El otoño finalmente ha llegado y con él, una serie de cambios que son evidentes desde los primeros días: las mañanas y las tardes comienzan a volverse un poco más frescas con los cambios de temperatura y los días pronto se harán más cortos.
Pero como sabemos, tras el otoño viene el invierno y, aunque es una época que también se disfruta mucho y tiene sus encantos, a veces éste nos hace sentirnos un poco desganados. Por ello, el otoño es el momento perfecto para retomar o fortalecer hábitos que nos ayuden a recargar energía y a prepararnos para la transición a días más fríos y cortos.
Estos son tres de mis hábitos de autocuidado favoritos que realizo cada otoño, que me ayudan a mantenerme equilibrada y me llenan de energía.
1) Realizar caminatas al aire libre
Al menos en donde vivo, durante el verano no se apetece salir a caminar con frecuencia por las altas temperaturas. Así que una de las primeras cosas que hago cuando el clima se vuelve más fresco es aprovechar las tardes para salir a caminar.
Desde sentir el aire fresco y observar cómo poco a poco los árboles comienzan a teñirse de colores naranja, rojo y amarillo, realizar caminatas al aire libre en otoño hacen que se sienta como una experiencia que ayuda a despejar la mente.
Además, es una actividad fácil de integrar en mi día a día que no solo me mantiene activa, sino que me prepara para la quietud e instrospección del invierno (como lo mencionaré más adelante).
2) Infusiones y comida reconfortante
El cambio de estación también trae algunos cambios pequeños en mis hábitos alimenticios. Por ejemplo, empiezo a incorporar más infusiones de hierbas que me calman (como mi favorita de manzanilla con lavanda) así como platos reconfortantes como sopas y guisos.
A pesar de que ambos se pueden disfrutar todo el año, en otoño se vuelven prácticamente una parte esencial de mi día a día, pues ambos son perfectos para adaptarme mejor a los cambios de temperatura, a mantenerme hidratada y además reconfortan emocionalmente.
3) Leer y escribir
Finalmente, y aunque disfruto hacerlo todo el año, el otoño es la estación ideal para dedicarme a una de mis grandes pasiones: la lectura. Me encanta acurrucarme con un buen libro, una manta y una taza de té como las que comentaba. Leer es una forma sencilla de recargar energía mental y emocional ya que nos ayuda a desconectar de las preocupaciones diarias.
Además, aprovecho para escribir cosas más personales y no solo aquellas relacionadas con el trabajo. Los siguientes meses suelen ser unos que nos invitan a hacer instrospección, por lo que en otoño es el momento perfecto para llevar un diario o hacer pequeñas notas en las que reflexionemos y vaciemos nuestros pensamientos y sentimientos, ayudando a poner en orden nuestra mente.
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