El estrés laboral es una forma frecuente de estrés, sobre todo en la sociedad actual. Puede afectar a cualquier trabajador y en cualquier sector.
En los últimos años, varios estudios se han centrado en estudiar sus efectos en el embarazo.
Las trabajadoras embarazadas o que acaban de dar a luz pueden verse particularmente afectadas, como consecuencia de los cambios hormonales, fisiológicos y psicológicos inducidos por su estado. Estos cambios afectarán más a las mujeres con antecedentes de estrés, ansiedad o depresión.
Dicho esto, si durante la gestación somos más vulnerables a sufrir las consecuencias del estrés en el trabajo, ¿por qué no conocerlas?
¿Qué condiciones laborales favorecen el estrés?
Como ya vimos en los posts anteriores, el estrés en general puede tener efectos nocivos en la mujer embarazada y su hijo. Pero ¿ocurre lo mismo con el estrés laboral?
Recordemos que un evento en sí mismo no genera estrés, sino que depende de cómo lo perciba la persona. Pues bien, en el caso del trabajo ocurre igual. Si bien hay condiciones laborales o puestos de trabajo que pueden potenciar el estrés, desarrollarlo o no dependerá, en última instancia, de cómo lo vivamos.
Puesto que los estudios señalan que seguir con la rutina laboral durante el embarazo generalmente resulta beneficioso para la mujer, puede resultarnos útil conocer las características de los trabajos que más se han asociado con estrés laboral, así como sus repercusiones en el embarazo.
De esta forma tendremos más posibilidades de identificarlas y realizar los cambios necesarios para protegernos.
Veamos brevemente algunas de ellas.
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Jornadas laborales extensas: algunos estudios han señalado una relación moderada entre amplias jornadas laborales (más de 42 horas semanales) y parto prematuro o bajo peso al nacer. Por ejemplo, en una investigación llevada a cabo por el departamento de Epidemiología de la Universidad de Columbia, Nueva York, se evaluó a 575 mujeres trabajadoras y se encontraron correlaciones positivas entre jornadas semanales superiores a 40 horas y bajo peso al nacer. También se encontró una asociación entre parto prematuro y semanas laborales de más de 42 horas en el estudio realizado en el 2004 por el centro EUROPOP, programa europeo que evalúa los riesgos ocupacionales en el embarazo.
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Satisfacción con el trabajo: se considera un factor de protección frente al estrés. En el estudio realizado por EUROCOP también se encontró que las mujeres que mostraban mayor estrés eran las que presentaban menores puntuaciones en las escalas de satisfacción laboral. También se ha descrito una asociación entre mayor incidencia de partos pretérmino y la baja satisfacción en el trabajo.
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Características del trabajo: los trabajos más estresantes son aquellos en los que el trabajador percibe que tiene poco control y autonomía (poco margen de maniobra para desarrollar sus habilidades) en un puesto con altas demandas psicológicas (mucho volumen de trabajo y poco tiempo para realizarlo, interrupciones continuas, cambio de turnos, falta de trabajo…). En un estudio que se realizó en Dinamarca con embarazadas que desempeñaban actividades comerciales y de oficina, se encontró un mayor riesgo de tener un recién nacido con bajo peso al nacer cuando sus puestos de trabajo se distinguieron por altas demandas y bajo control sobre el trabajo. El mismo efecto se observó en otro estudio realizado en 1999 en Tailandia, donde se hallaron asociaciones entre el bajo control laboral y bajo peso al nacer.
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Trabajos que suponen alto esfuerzo y baja recompensa también favorecen el estrés. En una investigación realizada en el 2005 con trabajadoras embarazadas del sector de la salud de La Habana se vio que aquellas consideraban su trabajo como de alto esfuerzo extrínseco y baja recompensa, también puntuaban más en estrés laboral, con las posibles consecuencias sobre su embarazo.
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Apoyo social: las relaciones sociales en el trabajo caracterizadas por poca cooperación y desconfianza pueden generar estrés. Algunos autores sugieren que el apoyo social funcionaría como un amortiguador del estrés en el trabajo, de ahí la importancia de desarrollar programas de apoyo social en el centro ocupacional. En 1992 se evaluó a 2693 trabajadoras gestantes mexicanas y se encontró que la falta de apoyo social, entre otras características del trabajo, se asociaron con bajo peso al nacer.
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Trabajar hasta el final del embarazo. Una reciente investigación de la Universidad de Essex, en Reino Unido, ha demostrado que los bebés de las mujeres que seguían trabajando pasados los ocho meses tenían, de media, menos peso que los de aquellas que dejaron de trabajar entre los 6 y 8 meses de embarazo. Según los autores del estudio, esto podría deberse a la fatiga y el estrés. También indicaron que trabajo en el último mes de embarazo afectaba diferente a las mujeres en función de otras variables, como su edad o nivel educativo.
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Ambiente físico: ruido, vibraciones, iluminación, temperatura… todos ellos son factores que se ha visto favorecen la aparición de estrés. En el caso del ruido, el oído de la mujer embarazada y del feto es muy sensible a los ruidos. Algunas investigaciones han sugerido que la exposición prenatal al ruido puede provocar bajo peso al nacer. En cuanto a la temperatura, se ha visto que las embarazadas presentan una menor tolerancia al calor y son más vulnerables al estrés por este motivo.
En definitiva, el estrés laboral puede suponer un riesgo para la salud de la mujer embarazada y su hijo, por lo que tenemos que estar alerta a las condiciones de nuestro trabajo para que éste no llegue a suponer un problema.
¿Qué otros riesgos debemos evitar durante el embarazo y la lactancia?
Al igual que el estrés, existen otros peligros a los que la mujer debe enfrentarse en su puesto que conviene conocer. Como podemos imaginar, los riesgos son muchos y no siempre evidentes, por lo que nos viene bien no sólo conocerlos, sino también saber cómo prevenirlos.
En el pasado dedicamos un post a comentarlos. Os recomiendo que le echéis un vistazo para recordarlos.
También existen guías elaboradas específicamente para ayudar a las trabajadoras embarazadas y lactantes, así como a las empresas, a conocerlos. Entre ellas, destaca la Guía sindical para la prevención de riesgos durante el embarazo y la lactancia, editada por Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud (ISTAS) o la desarrollada por la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), a la que puedes acceder para descargártela en pdf en el siguiente enlace: Orientaciones para la valoración del riesgo laboral y la incapacidad temporal durante el embarazo.
Por otro lado, hay guías para profesiones concretas, como la Guía Clínico Laboral para la prevención de Riesgos durante el embarazo, parto reciente y lactancia en el ámbito sanitario, creada por la Asociación Española de Especialistas en Medicina del Trabajo.
Fotos |, teresawer, Daquella manera, en Flickr.
En Bebes y más| El estrés laboral de la madre predispone al bajo peso al nacer, ¿Cómo combatir el estrés durante el embarazo?, Los derechos laborales de las embarazadas.