Al adaptarse las mujeres hispanas a una nueva cultura con nuevas costumbres, nuevos códigos y un nuevo idioma (lo que se conoce como proceso de aculturación), sufren un estrés, llamado estrés de la aculturación que podría ser uno de los factores desencadenantes de un parto prematuro.
Dicho en otras palabras, el estilo de vida que llevan los estadounidenses es de alguna manera “contagiado" a las mujeres latinas aumentando el riesgo de que sufran un parto prematuro. Es sabido que malos hábitos es igual a mayor probabilidad de dar a luz a un bebé antes de término.
En el estudio, las mujeres que se adaptaron mejor a la cultura estadounidense, a sus creencias y que hablaban perfectamente el inglés mostraban niveles más bajos de la hormona progesterona y de estriol, un estrógeno producido por la placenta durante la gestación, lo cual las hace cuatro veces más proclives a dar a luz prematuramente.
En cambio, aquellas que nacieron fuera de los Estados Unidos, que no dominaban el idioma, no terminaron la secundaria y vivían en el país hace menos de 10 años mostraron niveles más altos de progesterona y más chances de llevar su embarazo a término.
Es curioso cómo el modelo de sociedad que para algunas cosas puede ser idílico, puede convertirse en un arma de doble filo en un momento crucial de la vida de una mujer como es el embarazo.
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