos necesitamos para poder tomar decisiones y solucionar los problemas.
Pero si aplico el tiempo fuera positivo, ¿no parecerá que estoy premiando su conducta?
Hay quien considera que hacer sentir bien al niño cuando más lo necesita es algo así como un "premio a su conducta", pero nada más lejos de la realidad. Y es que el hecho de validar las emociones no significa que las estemos premiando, ni tampoco aprobando la conducta cuando con ella se ha herido a otra persona.
Y es que no debemos olvidar que cuando un niño se comporta mal busca llamar nuestra atención por algo que le sucede y no sabe cómo gestionar. Así que si en ese momento se siente arropado y amado, no solo es probable que cese su mal comportamiento, sino que aprenda aspectos tan importantes como la empatía, la comprensión de sus propias emociones y las consecuencias que tienen sus actos.
Cómo aplicar el tiempo fuera positivo
Rabietas, peleas entre hermanos, discusiones familiares, comportamientos no deseados... son muchas las situaciones en las que puede ser muy útil que tanto niños como adultos apliquemos el "tiempo fuera positivo", pues esta herramienta supone una gran ayuda a la hora de recuperar el control emocional y buscar soluciones respetuosas para todos.
Si quieres ponerlo en práctica, te recomendamos algunos pasos a seguir:
Antes de comenzar a aplicar el "tiempo fuera positivo" debemos informar a nuestros hijos de su propósito y de lo mucho que puede ayudarnos a la hora de relajarnos cuando más lo necesitemos. Además, estableceremos pautas para utilizarlo de manera adecuada.
Aunque podemos poner en práctica el "tiempo fuera positivo" en cualquier sitio, una buena idea es que toda la familia participe en la elección de un rincón acogedor en la casa para este fin. También podemos crearlo y decorarlo con elementos que nos aporten calma y felicidad (cuentos, música relajante, cojines o almohadas, pelota antiestrés, muñeco de apego...). Otra bonita idea es bautizar a nuestro rincón con un nombre positivo e inspirador que elegiremos entre todos (por ejemplo, "el país de la calma").
A este rincón nos retiraremos voluntariamente cuando necesitemos relajarnos y tomar distancia del problema para encontrar una solución. El matiz "voluntariamente" es muy importante, ya que jamás se debe obligar al niño a ello, aunque sí podemos sugerírselo con frases como por ejemplo, "¿crees que te sentirías mejor si te relajas un ratito en nuestro 'país de la calma'?".
Es importante que los niños pequeños siempre permanezcan acompañados de un adulto mientras están relajándose en este rincón, pues como hemos dicho anteriormente, el acompañamiento emocional en este tipo de situaciones es fundamental.
Una vez que el niño haya aprendido a utilizar este espacio respetuoso y sea consciente de los beneficios que le aporta, probablemente recurra a él de manera voluntaria cuando lo necesite, aunque debemos estar dispuestos a acompañarle si así lo demanda.
Tras la aplicación del "tiempo fuera positivo" nos sentiremos más relajados, y en este estado de calma es más fácil retomar el diálogo y buscar soluciones a los problemas.
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