Que pasar mucho tiempo delante de la televisión no es beneficioso para nadie parece claro. Pero que la realidad es que en la mayoría de los hogares con niños éstos ven la televisión en mayor o menor medida, también. ¿Podemos encontrar algunas ventajas en que los pequeños vean la tele? Sí, algunas.
Eso sí, y de antemano, recordemos que mientras ven televisión están perdiendo la oportunidad de, por ejemplo, jugar con los mayores o con sus amigos, estar al aire libre, hacer ejercicio y otras muchas actividades más beneficiosas.
Pero ver la televisión también ayuda a que conozcan otras realidades distintas a su entorno más cercano. Que existen otros mundos, otros hemisferios, muchas otras personas. Pienso ahora en lo lejos que muchos niños tienen la naturaleza o los animales, y las imágenes en televisión son una manera de mostrarles que también existen. Tal vez una manera de despertar su curiosidad y de querer conocerlos, querer seguir investigando.
Pero la televisión también permite que conozcan mundos imaginarios, de modo mucho menos imaginativo y subjetivo que con la lectura, pero muy estimulante visual y sonoramente.
La televisión puede entretenerles, pero también educarles mostrándoles esas otras realidades o valores como la amistad, la salud, el respeto a los demás y al medio ambiente, o formación en el arte, la historia, la geografía... Todos los padres conocemos programas (dibujos o series) que potencian esos valores y formación, la clave está en una buena elección.
¿Que lo pueden hacer de mano de nosotros, sus padres, o de los libros? Por supuesto, pero hay que ser realistas y a no ser que no tengamos televisión en casa, vamos a tener que convivir con dicho aparato y podemos sacarle el máximo partido posible, dentro de unos límites. El poder de la imagen y el sonido son una realidad.
Yo creo que la televisión puede aportar esas ventajas, siempre que se use de modo restringido y consciente, algo que sólo depende de nosotros, los padres. Tanto en el tiempo de exposición como en los contenidos que van a ver, habremos de estar ahí. Un niño solo ante la televisión no sacará nada bueno de la experiencia. Y, por supuesto, hay que reservar muchos momentos en familia sin la tele.
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