El ser humano tiende, por regla general, a expresar sus emociones, sus inquietudes, sus percepciones del entorno, su alegría...de manera explícita, muchos incluso de forma artística. Nos gusta crear obras, a veces efímeras, a veces permanentes, que sean expuestas y reconocidas, pero sobre todo bien valoradas por nuestro entorno más íntimo. ¿Acaso un niño es diferente?
Desde edades muy tempranas, nuestros hijos buscan diversas formas de expresarse, de manifestar su manera de ver y sentir el mundo, como una vía de comunicación y relación que le acerque aún más a sus seres queridos. Nuestra función como padres consiste en ocasiones en mostrarle cómo hacerlo de manera más eficiente, pero también proporcionarle los recursos necesarios para conseguirlo.
La pintura es una de las formas de expresión más habitual para los niños. Acaso ¿conoces alguna casa con niños donde no haya ni una sola pintura o elemento para dibujar o colorear? Dale a un niño un lápiz y un papel y casi seguro que automáticamente elabora una figura más o menos reconocible, depende de la edad.
Lo que está claro es que desde muy pequeños aprenden a utilizar las herramientas más frecuentes en dibujo y aunque les hay más o menos hábiles, la mayoría consigue siempre representar algo; sí, ya sé que a veces la tarea más difícil recae en los padres, que debemos interpretarlo, pero ahí está la gracia.
Pero ¿cuáles son estas herramientas que podemos proporcionales los padres? ¿Son apropiadas para todas las edades? Vamos a reflexionar sobre las diferentes posibilidades que hay en el mercado.
Pintura de dedos
Muy práctica, incluso para los más pequeños, porque permite expresarse en grandes lienzos sin apenas limitaciones y no requiere de la destreza que se necesita para el uso de herramientas como un lápiz o un pincel. Cualquiera puede pringarse y desplazar las manos por un papel, consiguiendo mezclas y formas particulares. Para mí, uno de los recursos más creativos. Hoy en día es fácil encontrarlas en las tiendas, pero también se puede hacer pintura para dedos casera. Permite "obras colectivas", en grupo.
Pizarras
Magnéticas, digitales, blancas, tradicionales para tiza...la verdad que las posibilidades son amplias. Aquí sí hay que valorar muy bien la edad y las habilidades de nuestro hijo a la hora de elegir un modelo u otro. Por ejemplo, las tizas y los rotuladores pueden no ser muy apropiados para los más pequeños y las pizarras digitales requieren ciertas destrezas y son más apropiadas para otros usos, sobre todo en la enseñanza. Las magnéticas son más sencillas de usar en todas las edades y además muchas son fácilmente transportables, con lo que puedes llevarlas a cualquier sitio. La ventaja de las pizarras está clara: es un recurso económico e inagotable, a diferencia del papel, solo tienes que pintar y borrar, como mucho reponer los materiales consumibles.
Aplicaciones informáticas
Hoy en día son muy demandadas las apps de dibujo, ya sean para nuestros smartphones, tablets u ordenadores. Permiten a los niños disponer de una fuente inagotable de utensilios de dibujo y diferentes lienzos virtuales, además de familiarizarles con el uso de las herramientas básicas digitales. Luego siempre les queda la opción de compartir su obra digital con amigos o familiares o imprimirla para disponer de ella en formato físico. Es obvio que está técnica de dibujo es recomendable para niños algo más mayores, aunque siempre depende de sus habilidades y de su formación.
Herramientas tradicionales de dibujo
Yo, personalmente, soy partidaria de combinar todas las técnicas posibles de dibujo, pero sin descuidar nunca las tradicionales. Lápices de madera, rotuladores, ceras...sobre diferentes formatos en papel siguen siendo un recurso muy utilizado, que además ayuda al niño a mejorar su motricidad fina, ya que sujetar bien los lápices y usarlos con precisión, aunque parezca una tarea sencilla, constituye todo un reto para nuestros peques. Ya sea coloreando o a través del dibujo libre, las herramientas tradicionales de dibujo proporcionan al niño un recurso para aprender a concentrarse y a materializar sus pensamientos, contribuyendo a mejorar su visión espacial y a aprender la relación entre los diferentes tamaños y las proporciones.
Pinceles
Témperas, acuarelas, óleos...son ya palabras mayores, aunque cada vez empiezan antes a usarlos en el colegio. Muy útiles para trabajar las texturas, conocer los colores que se obtienen a partir de las mezclas, la precisión de los trazos...y algo que tienen que aprender a encajar: aquí no hay goma, ni borrador, si nos equivocamos, hay otras formas de rectificar y solucionar el "problema", pero no se puede volver atrás. Parece obvio, pero trata de explicar a un niño muy meticuloso que la línea recta, que le ha quedado de todo menos recta, no se puede borrar y dibujar de nuevo, que hay que "matizarla" y hacer que esto sea divertido y no abandone la tarea. Nadie ha dicho que ser padre sea fácil...
Sean cuáles sean tus recursos disponibles y aunque en casa no seáis especialmente hábiles para el dibujo, como es mi caso, a veces las obras más sencillas con los medios más austeros son las que más comunican y nos emocionan, lo importante es expresarse, porque todos tenemos mucho que compartir.
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