Tras un par de décadas de uso, es evidente que la tecnología llegó para cambiar nuestras vidas: la mayoría de nosotros probablemente no imaginamos una vida en la que no usemos por lo menos alguno de nuestros dispositivos electrónicos. Pero como sucede con muchas otras cosas, aunque forme parte de nuestro día a día, la tecnología debe ser utilizada con medida.
Se ha hablado mucho en los últimos años del efecto que ésta puede tener en los niños pequeños, especialmente por el uso que se le puede dar durante los primeros años, tan importantes para su desarrollo. Sin embargo, los niños y los adolescentes no son el único sector de la población al que también debemos prestar atención.
Quienes tenemos padres mayores, hemos notado que algunos de ellos también han comenzado a pasarse horas enganchados a sus móviles, una situación que puede volverse preocupante pero que puede ser difícil de abordar al tratarse de los propios padres. Si este también es tu caso, hablamos sobre cómo gestionar el tema con respeto y empatía.
¿Cuándo deberíamos de preocuparnos?
Antes que nada, queremos aclarar que el uso del móvil en personas mayores no es del todo negativo: ofrece muchas ventajas para todos, especialmente para ellos. Entre las más importantes, encontramos que el móvil es un medio para mantenerse en contacto con amigos y familiares, y también puede ser una fuente de entretenimiento e información como lo es para nosotros.
El problema surge cuando el uso de éste dispositivo comienza a ser excesivo o interfiere con otras actividades. Si se he llegado a este punto, entonces habremos de evaluar si es momento de intervenir.
Algunas señales importantes de que es hora de hablar con ellos acerca de su uso del móvil, sería si notamos que descuidan sus actividades diarias, si han dejado de hacer cosas que antes disfrutaban o si notamos que ya no participan en las conversaciones por estar metidos dentro de la pantalla
Por otro lado, también tenemos que tener en cuenta qué es lo que están haciendo tantas horas en el móvil. Una cosa sería mantenerse en contacto con las personas que les importan, ya sea hablando con ellos o revisando sus publicaciones para estar enterado de lo que sucede en sus vidas, siempre que no sea un tiempo excesivo.
Pero otra cosa muy diferente es cuando pasan gran parte de esas horas (o todas) utilizando apps de juegos, como lo reportan algunas métricas de empresas como GfK DAM. De acuerdo con un análisis de 2023, los mayores de 65 años pasan más tiempo al mes en la app de juego Candy Crush que en otras apps sociales o de comunicación, como WhatsApp e Instagram.
De hecho, los mayores son el segmento de la población que pasa más tiempo en esta app de juego en particular, ya que dedican 16 horas y 38 minutos al mes a jugar Candy Crush. Y esto sin tomar en cuenta otras apps de juego, pues de acuerdo con la misma empresa, de las 15 aplicaciones más usadas por los mayores, 14 son de juegos. Y la otra es Facebook.
La psicóloga Ana Asencio, señala que este aumento en el uso de los móviles por parte de los mayores responde -en parte- a una soledad no deseada y que, tal y como sucede con los adolescentes, en los mayores usar el móvil genera dopamina y deja una sensación placentera pero efímera.
"Cuando las personas llegan a una edad donde hay una soledad, un nido vacío, a lo mejor un proyecto vital que ya se ha ido, una jubilación y hay mucho más tiempo o si empiezan los temas emocionales a hacer ruido interno, el teléfono es un evasivo y un entretenimiento que te ayuda a no pensar y a sentirte acompañado", comenta.
Desde luego, Asencio también comparte lo que comentábamos acerca de las ventajas del uso de los móviles, pero advierte que no debemos dejar que esto se convierta en abuso:
"Yo creo que el uso puede ser muy bueno, muy placentero [...] pero todo, como digo yo, con su equilibrio óptimo porque la vida social no la podemos perder, el contacto humano no lo podemos perder, y el movimiento tampoco".
Ante todo, la empatía
Si hemos decidido que es momento de actuar, es importante recordar que lo más importante es hacerlo desde la empatía. Para nuestros padres, quizás el móvil es más que una distracción y aporta algo que está haciendo falta en sus vidas (necesidad de interacciones sociales, actividades para entretenerse, etcétera).
Por ello, el primer paso que habremos de tomar será hablar con ellos de manera relajada y sin señalamientos, nada de enfrentarle ni decirle cosas como "Oye, pasas demasiado tiempo en el móvil". En vez de hacerlo directamente, podemos comenzar por preguntarle cómo se siente usando el móvil y si ha notado algún cambio en su vida cotidiana.
Si no queremos abordar el tema tan directamente, podemos ponernos a nosotros mismos como ejemplo, contándole acerca de nuestro uso del móvil y mencionarle que notamos que pasábamos demasiado tiempo en él, por lo que estamos haciendo cambios para reducir su uso. A veces, ver que otros hacen mejoras en su vida nos inspira a reflexionar y hacer lo propio en la nuestra.
Una opción que puede funcionar, es que tengan una conversación sobre el uso que le dan a su móvil y establezcan horarios libres de pantallas para ambos, como no usarlos durante las comidas o en conversaciones familiares, ni antes de ir a la cama.
Otra cosa que puede funcionar muy bien, y que está relacionada con lo que comentábamos acerca de que el móvil puede estar sustituyendo algo que le haga falta, es buscar juntos actividades que puedan reemplazar el tiempo que pasa en el móvil.
Por ejemplo, podríamos sugerirles que se apunten a alguna clase de ejercicio para adultos mayores, unirse a un club de lectura o incluso comenzar un hobby nuevo como la pintura o hacer jardinería.
Finalmente y como comentábamos al inicio, el uso del móvil no es enteramente negativo y además de reducir el tiempo que pasan en él, podemos transformarlo en algo que le beneficie, como usar aplicaciones de meditación o puzzles y juegos mentales que estimulen su cerebro y memoria.
Foto de portada | Anna Shvets en Pexels