Hoy, en el Día Mundial de la Salud Mental, queremos visibilizar la importancia de la salud mental en la infancia y adolescencia, dos etapas evolutivas vulnerables y cruciales para un adecuado desarrollo psicológico.
¿Sabías que entre el 10 y el 20% de los niños y adolescentes padece algún tipo de trastorno psicológico? Son datos ofrecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Por ello, es fundamental poder pedir ayuda especializada en salud mental infanto-juvenil si detectamos u observamos síntomas de cualquier tipo en nuestros hijos. La mejor ayuda psicológica es la que involucra a padres, terapeutas y maestros, cuando se trabaja en equipo para mejorar la salud mental del menor.
Trastornos psicológicos más frecuentes en la infancia y adolescencia
En los niños más pequeños, de entre 0 y 5 años, los trastornos que más afectan son: los trastornos de conducta y los retrasos del desarrollo y del lenguaje, según la OMS.
Entre los 6 y 11 años destacan los trastornos de conducta, el TDAH y los trastornos del aprendizaje (destacando en este grupo la dislexia), y ya un poco más mayores, en la adolescencia, entre los 12 y los 18 años, los trastornos más prevalentes son los de conducta, los de ansiedad y los del estado de ánimo, como la depresión.
Respecto a la diferencia entre sexos, tanto en la infancia como en la adolescencia, por norma general los trastornos de conducta afectan más a los chicos y los trastornos de ansiedad y del estado de ánimo, a las chicas.
TDAH, trastornos del lenguaje y del aprendizaje: los trastornos más frecuentes según un estudio
Datos similares arroja un estudio del 2018, que pretendía evaluar la prevalencia de los trastornos en la infancia y adolescencia. El estudio incluyó a 1.286 pacientes entre 0 y 14 años que acudieron a las consultas de atención primaria. Encontraron lo siguiente:
- El 11,5% de los participantes presentó un trastorno (148 de los 1.286 pacientes).
- El 68% de los afectados eran varones.
- Entre los 0 y 5 años la prevalencia de trastornos psicológicos fue del 4,5%.
- Entre los 6 y 10 del 18,5% y entre los 11 y 14, del 22%.
- El tiempo de duración de los síntomas tenía una mediana de 25 meses.
- Los trastornos más frecuentes fueron: TDAH (5,36%), trastornos del lenguaje (3,42%), trastornos del aprendizaje (3,26%) trastornos ansioso-depresivos (2,4%) y trastornos de la conducta (1,87%).
Hablamos de los trastornos más importantes
1. Trastornos del neurodesarrollo
Los trastornos del neurodesarrollo son trastornos conductuales y cognitivos que surgen durante el desarrollo, y que dan lugar a dificultades considerables en la adquisición y ejecución de funciones intelectuales, motoras o sociales específicas. Dentro de este grupo encontramos:
- Trastornos del espectro del autismo
- Discapacidad intelectual
- Trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad (TDA/TDAH)
2. Trastornos del aprendizaje
Como otro de los trastornos frecuentes en la infancia y adolescencia (sobre todo, en la infancia), encontramos los trastornos de aprendizaje. Según ITA Salud Mental, el 10% de la población escolar tiene un trastorno de este tipo.
Los más frecuentes son la dislexia y la discalculia. En la dislexia, el niño presenta dificultades para leer correctamente, incluyendo errores de comprensión y confusión de letras, y en la discalculia, dificultades en el aprendizaje de las matemáticas.
Encontramos también otros trastornos del aprendizaje, aunque ligeramente menos frecuentes, como:
- El trastorno de la expresión escrita: el alumno muestra unas habilidades para escribir por debajo de lo esperado para su edad, coeficiente intelectual y escolaridad. También muestra errores gramaticales, de puntuación y en la organización de párrafos.
- El trastorno específico del aprendizaje de la ortografía: la ortografía se ve alterada; el alumno puede añadir, omitir o sustituir diferentes letras, tanto vocales como consonantes.
3. Depresión
Finalmente, dentro de los trastornos del estado de ánimo encontramos la depresión, un trastorno que según la OMS, afectaba a 23 millones de niños y adolescentes en 2019.
La depresión infantil tiene ciertas particularidades; por ejemplo, que en ella el síntomas característico no es tanto el estado de ánimo deprimido o la tristeza, sino la irritabilidad.
Por otro lado, según un estudio de Ana Gallego Iborra y colaboradores, publicado en la revista de Pediatría Atención Primaria en 2021, cuando la depresión aparece durante la infancia y adolescencia, ésta tiende a adoptar un curso crónico, con recurrencias y un riesgo de 2 a 4 veces mayor de padecer depresión durante la edad adulta.
Además, en las últimas décadas, se ha observado que con cada generación aumenta el riesgo de aparición de depresión a una edad cada vez más temprana. Finalmente, según el mismo estudio, cuanto menor sea la edad de aparición, mayor será la gravedad, la afectación funcional y la tendencia a la cronicidad.
4. Trastornos de ansiedad
En 2019, también según el Instituto de Sanimetría y Evaluación Sanitaria - Global Health Data Exchange (GHDx), citado en la OMS, 58 millones de niños y adolescentes sufrían un trastorno de ansiedad. Existen diferentes tipos de trastornos de ansiedad:
- Trastorno de ansiedad generalizada (TAG)
- Fobias específicas
- Trastorno de pánico
- Fobia social (ansiedad social)
- Etc.
En los niños son más frecuentes las fobias específicas, y en los adolescentes, el trastorno de ansiedad social (fobia social).
5. Trastornos del comportamiento
Los trastornos del comportamiento, según datos del Instituto de Sanimetría y Evaluación Sanitaria - Global Health Data Exchange (GHDx), referidos por la OMS, en 2019, afectaban a 40 millones de personas, incluidos niños y adolescentes.
Es muy común su aparición durante la infancia, aunque a veces se da en otras épocas de la vida. Dentro de los trastornos del comportamiento encontramos:
- El trastorno de comportamiento disocial (trastorno de conducta)
- El trastorno desafiante y oposicionista
Este tipo de trastornos se caracterizan por problemas de comportamiento persistentes, como comportamientos persistentemente desafiantes o desobedientes que violan de manera permanente los derechos básicos de los demás o las principales normas, reglas o leyes sociales apropiadas para la edad.
Fotos | Portada (Freepik)